Capítulo 31

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Desperté con el hermoso sonido de las voces de mis hijos que no se encontraban en la , seguro mi madre los cogería para que pudiera dormir.

Me levanté y vi que estaba anocheciendo, baje rápidamente al piso de abajo y me dirigí a la cocina. Escuche unas risas y vi que todos estaban en el jardín hablando mientras Daniel estaba a cargo de la barbacoa. Cuando abrí la puerta todos se giraron a verme.

- Barbacoa...me muero de hambre!- dije quitando importancia a las miradas de tres de las personas allí presentes.

- Puedes coger algo si quieres, no has comido nada desde esta mañana.

No espere a que nadie dijera nada más y me empecé a servir la carne que ya estaba hecha y se situaba a un lado de la barbacoa y si no hubiera comido en años, devore la comida.

- Mama podría salir? Volveré en menos de una .- dije suplicando.

- A dónde iras?

- Al cementerio.

- Yo la acompañare señora Miller.

- No, no y no!

No quería que Kian me acompañara. Porque llevaba todo el día intentando estar a mi lado y hablar conmigo? Ya le había dicho que no quería, necesitaba un para pensar en todo y después ya hablaría con el todo el tiempo que quisiera pero no quería tenerlo cerca.

- No saldrás sino es con él.

Kian puso una sonrisa sabiendo que había ganado pequeña batalla, pero lo que él no sabía era que la guerra no sería tan fácil se ganarla.

Subí a mi a coger una sudadera, que fue de Ángel, mis cascos y el móvil; este se encontraba con tantas llamadas y mensajes que no sabía no se había bloqueado con tantas notificaciones recibidas cuando lo encendí.

Borre los mensajes que eran de toda la gente no deseada de mi pasado y los restantes eran de mi hermano, Kelly y Kian mientras estaba en el centro. No los quise ni leer asique después de varios minutos pensando salí de la aplicación y baje a la planta de abajo.

Kian me estaba esperando apoyado en la al lado de la puerta con una sonrisa; ya le quitaba yo esa sonrisita de su cara de un golpe.

- Vamos?- dijo abriendo la puerta.

Salí dándole un empujón al cual respondió con una carcajada. Acaso se estaba riendo de mí? Estúpido idiota! Así solo estaba empeorando el que hablara con el antes de .

Cuando las luces y el ruido proveniente del coche anuncio que estaba abierto, rápidamente me senté en los asientos traseros poniéndome los cascos y mi música empezó a sonar a un alto volumen, casi que me quede sorda.

La puerta delantera se abrió dejándome ver a un Kian algo molesto por estar sentada atrás, a lo que le conteste con una sonrisa. Me dijo algo pero apunte a mis cascos en señal de que no le escuche ni escucharía.

El corto trayecto entre la casa de mis padres y el cementerio se hizo bajo un silencio incomodo, aun teniendo la música puesta veía como Kian miraba por el retrovisor y decía cosas, cosa que sabía que no me escuchaba, lo que le hacía parecer aún más idiota de lo que era.

Llegamos y salí del coche pausando la música y quitándome los cascos. Empecé a andar pero note unos pasos por detrás de mí y me gire.

Lo fulmine con la mirada para que captara la idea de que quería lo más lejos posible de mí.

- Acaso no te podías quedar quieto en el maldito coche?

- Tu madre me dijo que no me de ti y eso hago Ali.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora