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Después de un pesado e interminable día, me levanto de la cama. Mamá me obligo a quedarme acostada hasta que la noche llegase y procuro que estuviera bien antes de irse. Le pedí que volviera con la manada, ellos la necesitan mucho más que yo. Prometí regresar en la mañana junto con Jason.
Tocan la puerta de la habitación, respiro con dificultad, aún me siento algo débil.

-Soy yo. -reconozco la voz de Jason. -Hay alguien que quiere verte, creo que se ha recuperado más rápido de lo que pensábamos.

-Pasen. -me siento sobre la cama y todo a mi alrededor vuelve a dar vueltas.

Trato de olvidar que anoche podrían haberme matado y calmo a mis nervios.
Abren la puerta lentamente y Ezra entra en la habitación detrás de Jason.
Su piel sigue siendo pálida, pero ha tomado un brillo distinto, como si mi sangre lo hubiera fortalecido. Me alegra saber que no he causado su muerte.
Jason mira a Ezra con desaprobación, aún esta algo enfadado por lo que ha hecho, pero sabe que no es su culpa, él era muy novato para poder controlarse.
Ezra camina frente a mi con la cabeza gacha.

-Megan. -su voz se entrocorta. -Lo lamento tanto.

Se tira de rodillas ante mi, deja salir las lágrimas contenidas y empieza a decir palabras que no distingo.

-¡Ezra! -logro gritar. -Basta, por favor. Aún tengo un horrible dolor de cabeza, pero fuera de eso estoy perfectamente.

Seca sus lagrimas con la punta de su camiseta y vuelve a mirarme.

-No debería haber aceptado, soy un idiota. Trate de advertirte que no era buena idea pero tú no quisiste escucharme y ahora estas en esa cama...

-Yo decidí ayudarte Ezra. Deja de culparte por esto. Dime, ¿te ha servido de algo mi sangre? -mi pregunta lo hace llorar de nuevo.

-Odio decir que sí. Ayer en la noche, cuando Jason logro sacarte de mis colmillos, sentí como tú sangre empezaba a correr por todo mi cuerpo, como si me hubieras hecho un trasplante. Luego, la piel me ardía horriblemente y quería volver el tiempo atrás. El dolor fue insoportable, tanto que me desmaye.

Hace una pausa y seca sus lagrimas.

-No sé como llegue a mi cama, pero recuerdo haber tenido un extraño sueño. Había un ángel, como tú, pero tenía alas negras y lloraba. Lloraba en silencio, como quién no puede hacer ruido en la noche. Desperté y olvide el resto, pero estoy seguro de que había alguien más allí. -sus palabras me dejan en shock. De alguna forma Ezra pudo ver a Payton al igual que yo.

Mis manos vuelven a temblar, desearía haber abrazado a Payton anoche, pero creo que solo mi alma había cruzado.

-Cuando abrí los ojos esta tarde, sentí como si un poder enorme me recorriera de pies a cabeza. Me levante de la cama con más ánimo, con ganas de correr una maratón y volver a abrazar a mi familia. Cuando recordé el daño que te había causado, todo lo bueno desapareció. Dime como puedo devolverte lo que te he quitado, tú sangre no debería correr por mi cuerpo, por favor. -me ruega.

-No creo que haya posibilidades de que me la devuelvas Ezra, pero yo te la he cedido. Prométeme que la usaras para el bien y solo para el bien, y seré aún más feliz de haberlo hecho.

-Lo prometo y mátame si rompo esta promesa. Te lo ruego. -se acerca un poco, aún con las rodillas sobre el suelo.

Me parece algo dramático, pero niego con desaprobación.

-No voy a matarte.

-Pero yo sí, así que espero que cumplas tú promesa. -Jason se acerca a Ezra y lo obliga a levantarse. -Ahora deja a Megan tranquila y procura no volver a acercarte a ella nunca más.

-Jason, no es necesario. Estoy bien, deja al pobre chico en paz. -me quejo.

-¿Dejar al pobre chico en paz? -pregunta indignado. -Te chupo la sangre como una pulga hambrienta y me pides que lo deje en paz. Si no fueras lo más importante en mi vida probablemente pensaría que estas loca. -sale de la habitación quejándose.

-¿Quién dijo que no lo estoy? -río ante mis palabras.

La habitación solitaria me recuerda a Payton. Aún no estoy segura de como logre verlo anoche, pero me gustaría saberlo, necesito volver allí. Quiero abrazarlo y no soltarlo hasta estar segura de que nunca más volverá a dejarme.
Tocan la puerta de nuevo.

-Soy yo, Jason. Lamento volver a molestarte, pero considerando que tú madre me matara si mañana en la mañana no llego allí contigo, debemos hacer la prueba hoy en la noche. Si no quieres asistir mis muchachos lo entenderán...

-¡No!, si quiero. Espérame en la sala, estaré lista en unos segundos. -me levanto de la cama lentamente.

Camino al baño, trato de no hacerlo como si hubiera caído del cielo y me hubiera estrellado contra una enorme roca. Cada paso que doy duele un poco menos o eso trato de decirme.
Aquello podría ser también una descripción de como me siento emocionalmente. Me convenzo de que cada día es más fácil que el anterior, pero la verdad es que solo me estoy mintiendo.
No debería depender de Payton para sentir que cada día cuenta, pero lo hago. Por que jamás he amado a alguien como lo hago con él.

Miro mi rostro en el espejo, tengo unas ojeras notables bajo los ojos y puedo jurar que mi piel ha perdido un poco de color, pero estaré bien.
Me lavo la cara y recojo mi cabello en una media cola. El pelo que cae sobre mis hombros se siente pesado y es cuando me doy cuenta de que podría necesitar más horas de sueño.
Mamá me ha dejado uno de sus vestidos sobre la cama. Le rogue que lo convirtiera en unos jeans y una blusa, aunque sabía que no podía hacerlo. Pero ahora le agradezco que sea un vestido, más suelto, más cómodo.

Camino a la cama y lo tomo, es de un color azul cielo, su tono no resalta tanto mi pálida piel, ya que es suave y claro, agradable a la vista.
Me quito la pijama de seda que la madre de Jason me ha prestado. Salió de la ciudad hoy en la mañana, no sin antes ver como me encontraba. Dijo que quería ver la mansión en orden cuando volviera o si no los quemaría vivos a todos. Note que no era una broma cuando no río en lo absoluto. Se disculpo más veces de las que puedo contar, le dio un sermón a Jason y no volvió a dirigirle la palabra.
Mamá dijo que era una señora muy agradable y que le alegraba que tuviera un fuerte carácter, eso le demostraba cuan bien había enseñado a Jason. Me reí de ella, por que Jason es un malcriado. Pero de igual forma lo amo, como a un hermano.
Evito mirarme al espejo de nuevo, se que si lo hago me arrepentiré de haber aceptado. Acomodo el vestido en mis hombros, que llega a mis rodillas, la parte de arriba es apretada y forma una curva en mi pecho. Dos tiras lo sostienen y la parte de atrás deja al descubierto mi espalda, la tela es suave y mantiene mi piel caliente.
Mamá trajo unas viejas zapatillas y unos zapatos sin tacón de color blanco, que son los que elijo. Estos me recuerdan a los que usan las bailarinas de ballet.
Respiro profundamente y salgo de la habitación.

Duality #2 (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora