Ambos eran la fuerza que el mundo necesitaba para ser vencido. Pero la fuerza no siempre era clara y buena, ¿que pasaría si ambos tuvieran una parte oscura capaz de hacer cualquier cosa por el otro?
Adelaine era nobleza en un mundo donde eso ya no t...
Advertencia⚠️: Si bien este capítulo no tiene ninguna escena subida de tono, suicidio o escenas explicitas. Quería avisar que hay una escena al final de la historia, un diálogo mejor dicho. Que podría ser delicado, quizas para personas que hayan pasado por una situación de acoso. A mi me paso y hay ciertas palabras o expresión que me hacen recordar a ese momento, así que prefiero advertirlo y que nadie se sienta mal.
Ahora sí, disfruten ━───────────
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Dolor, un sentimiento tan común en las personas, uno que se permitían expresar. Llorar y sufrir, doler y sanar. Amar, sufrir y curar. Perder, llorar y seguir adelante. Sentimiento comunes, incluso antes de que el mundo sea invadido por caminantes. Todos se permitían llorar y sufrir, todos menos Adelaine. No sé lo había permitido desde la muerte de sus padres, desde el campamento de Atlanta, desde el DC... desde Sophia. ¿Que era diferente ahora? ¿Por qué ahora se permitía llorar y sentirse devastada? Dale había causado eso.
Dale había hecho que todos esos demonios la dejarán y le permitían llorar, todas esa voces y reclamos, todas esas veces que se lo prohibieron, que ella se lo prohibió. Los recuerdos la hacían romperse, los recuerdos de la mirada de Dale sobre ella, el como le hablaba, el como le había dicho que estaba orgulloso de ella, como la había sostenido cuando sentía todo derrumbarse, Dale la había sostenido y ahora, la había roto.
El aroma a antigüedad, el polvo en los muebles y las herramientas de Dale. Todo dentro de esa caravana la hacían llorar, cada cosa que tocaba despertaba un recuerdo de él.
Sonrió, lo hizo entre lágrimas al ver la katana colgada sobre una de las paredes, y nuevamente, el recuerdo llegó a ella.
Recuerdo
-Dale- la voz de la castañallamándolo, lo había hecho voltear y sonreír.
-Hola Lein, ¿qué traes ahí?-
Su voz, el recuerdo de su voz diciendo su nombre la hacia querer gritar, gritar como aquella noche. Quería volver a escucharlo decir su nombre, pero ahora solo era un recuerdo, su voz lo era.
-Mira lo que conseguí - mencionó mientras quitaba la funda de la afilada Katana y se le enseñaba.
-Linda, pero peligrosa.- contestó y la guardo con delicadeza.
-¿Podrías guardarla por mi? Luego la aprenderá a usar y serás el primero en verlo-
