We are still here (2/2)

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2 meses después

Las cosas habían cambiado tan rápidamente que para ambos era sorprendente, ver a Carl con un traje de entrenamiento todas las mañanas, escuchar enfermeras y jóvenes en el comedor llamarlo "recluta Grimes" era algo que ninguno esperaba, pero para ambos seguían siendo versiones mejoradas de lo que eran en Alexandria. Adelaine ahora portaba bata blanca y trabajaba con Elias en la vacuna, que si bien ya comenzaba a ser distribuida por ambos, mezclando la sangre con componentes que conocían, vacunando a enfermos, niños, adultos y soldados.

Toda la base aérea le estaban tan agradecidos a ambos, sobre todo a Adelaine por darles una esperanza de vida que nadie más podría, todos la saludaban al verla pasar y sonreían con ternura cuando se la veía, como si fuera un ángel del parecían rendir culto. Pero luego, cuando la bata quedaba colgada sobre el perchero y las faldas largas y pegadas al cuerpo, se convertían en finos pantalones y camisas mangas cortas, junto a guantes para no lastimar sus manos, comprendían porque ese no era un Ángel.

Ver a Adelaine era de los pasatiempos favoritos de los reclutas nuevos, y quizás algún que otro en puesto mayor, pero la realidad es que conocían la situación actual y la misma durante los 2 meses que estaban ahí. Pero, siempre había ocasiones nuevas para ilustrar lo que sucedía.

Cabello castaño atado en una perfecta coleta, el sudor que bajaba por su mentón y se perdia entre los inicios de su escote y se perdían en su camisa, aquella fina tela que se pegaba a su cintura y dejaba apreciar el marcado abdomen, que a diferencia de otras ocasiones, comenzaba a no ser tan pronunciado.

Las piernas se flexionaba cuando las pesas tocaban el suelo y cuando ella largaba el aire por la boca, sus piernas volvían a subir en una perfecta sentadilla mientras elevaba los brazos y las órbitas de sus pechos se marcaban, tan embriagadora imagen que distraía a los militares que entrenaban en el mismo gimnasio

━Esa mujer me encanta━ dijo aquel rubio de ojos claros que sostenía la botella de agua en su mano y juraba que lo único que portaba para ese punto, era era propia saliva, era tan mágica ante la vista que le tenía tanta envidia a ese idiota.

━Que Grimes no te escuche, el otro día le rompió el dedo a uno por intentar tocarla━ su compañero, Smith fue sincero y si bien no podía evitar mirar a la mujer de su compañero, jamás se atrevería a acercarse, tanto por respeto a un aliado, como porque tenía miedo.

━Es solo porque ella no sabe lo que es estar con otro hombre, solo conoce lo que es Grimes en la cama, pero yo podría hacerlo mejor━ alardeo haciendo que el joven castaño a su lado se girara al sentir unos pasos conocidos a su espalda, sonrió levemente al ver a Grimes escuchando detrás. Con una sonrisa que lo único que hizo fue divertir mas la situación, paso junto a su lado y golpeteo la espalda del hablador

━¿Tu crees, Rodriguez?━ preguntó con un tono tranquilo mirando lo que ellos igual, y se agradeció tanto no estar su lugar, esa mujer tan perfecta, se habría vuelto loco de no poder tenerla y entendía porque les gustaba, pero nada, nada le quitaría lo que era suyo y que amaba más que a nada en este mundo.

━Claro que si━ Confesó sin miedo señalandola.

Y aunque entendía la situación, y también era conocedor de que ya había roto varios dedos, y dejado moretones en varios de sus compañeros. Peligrando su puesto como general algún día si seguía, tenía prohibido pelear con los suyos hasta que se calme las aguas, y con esa excusa en el mapa, decidió jugar un poco.

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆. 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora