Capítulo 34

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Adelaine

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Adelaine

Todo dentro de mi se había paralizado, mi pulso se aceleraba y mis pulmones se trataba de aferrar al poco aire que ingresaba, las lágrimas bajaban sin control y mi mano se encargaba de evitar que los sollozos salieran de mi boca. Las imágenes se repetían una y otra vez, las palabras de Carol impactaron en mi como siempre lo habían conseguido, ella se había encargado de cambiarme por completo y hacerme parecer tan inocente. Sabía que algunas cosas las hacía por mi bien y apreciaba cada una de ellas pero otras, como estas, me hacían acordar a mi madre, y no quería eso.

-Lein, cielo ¿Estas bien?- la voz detrás de mi me hizo voltear, su presencia me hizo soltar un sollozos y él no tardo en abrazarme con fuerza, sus brazos eran completamente reconfortantes y me hacían dar cuenta, de lo mucho que los extrañaba - Lein..hablame

-Lo siento, lamento tanto todo- Susurre y tras levantar mi mirada se conecto con la suya, era exactamente igual a la de Carl. Una sonrisa leve se poso en los labios de Rick y tras dejar un beso en mi frente, se arrodilló a mi altura

-Lamentó que tuvieras que sufrir por mis decisiones.-

Una sonrisa se apoderó de mis labios y tras notarlo volvió a abrazarme, este momento me había hecho sentir de nuevo en casa, no siempre eran agradables esos recuerdos o los desencadenantes que me llevaban a sentirme así, pero Rick había sido más padre para mi que cualquier otra persona antes del apocalipsis.

-¿Me dirás que sucede?- Volvió a preguntar luego de unos segundos en silencio y su mano acaricio mi cabello con calma. Estaba dispuesta a hablar cuando unos pasos firmes y apurados nos alertaron.

-Rick, debes venir- la voz impaciente de Daryl lo hizo moverse rápidamente, ambos adultos se alejaron de mi, una vez Daryl dijo que era mejor no verlo, si supiera...

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ADELAINE

Mis pasos dentro del pabellón parecieron suficiente para que un pequeño llanto llegará a mis oídos. Con cuidado y sin hacer ruido me acerque a la celda de Beth, en la cual estaba Judith. Sonreí al notar como la menos me miraba y tendía sus brazos hacia mi

-Tu eres la culpable - acusó Beth, a lo cual la mire con confusión - Estaba tranquila

-¿Dices que no le agrado?-

-Digo que es su forma de llamar tu atención, no te ve desde ayer y la acostumbraste a dormir contigo - Explicó haciéndome sentir mal por aquello, la enfermedad no me permitía acercarme más de la cuenta, por lo que mantenía mis limites con ellos.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆. 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora