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Me detengo cuando Payton toma mi cuerpo entre sus brazos y me obliga a parar.

-Megan cálmate, nadie esta siguiéndonos. -me dice.

Miro a nuestro alrededor, sé que nadie nos sigue, pero quiero correr, algo dentro de mi me grita que corra.

-Estas temblando. -Payton me envuelve en un abrazo cálido.

-Lo siento, algo me dijo que corriera y yo... -no puedo terminar la oración.

-Esta bien, hagamos esto rápido y volvamos con la manada, sé que te sentirás a salvo en el refugio. -me dice.

-No, no quiero esconderme toda la vida Payton, este es el mundo en el que vivo ahora y ni siquiera puedo enfrentarme a una voz a mitad del bosque. -estoy enojada conmigo misma.

Dejare de huir del peligro, no soy una ángel por coincidencia, si hay algo que debo hacer aquí, es proteger al mundo de los males. Sé que no podre con todos, pero este puede ser el comienzo.

-Esta bien, no lo hagas, no te escondas, pero le prometiste a tú madre volver a salvo, hazlo esta vez por ella. -tiene razón.

-Lo haré, vámonos, tengo que acabar con esa maldición, hay muchas cosas en las que quiero pensar con tranquilidad luego de esto. -le digo.

Toma mi mano y me mira a los ojos unos segundos.

-Sé que te parecerá extraño, pero descubrí que puedo hacer algo, creo que es gracias a ti. -en ese mismo instante todo a nuestro alrededor se vuelve negro por unos segundos y luego aparecemos rodeados de mujeres con tapados.

-¿Qué esta pasando?, ¿cómo es que... -miro a mi alrededor, las mujeres parecen estar asustadas, algunas incluso tienen largos palos con puntas filosas apuntando hacía nosotros.

-¿Enjala? -dice una.

Un griterío de voces se oye de repente, no logro comprender en que idioma.

-No mentías Raksasa, si conocías a una Enjala. -una mujer con el pelo blanco ceniza se acerca a nosotros. -Agradezco que hayas aceptado ayudarnos, estábamos empezando a creer que no vendrías. -hay unas arrugas casi invisibles en su rostro, como si la vejez realmente no le hubiera hecho efecto.

-No es molestia para mi ayudar y sobre todo con algo tan importante como la fuente de sus alimentos y por lo tanto de su supervivencia. -digo de inmediato.

-Mis chicas están un poco emocionadas de que estés aquí, no creíamos que fuera posible que los ángeles existieran, nadie en la tierra lo estaba antes de ti, de eso estoy segura. A pesar de avistamientos en el cielo de muchos de los de tú raza, jamás los podíamos presenciar tan cerca. Eres hermosa y luces tan... frágil.

Hay un pequeño acento escondido en sus palabras y no me extraña, sé que no habla nuestro idioma originalmente.

-Soy Megan. -extiendo mi mano para que la estreche.

-Janaki, pero puedes llamarme Jana. -estrecha su mano con una sonrisa amable.

Una presencia extraña me invade. Algo oscuro y pesado.

-¿Estas bien? -me susurra Payton.

-Sí. -logro decir.

Duality #2 (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora