Capítulo 30

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El tiempo pasaba mientras yo seguía encerrada, pero mientras que pensara en mis hijos, parecía que el tiempo corriera y solo quisiera que saliera de aquel lugar. Cada día me encontraba mejor y mis doctores y los exámenes que me hacían lo corroboraban y eso me alegraba, pronto podría salir de este sitio y volvería a mi vida, con mis padres y mis hijos, aunque me daba pánico el pensar en tener que enfrentarme a Kian, Kelly y Bryan. No sabía que dirían ellos o que diría yo, solo que les echaría en cara a los tres lo que habían hecho porque yo creía que tenía razones suficientes para hacerlo y nadie me pararía de descargar toda la furia que sentía hacia ellos cuando los tuviera a los tres delante mío.

Ahora me era permitido salir de mi habitación durante el día y hacia manualidades para pasar el rato y eso ayudaba a relajarme porque siempre que pensaba en aquellos 3 individuos y lo que me esperaba cuando los tuviera delante me ponía muy nerviosa y no me convenía.

Para cuando me quise dar cuenta los doctores me dijeron que en unos días podría irme a mi casa, lo que me alegro muchísimo; podría estar con mis hijos, me pasaría el día cuidando de ellos, ayudando a mi madre en casa y haciendo lo posible por visitar a Angel.

Esa última semana que me tocaba vinieron los Durant solos, aunque quería ver a mis hijos, estaría con ellos en unos días. Los recibí con un gran abrazo, los había echado de menos a ellos también durante todo este tiempo, pero vi que en su mirada había decepción, y la verdad que entendía que lo sintieran, yo también lo haría si estuviera en sus posiciones, pero eso no les quito que me sonrieran y me trajeran un video de Mary dando sus primeros pasos.

Mis padres decidieron grabar todo desde el segundo que me internaron para que aunque no estuviera presente tuviera los momentos más importantes de la vida de mis hijos como sus primeras palabras o primeros pasos. Damon parecía ir más rápido que Mary que por lo visto ya sabía decir mama y papa, eso último me nublo la vista por las lágrimas, la idea de que dijeran papa y que Angel no lo escuchara me dejaba por el suelo. El no tenerlo junto a mí aun dolía demasiado como para ser real.

- Cariño que te pasa? Dijimos algo malo?- dijo Bárbara abrazándome.

- No...solo es que...él nunca los escuchara decirle papa y no sé, me sienta mal todo ese tema.- dije después de calmarme y quitar las lágrimas de mi rostro.

Estuvimos hablando un largo rato y me dijeron que Kelly y Bryan tenían muchas ganas de verme, que querían haber venido pero que mi madre les dijo que no porque hablaría con ellos cuando saliera, aunque ahora la idea no me parecía tan buena, pero algún día tendría que hacerlo.

Después de que se fueran me dijeron que serían ellos los que vendrían a buscarme dos días después para llevarme a casa de mis padres, ya que ellos estarían preparando todo en casa para mi llegada.

Los dos últimos días los pase hablando con los doctores sobre mi vuelta a casa y sobre mis nervios por volver a la rutina diaria. Sabía que todo el pueblo sabía lo que me había pasado y los comentarios no eran demasiado buenos al respecto asique no quería encontrarme con nadie que no fuera mi familia o los Durant. La vuelta sería difícil y tendría que ser fuerte para no volver a caer en la droga, pero lo haría por mis hijos.

- Alison, vinieron a buscarte.- dijo una enfermera.

Cogí la maleta donde tenía mi ropa y me levante de la cama lentamente mirando la que fue mi habitación por aquellos largos meses, tanto dolor, rabia, felicidad después de la primera visita, etc. que había vivido allí, ahora se quedaban en mi mente mientras volvía a la realidad, volvía a ser libre y me gustaba.

Cuando llegue a la sala de visitas deje caer las maletas y corrí a donde se encontraban los Durant con Mary y Damon que me abrazaron nada más verme con una enorme sonrisa en sus caritas.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora