Capítulo 38

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Llegamos a una ladera donde miraras donde miraras solo veías montañas y hierba. La tranquilidad que me transmitía era algo que necesitaba en aquel momento. Salí del coche y me posicione justo enfrente de este cerrando los ojos, escuchando el sonido de los pájaros cantando, sintiendo el viento en mi piel y oliendo aquel hermoso aroma.

Unas manos me abrazaron por la espalda. Su barbilla se posó en mi hombro y sonreí. Nos quedamos así por varios minutos, sintiendo su respiración en mi cuello que me hacía cosquillas.

Me gire sobre mis talones y lo enfrente. Sus brazos aún seguían abrazándome, pero aflojo su agarre para no estar tan juntos.

- Estas mejor?- pregunto mientras nos mirábamos a los ojos.

- Ahora sí. Gracias por todo.

Era ahora o nunca, tenía que hablar con él y explicarle como su marcha me afecto. La siguiente hora la pasamos sentados uno enfrente del otro hablando de toda aquella situación. Él se reprochaba el haberse ido pero cuando supe que estuvo en una clínica para tratar su problema, entonces todo cambio. Era verdad que mi hermano y Kelly lo habían casi obligado a irse pero aun así fue su excusa para limpiarse y curarse de su adicción de años.

- Lo hice por ti Alison, porque tenía que protegerte y sentía que solo te estaba dañando.

La historia sobre cómo empezó su adición me hizo estremecer muchas veces, pero sentí que tenía que saberla para poder entenderlo; ahora que los dos sabíamos la historia del otro, nos sentíamos más cercanos. Antes de irnos el me agarro de la mano y miro a mis ojos y segundos después en un rápido movimiento que note miro mis labios.

- Solo prométeme que no te alejaras de mi ahora que el volvió, no lo soportaría Ali.

- Te lo prometo. Nadie ha estado aguantándome en mis peores momentos más que tu.- dije pasando mi mano por su mejilla.- Solo prométeme que tú tampoco te iras y me dejaras sola de nuevo. Enserio que no soportaría que alguien tan importante en mi vida se fuera de nuevo.

El asintió y nos volvimos a montar en el coche y pusimos rumbo a casa de nuevo. Solo esperaba que el tiempo pusiera todo en su lugar y pudiera recuperar una amistad con Ángel, no quería llevarme mal con el pero tampoco sabía cómo podría sobrellevar esta situación.

No sé cuánto tiempo paso desde que llegue a casa pero una llamada de Kelly me alerto. Cuando conteste se escuchaban gritos de fondo y cosas romperse.

- Se están pegando, por favor ayúdame.

Sin decir nada más corrí a la habitación de Bryan y le dije que teníamos que irnos, que le explicaría por el camino pero que teníamos que llegar a casa de Kelly cuando antes. Llegamos en pocos minutos y Kelly ya estaba en la puerta con los nervios a flor de piel y mientras que Bryan intentaba tranquilizarla yo corría en busca de los chicos.

En el piso de arriba, en la habitación de Kian los encontré a los dos tirados en el suelo golpeándose; Ángel sobre Kian dándole con los puños en la cara, y este no se quedaba atrás intentando golpearlo de vuelta.

Empuje a Ángel que cayó al suelo y no sé como pero acabe empujada a la pared con su mano en mi cuello. No podía creer en la situación. Yo estaba en shock con mis manos encima de las suyas y no conseguía moverme, solo me enfocaba en mi respiración agitada.

- Ángel suéltala!- grito Kelly cuando entro.

Este miro a su hermana y después su mirada cayo en mí, sus ojos poco a poco volvieron a la normalidad. Me miraba a mí y después a sus manos horrorizado mientras yo enfocaba mi mirada en un Kian casi inconsciente en el suelo de la habitación.

- Lo siento.- dijo en un susurro apartándose de mí.

- Vete a la mierda Ángel! Mira cómo has dejado a tu jodido primo! Estas orgulloso de eso?- grite mientras lo empujaba fuera de la habitación.

Mi hermano miraba la escena con muy mal humor, y sabía que si Ángel siguiera en la habitación lo hubiera tenido que parar.

Kian se estaba poniendo en pie cuando mi vista se fue hacia él; se veía muy mal y me sentía culpable sin saber el motivo sabía que algo tenía que ver conmigo. Cuando los Durant volvieron y vieron lo que había pasado no dudaron en culpar a Kian de todo y decirle que se fuera de su casa. Yo sabía que estaban cometiendo un error y aun cuando Ángel les dijo que él había comenzado la pelea a ellos les dio igual y echaron a Kian igualmente.

- Siento si os molesta lo que voy a decir a continuación; pero creo que porque Ángel haya vuelto y no esté muerto no significa que esta pelea haya sido culpa de Kian exclusivamente. No voy a defenderlo porque tanto como dos no discuten si uno no quiere, dos no pelean si uno no quiere pero creo que estáis siendo injustos con Kian en este caso. Solo os estoy pidiendo esta noche y mañana se ira por favor.

Ellos se negaron y acompañamos a Kian a nuestro coche. Nos dijo que se quedaría en la casa que tenía pero me daba miedo que le pasara algo por estar solo asique les llame a mis padres y les conté y a regañadientes aceptaron que me quedara.

Bryan me aviso que mañana le diría a nuestro padre que fuera a por el coche de Kian a casa de los Durant y lo traería.

Una vez en la casa, lo ayude a subir las escaleras y lo obligue a que se tumbara en la cama; cure las pocas heridas abiertas que tenía mientras se quejaba como niño y después le di una crema para que se echara en los golpes que tenía por el cuerpo, que seguramente dejarían buenas marcas.

La noche paso tranquila, y aunque el insistió en que durmiera en la cama no me sentía a gusto, además de que no me parecía correcto, asique dormí en el sofá.

Esa noche volví a tener pesadillas pero esta vez me despertó Kian algo asustado. Cuando lo vi entre mis lágrimas lo abrace sin acordarme de su cuerpo mal herido, pero a él pareció no importarle porque me atrapo entre sus brazos y no me soltó hasta que me tranquilice y mis sollozos pararon.

- Ahora mismo te vienes conmigo arriba.- dijo tirando de mi brazo para quedar de pie frente a él.

- Te acuerdas lo que me pediste antes de que me fuera de la habitación cuando estabas en el hospital?- pregunte aun sin saber lo que podría pasar.

Este asintió y vi un brillo en los ojos que nunca le había visto pero antes incluso de abrir la boca para pedírselo ya tenía sus labios contra los míos. Después del beso nadie dijo nada, solo me agarro de mi muñeca y me obligo a subir a la habitación. Yo solo me tumbe y me hice una bolita porque me sentía mal por lo que acababa de pasar, pero yo hice que pasara; si no hubiera preguntando e insinuado que quería que me besara estaba segura de que él nunca lo hubiera hecho. Kian siempre me había dicho que no podía sentir lo que sentía hacia mí porque había estado con su hermano, pero tal y como iban las cosas no pensaba que lo de Ángel y mío pudiera arreglarse, tenía demasiado resentimiento hacia él por haberme dejado y aparecer casi dos años después como si nada.

Conseguí dormirme con la imagen de mis hijos pasado tiempo con su padre. Por ellos era feliz, porque aunque sus padres no estuvieran juntos podríamos decirles que nos quisimos como nunca se ha dicho y eso a la vez me hacía feliz. Me sentía afortunada por haber sido capaz de haber sido capaz de sentirme tan querida por la persona a la que amaba durante unos años, aunque después me daño como nunca antes me habían dañado.

De verdad quería perdonarlo y que todo fuera como antes pero algo en mi interior me hacía recordar su abandono y todo el dolor que sentí y me paraba. Además ahora estaba Kian, que había estado ahí en mis peores momentos aunque empezáramos con mal pie, pero eso estaba más que olvidado y ahora era la persona más importante en mi vida después de mi familia, ellos nunca dejarían de ser mi pilar por nada del mundo y por eso estaba más que agradecida.


El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora