○ 14 ●

40 3 0
                                    

Entro en la habitación de mamá con un par de jeans, una camiseta y unas zapatillas para Eliana. Visualizo la ropa andrajosa y sucia que llevaba puesta, sobre la cama de mamá, me acerco para dejar la que llevo en la mano.
Un calor punzante me envuelve el pecho, toco allí mismo y noto que la piedra rojiza del dije que Payton me ha dado, brilla ligeramente, con un calor extraño emanando de la misma.
Nunca había brillado de aquella forma, no sé por qué ahora lo hace o que es lo causante.
Tomo la ropa de Eliana, no creo que pueda volver a usarla, voy a tener que deshacerme de ella. Un collar se desliza de la misma y cae en la cama, una piedra rojiza brilla igual que la que llevo colgando del cuello. Tomo el collar y acerco el dije a mis ojos, es del mismo color, peso y tamaño que el dije que Payton me ha dado. Acerco ambos y el brillo se intensifica.
Eliana sale del baño con una toalla envuelta en su cuerpo. Ve el brillo de los collares y se acerca rápidamente.

—¿Cómo es que... —empieza a decir.

—No lo sé. —le interrumpo. —Mi collar empezó a brillar cuando me acerque, tome tú ropa para tirarla y este collar se cayo de la misma, note que el dije era igual al mío y los acerque. —le explico.

—Ese collar me lo dio mi madre cuando era pequeña, siempre lo llevo conmigo. Me dijo que era muy poderoso, pero jamás mencionó por qué. —me dice.

—Este collar me lo dio un amigo, antes de irse, hace apenas una semana. Su padre se lo había dado a él, solo le dijo que lo acercaría a otros seres y que lo ayudaría cuando lo necesitará. —le cuento. —Pero me lo dio a mi, aún no sé que tipo de piedra es o que hace exactamente, pero juro que jamás lo había visto brillar antes.

Le doy su collar y lo toma, el brillo se apaga de a poco en sus manos.

—Esta caliente. —dice. —Tampoco lo había visto brillar antes.

—Es extraño, ¿crees que sea solo una coincidencia? —le pregunto.

—No lo creo, por lo que me dices que le dijo su padre a tu amigo. ¿Cómo sabe él que lo acercaría a otros seres? —me pregunta. —Te acerco a mi. —se apunta a si misma con el dedo índice.

—Creo que tendremos que averiguarlo por nuestra cuenta. —le digo. —El padre de mi amigo es Azrael, no podría preguntarle aunque quisiera, vive en su reino en el inframundo.

—¿Azrael tiene un hijo? —pregunta sorprendida. —No tenia idea.

—Y él tampoco, hace poco tiempo que Azrael sabe de la existencia de su hijo. —le cuento.

—Tú amigo debe ser poderoso, con un padre como Azrael. —suena aún algo estupefacta.

—Lo es. —ese vacío vuelve dentro de mi.

Como cada vez que pienso en Payton.

—Te dejaré cambiarte, búscame luego para que te muestre tú habitación. —le digo, saliendo por la puerta y cerrandola con levitación.

Camino a mi habitación, siento un fuerte dolor en el pecho, hablar de Payton me duele, tanto que se convierte en un dolor físico. Lo extraño demasiado.
Sé que dijo que no lo buscara, pero quiero hacerlo, quiero salir de aquí ahora mismo y buscarlo, sin rendirme hasta encontrarlo. Pero no lo haré, no solo por que él me lo pidió, sino también por que tuvo razón en lo que dijo en la carta, si yo desaparezco para buscarlo, los demás harán lo mismo para buscarme a mi. Además no puedo irme y dejarlos desprotegidos aquí.

Duality #2 (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora