Ambos eran la fuerza que el mundo necesitaba para ser vencido. Pero la fuerza no siempre era clara y buena, ¿que pasaría si ambos tuvieran una parte oscura capaz de hacer cualquier cosa por el otro?
Adelaine era nobleza en un mundo donde eso ya no t...
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Las cosas habían cambiado, no solo por el hecho de ya no poseer uno de mis ojos, que la vida se veía diferente o que las cosas en Alexandria habían cambiado, el aire se sentía diferente, todo parecía mantenerse en un color cobrizo, como si viviéramos en un tiempo diferente a todo lo que sucedía fuera de las murallas.
O al menos yo me sentía así, incluso cuando las cosas se veían diferentes para mi, había gente que me hacía saber que vivíamos en un mundo cruel, y que nuestra seguridad dentro de Alexandria era temporal
━Carl, ¿puedes venir?━ la voz de Michonne fue la que detuvo la pequeña pelota verde que utilizaba como terapia para mis reflejos, intente decirlo a la distancia, que era orden de Denise el hecho de soportar el tedioso golpeteo pero la voz de mi padre llamándome me hizo acercar
━¿Que Denise dijo que hicieras esas terapias?━ dijo apenas me vio asomarme por la puerta, Michonne yacía a mi costado
━Ya me oíste━ parecían burlarse de mi, y las sonrisas en sus rostros me hicieron sonreír, me gustaba verlos felices. ━ Saldré un rato, por cierto
━¿Verás a Lein?━ las cejas de mi papá hicieron un ridículo baile al elevarse y bajar ritmicamente, haciéndome rodar el ojo y bufar, aunque sintiera gracia dentro de mi
━Le llevare comida, y volveremos en la tarde━ les informe y Michonne susurró un "como todos los días" con aquella sonrisa en su rostro, asentí indicandole que tenía razón, y tras robarme la poca pasta de dientes que me quedaba, me dejaron retirar.
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Oculta, esa era palabra que la definia, una caravana antigua, sucia, rodeada de árboles y malesa que le daban la fachada de abandonada. Ventanas tapadas y el frente cubierto por más hojas de árboles, pero dentro de toda esa fachada se encontraba ella. Rodeada de papeles, ocultando las paredes reconstruidas como puntos de guías, para pegar sus ilustraciones, sus notas o los mapas que marcaba con la idea de algún día recorrerlos.
La puerta rechino un poco al abrirla, sin embargo no la alertó en lo absoluto, porque los pocos que conocían de su pequeño lugar, sabían que ella estaría ahí. La caravana se encontraba detrás de Alexandria, bajo un gran árbol, y había sido descubierta por Carl y Adelaine en una de sus salidas luego del despertar del ojiazul. Aquel lugar había sido en su comienzo un rincón al que acudir para estar solos, un oculto sitio donde podían ser ellos, pero con la inseguridad de Carl en su aspecto, dejó de frecuentarlo y se mantuvo en su cuarto por días.
