○ 35 ●

26 3 0
                                    

-Hay más de una razón por la que estoy aquí. -me susurra Payton a mitad de la noche, cuando empiezo a dormirme con sus caricias.

-¿Sí? -digo torpemente, el sueño empieza a ganarme.

-No voy a mentirte, no quería irme, no quería tener que hacerlo. Pero lo hice y luego ya no quise volver. Cuando descubrí el monstruo en el que me convertía entre recuerdos borrosos de noches anteriores, no quise lastimarlos. Ni a ustedes ni a nadie. Pensé en la muerte como una vieja amiga, pero descarte la idea cuando recordé todo lo que tenía ahora y las razones para quedarme y luchar. -sus palabras me despiertan con una fría cachetada a la realidad.

-¿Pensabas en la muerte? -sé que no es lo único que ha dicho, pero me veo obligada a preguntar.

-Sí, pero olvidemos esa parte. La realidad es que unas misteriosas mujeres me encontraron, una especie de superdotada aldea de jóvenes y fuertes mujeres que me creían culpable de una maldición. Aunque explicará incontables veces que no era un demonio, lo único que les importo de mi historia fuiste tú, cuando te nombre sus ojos querían asesinarme, me creyeron un mentiroso, de nuevo. La verdad no es mi fuerte, pero no puedo mentir sobre quién soy toda la vida. Les explique como te conocía y me pidieron tu ayuda para acabar con su maldición. Y estuve pensándolo, tal vez alejarme de ti es lo único que no ayuda en un momento así. -proceso sus palabras con cuidado.

-¿Necesitan mi ayuda con una maldición? -pregunto. -Y tampoco creo que sea de ayuda, realmente no deberías haberte ido.

-Lo sé, no puedo luchar contra mis demonios sin mi luz ayudándome a ver en la oscuridad. -acerca su boca a la mía y puedo sentir su respiración. -No puedo hacerlo sin ti.

Deposito un beso corto en su boca, sonríe y vuelve a besarme. Tanto tiempo anhelando sus besos de vuelta, no quiero dejar de sentir sus labios sobre los míos.

-Y yo jamás podre dormir de nuevo sin tu calentito cuerpo abrazando el mío, así que espero no se te ocurra dejarme de nuevo.

-¿Te deje o me dejaste ir? -pregunta en un tono burlón.

-Te deje ir, realmente debí haber hecho algo, pero me pediste tan sinceramente que no te buscara que creí que hablabas enserio. -digo entre una risa.

-Hablaba enserio. La carta fue algo ridícula e improvisada, pero quería dejar una nota, al principio solo era eso. Hasta que no pude parar de escribirte, como ves 3 hojas siguen sin ser suficientes. -recuerdo a las misteriosas mujeres y vuelvo a preguntar.

-¿Por qué necesitan mi ayuda en especial aquellas mujeres? -pregunto. -Sé que soy un ángel, pero ¿cómo se deshace la gente de las maldiciones?, ni siquiera yo lo sé.

-Sé que las ayudaras, solo estas dudando para pasar más tiempo conmigo. Pero, se me acaba de ocurrir, en la mañana le contamos a los demás, te llevo a la aldea y las ayudas con su maldición, luego volvemos y... -se queda pensando. -Hasta ahí parece un buen plan, no sé que haremos después, pero es un pequeño detalle.

-Esta bien, me parece una buena idea.

Realmente salir del refugio me asusta, pero si solo bastan unas horas para acabar con la maldición, estoy segura de que no hay nada de lo que deba preocuparme, Payton esta conmigo, la manada estará aquí, haré algunos hechizos con Sami para reforzar la protección de este e iré a ayudar a las misteriosas mujeres.

Duality #2 (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora