Capítulo 21

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Cuando ellos salieron de la casa, yo ya me encontraba en la parte trasera del coche echa una bola llorando como si nunca lo hubiera hecho, como si en mi vida hubiera llorado y ahora estuviera soltando todas las lágrimas retenidas. Ellos entraron dejando a mi hermano y a mi madre en la puerta, esta última abrazada a mi hermano como si su vida dependiera de ello.

Que si me dolía dejar mi casa y la que era mi familia? Claro que sí, pero no permitiría ser pisoteada por más tiempo, además, so es como si me fuera a la otra punta del mundo y no me fueran a ver nunca jamás; me tenían a 10 minutos andando, no era tan catastrófico, lo hubieran pensado antes de hacerme todo lo que me hicieron y no tomarse en serio mi amenaza de irme de casa con los niños el día anterior.

El trayecto fue en silencio, yo seguía llorando y no me importaba que me vieran hacerlo, ya nada me importaba. Bajamos del coche una vez llegar, y vi como el coche de Kian se encontraba en el garaje; como seria convivir con el cuándo lo había estado ignorando? Entramos y el padre de mi amiga llamo a esta y a su primo para bajar al salón.

- Que pasa?- dijo Kian con cara de pocos amigos. Su mirada se fijó en mí, con mi capucha puesta y mi mirada posada en el suelo- Ali? Que mierdas ha pasado?!

Di un pequeño salto en mi sitio por el grito que Kian soltó, pero nadie dijo nada, entonces note unos pasos acercándose y alguien que me agarraba de los hombros y me movía con suavidad.

- Que ha pasado Alison? Te han hecho algo?- negué con la cabeza aun sin mirarlo- Te gritaron de nuevo?

Esta vez asentí porque había dado en el clavo de lo que había pasado. Note sus enormes brazos rodeándome mientras yo tenía mis brazos en su pecho, una vez note su abrazo rompí a llorar aún más si podía ser.

- Que hace Alison aquí mama?- dijo Kelly bajando las escaleras.

- Se quedara una temporada, ya podrán suponerse los motivos.

Me solté del abrazo de Kian y mire a Daniel, quien puso una mano en mi espalda y me guio a la que sería mi nueva habitación, la que era de Angel. Todo ese día me afectaba demasiado asique cuando llegue los recuerdos con él, en aquella habitación volvieron a mi como si el día anterior hubiera estado allí con el tumbada en la cama riendo, abrazados, besándonos...

Estuve ahí por horas cuando alguien toco la puerta.

- Adelante.- dije quitando las lágrimas rápidamente de mis ojos.

Me gire para ver quién era, puse mi mejor sonrisa cuando vi a Kian que traía en brazos a uno de los niños.

- Espera, que te traigo a Damon.

Salió de la habitación y unos segundos después regreso con el niño en brazos y lo dejo tumbado al lado de su hermana en la cama. Me tumbe al lado de ellos y comencé a llorar por tenerlos a mi lado, no podía creer que ellos fueran míos, que fueran nuestros, de Angel y míos, la creación de nuestro amor.

- Estas, estas bien Alison?

- Porque me llamas Alison?- la cara de asombro a esa pregunta fue épica.

- No es tu nombre acaso?

- Si, pero siempre me llamaste Ali, y después de aquel día en esa casa...- calle unos segundos- no sé qué paso que sin más me empezaste a llamar Alison y de una manera muy fría.

- No se...me supongo que después de aquello no creí que llamarte Ali fuera buena idea, eso era algo que perdí el derecho de hacerlo después de no decirte toda la verdad no?

- No es que no dijeras toda la verdad, simplemente no me dijiste la verdad, me mentiste.- dije aun con la mirada en mis hijos que sonreían.

- Eso no es cierto, lo que te dije sí que era verdad, igual no toda la verdad, por lo que omití, pero tampoco quería que tuvieras más problemas con tu hermano, no quería ser el causante de una pelea más entre vosotros.

- Una pelea mas no hubiera significado nada en mi vida, hemos estado peleándonos todos los días desde que día a luz asique una más, que más daba?

Se acercó y se sentó al otro lado de donde me encontraba yo y miro a los niños.

Nos quedamos así, en silencio mirando a los niños por un rato, hasta que el acabo tumbado en el lado del que estaba y me miraba a los ojos igual que yo a él, aunque de vez en cuando sus ojos bajaban a mis labios. Tenía que hablar con él, pero estaba demasiado cansada emocionalmente.

En esa casa el día fue muy relajado hasta que a la tarde escuche que mi hermano vino a la casa donde yo me encontraba, Kian y yo seguíamos hablando o mejor dicho estábamos mirándonos y diciéndonos todo con la mirada.

- Bryan, déjala, lleva un día muy duro, necesita descansar de tantos gritos. Habla con ella, pero déjala que organice su mente por unos días, lo necesita, con todo lo que ha estado pasado en casa desde que los niños han nacido ha estado muy presionada y es lógico que se haya hartado de esa situación, yo lo hubiera hecho mucho antes que ella.

Escuche a Kelly fuera de mi habitación una vez que vi la manilla del cuarto moverse, pero parece que eso hizo que mi hermano recapacitara y no entrara en la habitación, creo que una gran pelea hubiera empezado. Bryan aun le tenía ganas a Kian por la fiesta y Kian ahora se la tenía guardada por cómo me ha estado tratando todo este tiempo. Estos dos un día acabarían por matarse a puñetazos, eso lo tenía claro, pero yo no quería estar cerca, sería imposible separarlos y si lo intentaría seguro que yo acabaría recibiendo uno de los golpes.

A la noche, la madre de Kelly subió a verme y a decirme que la cena estaba lista, me pregunto si quería que me la subiera a la habitación pero tenía que socializar con la nueva familia que tenía, asique me negué y le dije que bajaría en un minuto. Tenía que arreglarme un poco el pelo y la cara, que la tenía horrible de tanto llorar.

Unos shorts y una camiseta de Angel que encontré en el armario, una coleta y estaba lista para bajar a cenar.

Cuando baje y me pare en la puerta de la cocina, los vi a todos hablando tranquilamente, riendo y juntos, se les veía muy cercanos, no como mi familia era. Kelly me vio y me sonrió.

- Ali! Ven, siéntate, preparamos tu comida favorita. Lasaña!- grito ella contenta al verme ahí abajo con ellos.

Intentaba sonreír y hablar con el resto pero no tenía muchas ganas de hablar y cuando vi la comida mi estómago se revolvió. Conseguí comer un poco de la lasaña por no hacerles el feo de habérmela preparado y no comer nada. Cuando acabe de comer después de forzarme mi estómago no pudo más y salí corriendo hacia el baño.

- Ali? Te encuentras bien cariño?

Escuche a Bárbara al otro lado de la puerta. No la tenía cerrada pero parecía respetar mi privacidad. Una vez me encontré mejor salí del baño.

- Es solo que no quería parecer una desagradecida y negarme a comer. Creo que el haberme forzado a comer me sentó mal.

Ella se sentó a mi lado en la cama y empezó a acariciarme el pelo mientras que yo empezaba a quedarme dormida.

Esa noche las pesadillas de hace meses volvieron, pero nadie venía a despertarme, una tras otra, los recuerdos y todo el dolor volvieron a venir a mi como si me acabaran de notificar su muerte, una muerte que parecía mi corazón nunca superaría.

Cuando ya estaba segura de no ser capaz de aguantar una pesadilla más me dirigí a la habitación de al lado, donde se encontraban los niños. Apenas los había visto desde el día anterior y cuando abrí la puerta Kian estaba en la silla meciéndola con uno de los niños en brazos dándole de comer.

- No deberías estar dormido?

- Y tú no deberías estar dormida y descansando también?- dijo con una amplia sonrisa, aunque su rostro mostraba un gran cansancio.

- Vete a la cama, ya me hago cargo de mis hijos.

Sin decir nada, me dio al niño y el biberón y cuando me senté en el silla vi que se estaba tapando con la manta en la cama que había en la habitación, reí por lo bajo y sin darme cuenta con la paz que sentía al tener a mi pequeño en brazos me volví a quedar dormida por unas horas.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora