Ambos se miraron.
Ambos se estudiaron.
¿Quien era ella?
La mujer bajita de ojos azules enfrente de él estaba sorprendida. Sorprendida era decir poco.
¿Su mejor amiga y un hombre? Imposible.
Pero de nuevo, este hombre era Alessandro.
La mujer lo miro muy de cerca, ojos grises clarísimos, piel blanca salpicada de pecas. Cabello entre negro y marrón.
Él era hermoso, ¡mas que hermoso! ¿Quién era él?
Entonces una voz rompió la sorpresa de ambos.
—¿Beca?
La muchacha se obligó a alejar su mirada azul de aquel puesto joven para mirar a su amiga.
—¡Gianna!, amiga. Te busque en el Vaticano pero me dijeron que te habías ido de repente.—Los ojos de Beca miraron a Alessandro de forma sugerente—. Ahora se el motivo.
Gianna no era particularmente celosa, pero no se perdió la mirada de su amiga hacia su... su...
¡Dios, ¿qué eran ellos?!
Nada, no eran nada.
No había formalidades.
No había relación.
Pero eran algo. ¿Cierto?
Su estómago se apretó en nudos nerviosos.
Amaba a su amiga, pero al mismo tiempo le temía.
Beca era la reencarnación de una muñequita de porcelana antigua. Su rostro era finísimo y tenía esa forma de corazón en particular. Su piel blanca podía rivalizar con la de Alessandro, sin embargo en la de ella no había pecas, toda ella era pura y lisa. Y sus ojos, Dios mío, esos ojos; tan azules, tan claros, habían puesto de rodillas a muchos. Y luego estaba su cabello. Flamante cabello rojizo.
Ella era la reencarnación de Blanca Nieves, exceptuando el cabello negro. Eran tan hermosa, que siempre hubo un hilo de celos dentro de Gianna ante ello.
No le gusto que estuviera ahí.
Y no le gusto la curiosidad y admiración en el rostro de Alessandro.
Ahora mismo, no quería que estuviera ahí, la quería lo más lejos posible.
—¿Qué estás haciendo aquí, Beca?—Pregunto Gianna en tono brusco.
Los ojos de Beca se abrieron en sorpresa.
—Ojú, amiga mía, sacas las garras. Eso es bueno, eso es bueno. Pero no estoy para fastidiarte, tengo vacaciones así que vine a Roma a visitar a mi hermosa amiga. Lastima que ella se quiera deshacer de mi.—Dijo con un mojín de labios la pelirroja.
Gianna se sorprendió.
Beca era modelo. ¿Cómo si no? Una mujer tan hermosa no debería de ser otra cosa más que modelo. Era tan bonita, tan refinada; que a sus tempranos casi 20, era famosa en todo el mundo. Siempre rompiendo corazón a donde fuese. Los hombres se ponían de rodillas ante un rostro como el de ella.
Eso no le gustaba a Gianna.
—¿Vacaciones?—Hablo por fin Alessandro.—¿Qué son las vacaciones?
Gianna lo miro con tristeza.
Beca, lo miro como si fuera de otro mundo.
—¿Qué demonios es lo que está pasando aquí?—Pregunto Beca.—Bueno esta bien, luego me dicen. Sin embargo amiga, me gustaría que te pusieras mejor ropa y te quitarás aquellos chupetones, no quiero ser aguafiestas pero quiero informarte que Gianluca viene para acá.
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Votos Prohibidos ©
RandomUn devoto, un amor y una confesión. Aun los más santos se van al infierno. ¿Si quiera merece ir al averno? No, un ángel como Alessandro no lo merece. Y tu, ¿te confesarias con él? #1 No apta para menores [100601] #122 prohibido [190811] #100 inocen...