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Me encuentro en el auto aún algo desorientada con Jason a mi lado.
Un conductor asignado por su madre nos dirige a su casa. Aún me sorprende un poco que su madre quiera verme.

—Mi madre quedará encantada contigo. —supone Jason.

—¿Tú crees? —le pregunto.

—Eres un ángel Megan, cualquiera quedaría encantado de conocerte. —dice como si fuera obvio.

—Pero fui humana alguna vez, además, ¿le dijiste que también tengo sangre de ángel de la muerte? —le pregunto.

—Me ataco con preguntas sobre ti. Tuve que decirle todo lo que sabía, lo lamento, es una mujer muy terca, probablemente me hubiera castigado si no le contaba más sobre ti.

—Esta bien, no me molesta. Me ahorrarás tener que explicarle muchas cosas por mi cuenta.

El auto disminuye la velocidad con lentitud y la mansión de Jason aparece frente a nosotros, como siempre alejada del pueblo y escondida entre una pila de árboles a su alrededor.

—¿Cómo se llama tú madre? —pregunto, jamás me dijo su nombre.

—Taylor Allison. —responde.

—Taylor. —repito en voz baja.

El chófer estaciona el auto a un lado de la mansión y baja para abrirnos la puerta. Jason sale acomodando su traje caro y yo estiro las piernas, tengo el cuerpo un poco adormecido.

Caminamos a la entrada con el chófer abriéndonos la enorme puerta.
La mansión iluminada me hace entre cerrar los ojos. Un aroma exquisito a comida llega hasta mi nariz y el estomago me cruje.

—Mamá insistió en traer a un cocinero para hacerte probar las cosas mas finas y sofisticadas. —me cuenta Jason.

—Genial, muero de hambre.

Nos adentramos en la misma sala con los mismos sillones blancos de la primera vez. Una mujer arrugada de unos 60 y algo de años se encuentra sentada con una sofisticada taza en las manos, lleva el cabello recogido en un perfecto rodete, es de un platinado muy hermoso, casi no parece que fueran canas. Sus ojos son del mismo color verde que los de Jason y puedo decir que veo un pequeño parecido entre ellos. La taza en sus manos lleva un borde de oro al igual que las cosas que se encuentran en esta habitación.
Se levanta de inmediato al verme y me recorre con la mirada.

—Veo que no mentías hijo mío. —le dice a Jason. —¿Cómo es que tuviste el privilegio de conocer a un ángel, que no solo es única en este planeta por su raza, sino que también es la primera mezcla entre un ángel de la muerte y una ángel?. Es tan bella como me la describiste, un poco más delgada de lo que la imagine.

—Ella vino a mi madre, ya te lo dije. Payton la trajo por que necesitaba saber su raza y yo pude ayudarlos.

—¿Vino a ti? —pregunta, perpleja. —Un ángel entre nosotros, quién lo diría. ¿Eres la protectora de la tierra o algo así? —me pregunta.

—No señora, de hecho debería estar ocupando mi puesto como jefa en el cielo, pero renuncie a eso hace mucho. —le cuento.

—¿Puesto de jefa? —pregunta. —¿Jefa de qué?

—De los ángeles señora. —respondo.

—Con que jefa de los ángeles... y por favor, dime Taylor.

Asiento, esta mujer parece ser muy interesante.

—Vamos a sentarnos al comedor, la comida no tardara en estar lista. —nos dirige a otra a habitación igual de grande que la anterior o más.

Una mesa amplia y larga se encuentra allí, tiene solo un par de cubiertos y un plato. ¿Por qué no hay dos más para ellos?, que raro. Las sillas y la mesa parecen ultra delicadas y caras. Tomo asiento en una de las ellas, frente a mi Jason y a mi lado, en la punta de la mesa, Taylor.
Trato de sentarme bien y no mostrarme mal educada, realmente no sé que pueda pensar esta mujer de mi. No quiero darle una mala impresión, no es que realmente me importe lo que vaya a pensar, pero de todas formas no me gustaría caerle mal.

—Como veras, la única que va a comer eres tú. Déjame que te explique. —me dice al notar mi confusión respecto al ser la única con los utensilios para comer. —Nosotros preferimos la sangre, no toleramos otra cosa. Así que espero que no te moleste vernos beber sangre frente a ti, si te molesta puedes decírmelo cariño... Espero que sepas que no he matado a ningún humano, hace decadas dejamos de alimentarnos de humanos, solo algunos vampiros cultos o conservadores lo hacen.

—Oh, claro que no me molesta, no tenía idea de que ustedes no comían. —le cuento.

—Es entendible, viviste como humana mucho tiempo, siempre tuviste la sangre de ángel, pero jamás te criaste como una.

—Puedo decir que mi vida como mortal fue agradable, pero he descubierto que prefiero vivir con los míos. Con las criaturas como yo, me siento menos... —no sé que palabra usar.

—¿Excluida? —pregunta Jason.

—Algo así. Siento que puedo ser totalmente yo misma, sin fingir ser una persona normal. Puedo usar mis alas, mis poderes, puedo hablar libremente sobre la magia y las cosas increíbles que suceden de este lado del mundo. Bueno, desde que descubrí que soy una ángel he considerado que el mundo es como una moneda, tiene dos caras. Una cara es la que muestra las mentiras con las que viven los humanos, la vida de los mortales y la otra es este otro lado. ¿Me entienden? —les pregunto.

—Sí, lo entiendo perfectamente, cuando a penas era una niña que debía fingir ser mortal, consideraba que el único lugar donde podía ser yo misma, era cuando estaba sola en mi habitación. Era algo triste, ahora me he acostumbrado a vivir entre la alta sociedad de mortales. —me cuenta Taylor.

Recuerdo mi charla con Jason sobre sentir que debe fingir ser alguien que no es frente a su madre, él me dijo que le diría quien es él realmente y espero que lo haya hecho.
Una mucama entra con un plato en las manos y lo deja frente a mi.

—Espero que lo disfrutes, he elegido un plato exquisito que vi a muchos mortales comer durante mi viaje por Europa. —me cuenta Taylor.

Otra mucama trae una jarra de porcelana y le sirve un liquido rojo en el vaso a ella y a Jason. Viéndolo así no parece sangre, más bien vino. Así que no es tan incomodo como pensé que sería.
Miro el plato frente a mi, hay una exquisita carne junto a algo que no distingo bien que es, pero se que voy a disfrutar la comida, el hambre me esta matando.

Duality #2 (Terminando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora