Capítulo 39

1.8K 85 0
                                    

Ángel había venido a hablar con Kian y conmigo la mañana siguiente para pedirnos perdón y decirle a su hermano que había convencido a sus padres de dejarle volver pero este no quiso, sabía que eso traería problemas y yo también lo creía, aunque me negué a estar presente en su charla aunque yo también tendría que haber estado.

- Ali?- escuche la voz de Kian tras la puerta de la habitación donde me había encerrado.

- Ya se ha ido?

- No, sigo aquí y quiero hablar contigo por favor.

Abrí la puerta y lo empuje. Con un vete a la mierda Ángel me baje a la cocina y prepare algo para comer, aun no teniendo hambre.

No sabía porque me comportaba de esa manera pero algo dentro de mí me decía que así era como tenía que tratarlo después de que decidiera abandonarnos a todos, ni siquiera se molestó en dejarles a sus padres una carta explicándoles que pasaba. De esa manera yo no hubiera sufrido tanto y no hubiera pensado que la persona que más me importaba en aquellos momentos, mi primer amor había fallecido por mi culpa, por mis estúpidos celos. Pensar en todo aquello cada vez que lo veía me hacía un mal terrible, me debilitaba y siempre acababa en el suelo sentada, no sabía que me ocurría.

- Alison no puedes seguir así, que te pasa?- dijo Ángel agachándose a mi lado bajo la atenta mirada de Kian.

No conteste, intentaba ralentizar mi respiración y parar mis sollozos pero no lo conseguía; solo lo mire a los ojos intentando descifrar lo que ellos decían. Aquel brillo con el que me miraba aún seguía ahí pero al parecer mi brillo se había ido, o no? Aquel rechazo que sentía era solo una barrera que me ponía para protegerme de no volver a ser dañada?

- Nada. No me pasa nada.-dije levantándome como pude.

- Sabes, me gustaría ir a dar un paseo con los niños y contigo, los cuatro juntos, si fuera posible.

No conteste, de nuevo pero a él pareció no importarle. Minutos después mientras yo aún estaba apoyada en la barra de la cocina él se fue despidiéndose de Kian y de mi simplemente se despidió con un simple Hasta otro día.

- Espera Ángel!- dije haciendo que este volviera a entrar antes de cerrar la puerta.

Una vez lo tuve frente a mí a unos metros, no sabía si debía de hacerlo pero mi cabeza reacciono en el momento en el que nuestros ojos se juntaron y corrí a abrazarlo pegando un pequeño salto y enganchando mis piernas alrededor de su cuerpo, metiendo mi cara en mi sitio favorito, su cuello. Un escalofrió me recorrió el cuerpo cuando él me estrecho entre sus brazos y olí su colonia, la cual aún no había cambiado. Había querido abrazarlo desde el día en que lo vi de vuelta en mi fiesta de cumpleaños, pero aún estaba demasiado en shock. Ahora solo tenía que dejar mi ira a un lado y darle una oportunidad, la merecía después de todo, él no se había ido por voluntad propia. No sé el tiempo que paso mientras nos abrazábamos; segundos? Minutos? Cuando decidí separarme de el con vergüenza, debería de pensar que era una maldita bipolar que lo empujaba y lo odiaba, después lloraba y después como si nada lo abrazaba pero en sus ojos solo se veía felicidad por mi acción. Beso mi frente y se despidió con un corto abrazo que acepte y después salió. Un silencio inundo la casa en el momento en el que se fue y sabía cómo reaccionar ahora con Kian; le había molestado que hiciera eso?

- Estas enfadado?- dije acercándome a él.

- Claro que no Ali.- dijo posando su mano en mi mejilla.- Solo me sorprendió, al igual que a Ángel. Me alegro de que al menos por hoy hicieras eso.

- Bueno, gracias por no enfadarte, de verdad me importa tu opinión en todo este caos ahora mismo.

Él me sonrió y di por terminada nuestra conversación. Después de comer algo y cambiarme le pregunte si estaría bien y al decirme que si me fui a casa sin antes advertirle que si en algún momento se encontraba mal me avisara e iría y que lo visitaría al día siguiente con los niños.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora