Capítulo 3

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Me desperté de golpe en mitad de la noche, de nuevo esas pesadillas horribles en donde Ángel se me aparecía y donde volvía a revivir ese momento una y otra y otra vez. Quería que parasen, quería volver a tener una vida parecía a la que tenía anteriormente, pero sabía que sería difícil.

Salé de mi cuarto cuando empecé a sentir que me faltaba el aire, me encontraba peor que nunca, el haber estado allí no me estaba ayudando para nada.

Vi la nota de Kelly en la pared y sin haber mirado la hora fui a la habitación abriendo la puerta con sumo cuidado.

- Kelly...-dije en un suave susurro casi inaudible.

- Ali! Te encuentras bien? – dijo ella dando un salto en su cama cuando escucho mi voz. Aun me parecía un sueño volver a tener allí a mi gran amiga, a mi bff como nosotras nos definíamos, nunca nos separamos desde que hacía unos años nos conocimos y desde entonces nadie nos pudo separar, ni Ángel pudo hacerlo.

- Si; perdona, te desperté verdad? Lo siento – aunque estaba en total oscuridad se podía notar en mi voz lo cabizbaja que volví a la habitación, cuando de repente noté un gran dolor de estómago y náuseas y tuve que salir corriendo hacia el baño más cercano y casi que no llega. Kelly salió detrás mío para ayudarme en ese duro momento.

Cuando ya me estuve encontrando mejor, decidí llamar a Bryan para que me viniera a buscar, sabía que era muy tarde y seguro se la estaba pasando genial con sus amigos, pero necesitaba salir de allí corriendo y volver a mi cuarto, a mi cama donde sabía que ahí estaría a salvo de cualquier tipo de recuerdo que pudiera tener de momentos tan especiales pasados en esta casa. Kelly intento convencerme de que no me fuera, que ya me traía algo para que me sintiera mejor y ya a la mañana me llevaría de vuelta a casa pero no consiguió convencerme de nada asique accedió a que llamara a Bryan no sin antes intentar decirle que ella me llevaría a casa.

Cogí la mochila y una bolsa de tamaño medio lleno de cosas de Ángel y me despidió de Kelly, quedándome en la calle justo en la puerta de la casa de los Durant.

- Bryan...-dije con una voz de niña cuando el contesto la llamada.

- Ali? Que te pasa? Dónde estás? –dijo Bryan preocupado cuando dije su nombre.

- Necesito que me vengas a buscar, a casa de los Durant, te necesito.-acabé llorando una vez dicho esto.

- Dame 10 minutos que llego Ali, pero no me llores va? No quiero que esa preciosa cara se me estropee.

Hice como que me tranquilice y una vez que colgué, volví a romper a llorar. Todo era como al principio, el dolor que sentía en el pecho era demasiado fuerte, era imposible de aguantar.

Bryan llego antes de lo que había dicho, él no iba a permitir que estuviera allí sola, en plena madrugada un sábado noche cuando le había llamado diciéndole que lo necesitaba.

Salió del coche disparado y antes de que tuviera tiempo incluso de ponerme en pie él ya había llegado a mi lado y me estaba abrazando lo más fuerte posible.

- Vamos dentro, iremos a casa y después cuando lleguemos si quieres hablamos de ello y si no, nos quedaremos abrazados hasta que te encuentres algo mejor- y me dio un beso en la frente.

- No a casa no Bryan, necesito...-me quedé pensativa, no sabía ni lo que quería pero estaba segura que estar en casa de los Durant o en mi casa seria la peor opción, donde más recuerdos venían a la mente cuando estaba sola.

Él se quedó pensativo y cogió su teléfono y marco un número que yo desconocía.

- Todavía tienes las llaves de tu piso en donde siempre no?

- Uyy ya vas a llevar a una mujer ehh? Deja todo limpio y no rompáis nada por favor – dijo la voz masculina al otro lado del teléfono.

- Idiota! Es para ir con mi hermana – pego un grito al tipo que se encontraba al otro lado del teléfono.

- Alison? Ya salió de su cuarto?! – dijo sorprendido- si claro, las llaves están donde siempre, recuerda mañana a la tarde regresamos.

Y después de dar las gracias Bryan se dirigió a casa de su amigo. Él estaba de vacaciones de fin de semana con su novia asique como la casa estaba vacía, decidió llevarme ahí para que así pudiera descansar de mis pesadillas y recuerdos.

Cuando llegamos, ninguno dijo nada, tan solo nos limitaron a sentarnos en el sofá, mirarnos a los ojos unos segundos y después volví a romper a llorar mientras que Bryan me volvía a abrazar; a él se le partía el alma verme sufrir así, aunque sabía que no podía hacer mucho más de lo que estaba haciendo. Así nos quedamos hasta que ya no lloraba y me quede dormida. Llorar siempre hacía que me calmarse y siempre acababa durmiéndome. Note como me levantaban y note algo blando al de unos segundos, una cama, segundo después él se puso a mi lado y me abrazo. Todo era como cuando éramos pequeños y yo siempre me escapaba de mi habitación todas las noches para ir a la de mi hermano mayor para que me protegiera de los monstruos que según yo había debajo de la cama y en el armario.

Cuando desperté aun me sentía horrible por dentro e intentaba que mi cerebro dejara de hacerme recordad aquellas cosas que tanto daño me habían hecho y seguían haciéndome.

- Te encuentras bien?-dijo tocándome el hombro.

- Tan bien como se puede estar en esta situación Bryan. – y me volví a tumbar esta vez mirando de frente a Bryan, nuestras miradas lo decían todo, no necesitábamos articular palabra cuando nos mirábamos de aquella manera.

A la mañana siguiente me sorprendió con el desayuno en la cama y se me puso una gran sonrisa, una que hacía mucho tiempo que no ponía, se me veía tan bien, pero poco duro esa sonrisa cuando lo mire a él.

Después de eso, me llevo a pasar el día en la playa, no hacia demasiado buen tiempo pero me ayudaría a calmarme y relajarme un poco. Cuando ya estuvimos allí en la miro y le dijo:

- Mañana volverás conmigo al instituto.

- Que? Estas de broma verdad? Si apenas puedo estar en casa sin llorar, como pretendes que vuelva? La gente me mirara y hablara, no quiero preguntas no quiero Bryan. Mañana no iré a clases.

- Hasta que tu no vayas, yo tampoco, y estoy de exámenes hasta arriba.

- No harás eso! Tú nunca te perderías un examen por quedarte en casa haciendo nada.

El no contesto, sabia, que recapacitaría y aceptaría ir con el lunes a las clases. Estábamos estudiando lo mismo asique teníamos las mismas clases y siempre estábamos juntos.

El domingo paso muy rápido, que todavía tenía en mente lo que Bryan me había dicho aquella mañana de domingo en la playa. No quería que él no fuera a los exámenes por mi culpa y suspendiera.

Me metí pronto a la cama ya que sabía que necesitaría más horas de lo habitual para poder coger unas buenas horas de descanso, y en un abrir y cerrar de ojos la alarma sonó.

- Estúpida cosa! Sabías que no te he echado de menos en todo este tiempo?- refunfuñe cuando vi que ya eran las 6 de la mañana. No estaba preparada para todo lo que hoy me venía encima, pero sabía que Bryan no me dejaría ni un solo segundo sola, el me protegería de aquellos buitres que seguro la estaban esperando para el ataque final.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora