Capítulo 26

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Le había contado a mi madre lo que me había pasado con mi hermano y como me sentía, le conté sobre mis posibles sentimientos hacia Kian y lo mal que me hacía sentir porque era el primo de Angel y que a la vez me sentía feliz cada vez que él estaba a mi lado apoyándome o dándome algo a lo que aferrarme cuando mis fuerzas flaqueaban. Ella solo decía que aunque no estuviera bien lo que me pasaba con Kian, en el amor nadie mandaba y nadie podía decir lo que estaba bien y lo que estaba mal, asique me apoyo y estuvo conmigo durante todo este tiempo que me sentí deprimida, me ayudaba casi todo el día con los niños a los que tanto eche de menos y siempre me dejaba sola cuando lo quería. Las noches las pasaba llorando mayoritariamente, aunque no solo por él, sino por su hermano también. Miles de cosas se me pasaban por la cabeza.

Habían pasado más de 6 meses y aún seguía sin dirigirle la palabra a mi hermano o a Kelly. Sabía que esta última le había contado lo que me pasaba y mis ataques de ira y ya incluso deje de considerarla amiga, me sentía tan traicionada...no debía de haberle dicho nada a mi hermano, le dije que no se lo dijera y aun así le importo más su relación que su amistad de años.

Cuando los Durant venían a pasar los domingos a casa de mis padres, yo me escapaba antes de que todos llegaran o simplemente me encerraba en mi habitación con los niños hasta que Bárbara o Daniel venían a mi habitación a ver cómo me encontraba y a estar un rato con los niños. Les dije que prefería que se quedaran aquí ya que no les permitiría ni a mi hermano ni a su novia el verlos después de lo que me hicieron, ellos no lo entendían pero sabían que algo grave tenía que haber pasado para que me fuera de la casa y no hubiera tenido contacto alguno con ellos en medio año. Los echaba de menos, pero lo que hicieron no lo perdonaría jamás. Me rompieron en miles de pedacitos y dejaron que todo se quedara esparcido, pensaron que podían actuar a mis espaldas y joderme sin darme cuenta y dejándome pensar que él se había ido por cualquier cosa, pero no, yo los escuche y sabía que después de que yo me fuera de la casa, durante esos días tuvieron que hacer algo para que él se fuera sin dejar rastro.

Miles de veces llamaba a sus padres desde el móvil de Bárbara y les preguntaba si sabían algo de él, y solo me respondían que estaba destrozado pero que desde que se fue de aquí, solo iba una vez al mes o ni eso a verlos y que después volvía a desaparecer sin decir a donde y ellos se estaban empezando a preocupar, cosa que yo llevaba 6 meses haciéndolo, lo conocía, y me acordaba de lo que había pasado aquella vez en la que lo encontré con los que se hacían llamar amigos, no quería volver a verlo de aquella manera pero no sabía por dónde buscarlo. Llamaba y llamaba hasta cansarme a su teléfono, le dejaba mensajes en los que ya últimamente solo le pedía que me dijera solo si estaba bien. A ninguno obtuve contestación, pero si sabía que los leía porque así me lo marcaba la aplicación, eso al menos me hacía saber que aun sabía que existía aunque no me daba la más mínima esperanza de volver a verlo.

Para cuando me quise dar cuenta, ya había pasado el primer aniversario de la muerte de Angel, les dije a los Durant que no asistiría por no encontrarme con mi hermano o Kelly, pero que iría después a estar con él y que lo sentía en el alma, y poco después fue el primer cumpleaños de mis pequeños. Eran el mejor regalo que la vida me pudo dar. La fiesta fue genial, con muchos niños de una guardería a la que asistían y con muchos familiares por parte de las dos familias, pero obviamente ni Kelly ni mi hermano fueron bienvenidos, no quería que tuvieran nada que ver con ellos. Sabía que estaba siendo muy cruel pero la mínima posibilidad que perdonara a mi hermano era que Kian volviera, cosa que dudaba que pasara, pero que había una pequeña posibilidad que en mi se encontraba, pero estaba claro que a Kelly no la perdonaría tan fácilmente; me traiciono, le conto a mi hermano de mi problema y luego él se encargó de que mis padres lo supieran, lo que hizo que quisiera cortarle las pelotas y dejarlo en el suelo desangrándose.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora