Capítulo 13

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Cuando desperté ya estaba empezando a oscurecer y para mi sorpresa las náuseas habían desaparecido, me encontraba mejor que nunca.

Cuando salí de la habitación, escuche que unas voces provenían de la habitación de mi amiga. No me gustaba escuchar conversaciones ajenas pero no sabía por qué mi hermano se podía encontrar en la habitación de mi amiga; hablarían de mí? De Angel? Por eso decidí acercarme a escuchar lo que decían.

- Y cuando se lo diremos? Ya han pasado unos meses, está mejor de lo de Angel, y creo que es momento para contárselo. Es mi amiga y tu hermana. Creo que querrá nuestra felicidad, no?

- Si, sé que quiere nuestra felicidad pero si algún día pasa algo, que dios no lo quiera, ella estará en medio de los dos y eso la podría hacer sufrir.

Abrí la puerta y los vi cogidos de la mano, y cuando me vieron las separaron rápidamente.

- Que pasa aquí? Que es eso que debo de saber?- dije en tono...molesta?

Mi hermano se levantó y dejo que me sentara en la cama al lado de mi amiga.

- Enana, no queríamos que te enteraras así, estábamos buscando el mejor momento. El caso es que cuando Angel murió y tú estabas encerrada en la habitación, yo me volví muy cercano a Kelly durante ese mes y poco a poco, empezamos a vernos de otra manera diferente a amigos.

- Al grano Bryan! Estáis juntos?

- Um...si.- dijo el inseguro.

- Y que tiene eso de malo? Porque habéis esperado tanto tiempo a decírmelo? Sois unas de las personas más importantes de mi vida y me alegra que estéis juntos. Pero si alguno de los dos se atreve a dañar al otro, seguro que le pateare el culo.

Los dos se quedaron serios mirándose el uno al otro durante varios segundos, creo que mi tono no fue muy aprobatorio que digamos...

- Estoy feliz por vosotros idiotas!

Los dos me abrazaron fuertemente dejándome apenas respirar. Ahora las dos familias volvían a ser una, aunque desde el momento en el que me embaracé las dos familias ya eran una, aunque ahora había un segundo motivo.

Me alegraba mucho por ellos, aunque si es verdad que me daba pánico que alguno hiriera al otro y yo tuviera que estar en el medio escuchándolos a los dos con sus historias, eso nunca pasaría porque primero de todo los encerraría en una habitación sin ventanas para que hablaran y lo solucionaran todo y ya luego podrían salir.

Al parecer mis padres y los de Kelly ya sabían de su relación pero no querían contarme nada, la verdad lo tuvieron muy bien escondido aunque por otra parte me di cuenta que desde que salí de aquella habitación después de un mes encerrada los dos siempre estaban junto a mí, aunque siempre pensé que sería mayoritariamente por mí, aunque suene muy egoísta.

Cuando ya la noche cayo, el señor Durant nos invitó a quedarnos a cenar y saborear de nuevo su maravillosa barbacoa. Como la amaba! Había pasado años saboreándola y todavía me acuerdo de la primera vez que la comí, emití un sonido raro de placer cuando lo saboree y todos se rieron de mí, y yo me sonroje hasta quedar del color de un tomate.

Después de cenar mi hermano me llevo de vuelta a casa y nos quedamos hablando en mi habitación sobre como paso todo con mi amiga y la verdad que después de tal dolorosa perdida y de que tu mejor amiga no de señales de vida porque estaba encerrada en su habitación con su dolor, el amor había surgido por la ayuda que mi hermano le brindo en aquellos difíciles momentos.

El tiempo pasaba y mi barriga cada día era más grande y pesaba más hasta el punto en que un día me quede en casa de Kelly a dormir para ir preparando las habitaciones y cuando me desperté no podía ni ponerme de pie, tuvieron que ayudarme a bajar las escaleras porque si no juro que hubiera rodado hasta abajo.

Las habitaciones tanto en casa de mis padres como de los padres de Angel estaban preciosas, dos de las paredes contenían rayas azules y blancas y las otras dos rosas y blancas, ya que los dos compartirían habitación durante unos años. Decidimos que cuando nacieran les pondríamos sus nombres en las cunas. Hacia una semana me habían preparado un babyshower en el que muchos de mis amigos y amigos de Angel estuvieron presentes, comimos, reímos, jugamos a juegos típicos de esas fiestas, y tuve que abrir muchos regalos. Aún era demasiado irreal aunque sabía que era cierto. En el ginecólogo me decían que todo iba genial y que en un mes seguramente daría a luz. Los nervios afloraros porque el momento llegaba y yo aún no tenía ni idea de nada de lo que pasaría.

Uno de los regalos de la fiesta, por parte de mi hermano y sus amigos, fue una sesión de fotos de embarazo y de post parto al de unos meses del nacimiento de los bebes. Asique ahí me encontraba yo, en mitad de la playa con un grupo de personas, entre ellos los 4 abuelos y los dos futuros tíos. Los quería allí a todos conmigo ya que quería tener fotos echas por profesionales con todos ellos, para luego en un futuro acordarme de lo feliz que estaba, aunque en realidad también lo hice porque en aquellas sesiones de fotos solían estar los futuros padres y en este caso solo estaría la futura madre, asique por una vez, el fotógrafo hizo una excepción por el caso que era, solo porque sabía lo que había pasado ya que nadie en el pueblo estuvo fuera de aquella noticia.

Después de un largo día en la playa, cuando llegue a casa ya ni podía subir las escaleras, asique me tumbe en el sofá y le pedí a mi hermano a ver si era tan amable de bajarme una almohada y una manta ya que de allí nadie me movería y ya era demasiado pesada como para que nadie me subiera en brazos.

Estaba en mi octavo mes de embarazo y los dolores eran ya muy notables, muchas veces me asustaba de lo dolorosos que podían llegar a ser y les gritaba a los niños en mi mente que dejaran de hacer lo que quisieran estar haciendo porque era muy doloroso.

Una de las noches ya no soportaba el dolor, intentaba no gritar para no despertar a nadie, pero esa noche no pude y ya llame a mi hermano por teléfono aunque estuviera en la habitación de al lado. Cuando llego se sentó a mi lado y me dijo que respirara que tenía que relajarme, me destapo para abrazarme mejor me miro algo raro.

- Que mierdas me miras idiota?!- era muy cruel últimamente pero los dolores me hacían estar de muy mal humor.

- Has...has roto aguas enana. Intenta cambiarte que iré a despertar a mama y a papa y llamare a Kelly para avisarle que salimos hacia el hospital.

Y cuando me quise dar cuenta estaba tumbada en la parte trasera del coche de mi padre, con mi cabeza en las piernas de mi hermano mientras que me intentaba tranquilizar, aunque menos mi madre, mi padre y mi hermano nunca sabrían lo que era este dolor insufrible, notaba que las fuerzas me faltaban y la vista se me iba nublando.

Tenía los ojos cerrados ya que no tenía ni fuerza para eso, pero seguía escuchando lo que pasaba a mí alrededor, como todos gritaban que tenían que llevarme al paritorio, pero no dejaron a nadie venir conmigo. En mi mente estaba asustada, muy asustada, como una niña que se despertaba en mitad de la noche después de una horrible pesadilla. Cuando note que algo me pusieron en el brazo deje de escuchar, deje de sentir y me sumergí en un gran sueño en el que el dolor no existía.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora