Capitulo 37

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Muerta, hubiese deseado estarlo, estaba segura que volvía a estar muerta por segunda vez. Los recuerdos eran tan tormentosos, pero era lo que la impulsaba en cierta forma, cada fragmento de ellos eran un claro ejemplo de su motivo a seguir, o lo era.

Por qué en estos momentos, con el aire removiendo su cabello, su mirada en ese vacío interminable que le había regalado el amanecer más bello de todos, a ambas. Sus pies tan cerca de la punta que jugaban en el aire libre, sus manos tratando de alejarse de su vista pero con la conciencia en claro de lo que tenían. Su ropa, rota y llena de aquel líquido rojizo y espeso que comenzaba a secarse y pegarse por completo en zonas de su piel. Sus ojos aún conservaban lágrimas, sus mejillas las conservaban grabadas en ellas y la dulce voz de un ángel susurrando en su oído, sabía que ella no estaba ahí, sabía que nada la detendría de hacerlo y estaba bien, estaba cansada de esto.

Cansada de aparentar ser algo que no era, cansada de tratar de ser perfecta, lo había hecho toda su niñez y ahora que había perdido todo, que hasta su mente la torturaba, solo podía pensar en descansar. Quería 20 minutos para volver a la relajación de los brazos de aquellos que ya no estaban, queria 20 minutos donde fuera solo una niña volviendo a casa de la escuela de la mano de alguien que la amará, pero no podía engañarse, y estaba consciente.

-No harás eso, no permitiré que asesines a alguien, TU NO-

Le había fallado, sentía eso.

Su vista bajo unos segundos a sus manos y lo afirmó, la sangre la llevó a su realidad, le había fallado.

-Adelaine, dulce Adelaine, te dije que no eramos tan diferentes- la voz era clara, había sentido su presencia a su lado y no debía voltear para saber que era él. Solo atino a bajar su mirada a sus pies y escuchando la frase una y otra vez dio el siguiente paso, tiro su cuerpo hacia adelante y se dejó llevar.

Segundos, parecía todo viajar en cámara lenta que siquiera se dio cuenta de lo rápido que había dejado de sentir el suelo, todo indicaba que pronto llegaría la caída inminente. Sonrió al escuchar las voces llamándola, una dulce voz que reconocía a la perfección, su cuerpo parecía comenzar a caer cuando todo se detuvo

-¡¡ADELAINE!!- la voz se había aclarado y la había traído a la realidad de golpe, su cuerpo había impactado con el suelo y sus ojos se abrieron desorbitados al ver a la persona frente a ella. Sus brazos se movieron rápidamente y tocó el brazo que rodeaba su cintura como si fuera falso, las lágrimas se acumularon rápidamente en cuanto la vio claramente - ¿Estas bien? ¿EN QUE DEMONIOS PENSABAS?- Su voz molesta nunca la había hecho estar tan feliz, se aferro a ella sin pensarlo y dejó salir un grito de dolor, aquel que se había reprimido durante días, días donde sólo se veía sola y en el infierno mismo.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆. 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora