Capítulo 38

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Sus pasos se detuvieron apenas la vio, ella por su parte sonrió por primera vez desde la salida de la prisión y estiro sus brazos hacia Adelaine

-Es la primera vez que sonríe desde que salimos - Confesó Tyresse al notarlo, la menor se acercó lentamente con miedo a cualquier reacción. Sus pensamientos luchaban con las ganas de llorar pero todo aquello se derrumbó cuando las tomó en sus brazos, las lágrimas bajaron por sus mejillas y un sollozo salió de sus labios. Unos fuertes brazos se unieron a ambas pequeñas y el sentimientos cálido que sintió cuando Carol la abrazo volvió a ella. - No sabes cuanto me alegra que estés bien

-Me alegra verte Ty- Murmuró con un tono tan dulce que le sorprendía de ella misma, más no le disgusto. Le sonrió levemente antes de comenzar a caminar por las vías del tren con Judith en brazos, quien le tocaba el rostro y sonreía.

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ADELAINE

-Estamos cerca -mencionó Carol una vez estuvimos bastante lejos del lugar donde nos encontramos, ambos la miramos esperando que continúe hablando - Llegaré está ahí. Quiero ver que estén a salvo,pero no me quedaré -

Guarde silencio al ver como Tyresse asentía comprensivo, estaba claro que muchas cosas no sabía y pronto me pondría al tanto.

-Caminante-Informó Tyresse, quien tomó a Judith en sus brazos y miró como Carol se encargaba.

-¿Estas bien?-Pregunté mientras le tendía mi mano para que se pudiera levantar, parecía molesta. Mi mirada se dirigió a la horda que se dirigia hacia nosotros, golpeé el hombro de Carol indicándole lo sucedido y deteniendo el intento de decirle algo a Tyresse.

Continuamos camino a escuchar disparos provenientes en la dirección de Terminus

-Los atacan- comenté recibiendo un asentimiento de cabeza por parte ambos, Tyresse fue el primero en preguntar si debíamos seguir el camino, Carol le respondió que si.

Nuestro recorrido se vio interrumpido nuevamente debido a la voz de un sujeto, nos acercamos apenas escuchamos sus menciones sobre una mujer de katana y un chico son sombrero, mi katana se encontraba en su cuello antes de que la pensará.

-Oigan, esto no es necesario. Tenemos un lugar seguro -intentó convencernos, el filo de la katana se pasaba lentamente por su cuello y eso lo hacía temblar al hablar

-Si, pero somos amigos de la chica de katana y el chico de sombrero. Así que empieza a hablar -

La suerte del hombre definitivamente comenzaba a empeorar, lo habíamos atado en la cabaña donde lo encontramos. Trataba de persuadirnos pero iba de mal en peor

--Ellos atacaron primero-mencionó mirando a Carol, quien respondió con un "no te creo", lo observé resoplar hasta que su mirada dio conmigo-Oye pequeña

𝐒𝐓𝐑𝐎𝐍𝐆. 𝐂𝐚𝐫𝐥 𝐆𝐫𝐢𝐦𝐞𝐬✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora