Era como escuchar una gran explosión de repente haciendo que Alessandro cerrara los ojos asustado y llevara sus manos hasta sus oídos.
En medio de aquel sonido, un par de manos lo jalaron de forma brusca haciendo que caminara en alguna dirección. No tenía idea de quién o a donde lo llevaban, pero no quería abrir los ojos. De pronto todo se había vuelto una pesadilla de la que no podía despertar. Casi se arrepintió de haberse sentido celoso hace un momento, si tan solo aquello eliminara el hecho de que Gianna, estaba en los brazos de Gianluca, pero no de forma segura, si no, en peligro.
Eso fue lo que le hizo abrir los ojos.
Ya no estaba en el salón, caminaba de forma apresurada mientras las manos de Beca y Donato lo guiaban por un callejón oscuro a toda en un paso veloz.
Se detuvo abruptamente.
—Gianna—. Fue lo único que pudo decir.
Beca lo miro de repente, triste y enojada.
—Lo siento, Alex, pero no puedo hacer nada por ella. Primero debo averiguar si puedo hacer algo por ella. En nuestro mundo, no se sabe si somos aleados o enemigos. No se de que parte estén mis padres, por lo que no se si podamos ayudarla.
De pronto el rostro de la bella chica se llenó de lágrimas.
Donato, quien había mantenido silencio todo el camino, habló.—Estaremos bien, debemos regresar a casa o a donde sea que debamos regresar. Guíanos.
Beca sorbió.—Yo, no se que es lo que está pasando, pero de esto es lo que me había alejado por tantos años.
Alessandro se repente se sintió ansioso.
—¡No podemos dejarla solo así!, prometí protegerla.—Grito lleno de convicción.
Beca lo miro con tristeza.
—No podemos protegerla ahora, Alex. Hay algo malo en todo esto y hasta no saber qué diablos pasa, no podemos hacer nada ahora.
—¡Esto está mal!, no debimos irnos. Iré por ella.—Aseguró el muchacho volviéndose.
Una bofetada de pronto lo detuvo.
—No iras a ninguna parte, estamos en esto juntos hasta que encontremos una solución. ¿Entendido?—La voz de Donato fue dura.
Alessandro asintió.
Estaba demasiado confundido con la situación pata darle importancia al hecho de que su mejor amigo, lo había golpeado. Su piel blanquísima y suavísima, se había marcado de un tono rosáceo, y no fue el golpe lo que le dolió, lo que estaba matándolo, era la imagen de Gianna tomada por el pelo de forma brusca mirándolo con súplica.
Jadeó.
Había roto su promesa y la había dejado al primer indicio de problemas, pero, ¿qué diablos había sido todo aquello que habían dicho Gianluca y Beca?
Necesitaba respuestas y la quería en ese momento.
Sus ojos grises buscaron los de Beca con súplica. Y ella, sabía con solo aquella mirada lo que le pedía
Asintió, habiéndome una promesa de decirle todo, pero antes, debían alejarse un poco más de aquel lugar.
Los tres chicos se encaminaron de forma apresurada entre calles. Lo que por día era un lugar hermoso y lleno de ostenticidad, de noche era... solitario. La mayoría de las calles de habían teñido de color negro, ninguna sola luz era lo suficientemente fuerte para alumbrar la calle sin tramos oscuros. Lo que eran escaparates de lujo de día, se transformaban en portales parecidos a agujeros negros.
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Votos Prohibidos ©
De TodoUn devoto, un amor y una confesión. Aun los más santos se van al infierno. ¿Si quiera merece ir al averno? No, un ángel como Alessandro no lo merece. Y tu, ¿te confesarias con él? #1 No apta para menores [100601] #122 prohibido [190811] #100 inocen...
