Capítulo 2

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Derperté con el sonido de la vibracion de mi móvil; me había quedado dormida? Y mi hermano? Miro a una esquina de la habitación y ahí lo vi sentado, observándome como dormía. Mire el teléfono, diez llamadas perdidas de Kelly!

- Porque no me despertaste cuando Kelly me llamo? – pregunte algo enfadada, ahora era demasiado tarde para ir a casa de mi amiga a cenar, pero aun así decidí llamarla y explicarle, aun podría ir a hablar con los padres de Ángel y darles el pésame o simplemente llorar abrazada a ellos.

Bryan no respondió, solo frunció el ceño al ver como de un momento a otro su hermana se había dormido rota por el dolor y aunque aún lo sintiera, se había despertado con ganas de guerra, o eso le parecía al menos.

Entonces marque el número de Kelly esperando que esta no estuviera demasiado enfadada por el plantón que le había dado; después de unos cuantos tonos iba a colgar pero justo contesto.

- Ali? Dónde estás? Te encuentras bien? – dijo Kelly algo preocupada.

- Llamaba para disculparme por no haber contestado las llamadas, me quede dormida después de estar hablando con Bryan y el muy idiota no me despertó cuando llamaste. – dije esto último con una medio sonrisa en la cara.

Mi hermano miro esa media sonrisa con gran alegría, hacia tanto tiempo que no me veía sonreír que ya se había olvidado de cómo me veía cuando lo hacía. La gente en el instituto siempre comentaba que si no fuéramos hermanos haríamos una buena pareja, ya que siempre estábamos juntos, abrazados, riéndonos...cualquiera que no supiera que éramos hermanos podría confundirnos por una pareja como cualquier otra.

- Es muy tarde para ir a tu casa ya no? Tus padres pensaran que soy lo peor por dejarlos plantados.

- No, todavía puedes venir, aunque ya hemos cenado, te perdiste el maravilloso pastel que la cocinera hizo.

Después de dar luz verde, eche a mi hermano de la habitación para cambiarme y tapar esa cara y esas ojeras tan pronunciadas del último mes. Una vez creí que estaba lista salí para encontrarme de frente con Bryan que me estaba esperando para llevarme a casa de mi amiga.

- Te ves genial con ese modelito Ali – dijo sonriendo – aunque algo de color en él no le vendría nada mal. Porque no entras y te pones alguna camiseta o algo de color. Sé que estas de luto pero algún día tendrás que dejarlo, un mes...no crees que ya sea suficiente? Los padres de él seguro que se alegran al verte con algo de color encima.

Volví a entrar y esta vez eligió algo más colorido, unos jeans y una camiseta en tono pastel, y una chaqueta de cuero que Ángel me regalo por mi cumpleaños.

- Crees que así voy....doy la sensación de...estar feliz? Sin él? Igual sus padres creen que...-no podía ni articular palabra alguna, me sentía horrible por haberle hecho caso a mi hermano.

- Ali – dijo Bryan acercándose a mi lentamente – te ves genial! Porque lleves algo que no sea negro sus padres no te reprocharan nada, es más, yo creo que se alegraran de que hayas decidido salir de tu escondite y que vayas de visita.

Me dio un beso rápido y se dispuso a salir por la puerta.

- A dónde vas tan rápido? Te llevo yo.

Lo mire algo extrañada, no sabía por qué pero tampoco me negaría a que me llevaran.

Cuando llegamos a la casa, Bryan toco el claxon y la puerta delantera de la casa se abrió dejando entrever a Kelly en la puerta esperándome.

- Ya sabes, si necesitas algo llámame, a cualquier hora y aunque creas que sea una estupidez. – dijo poniendo una sonrisa de oreja a oreja, y noto que yo también volví a tener una media sonrisa en mi cara.

El dolor con amor se cura ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora