La vida secreta de Levi (Levi x OC)

6. PESADILLAS

Cuando Aru decidió acostarse eran casi las diez, Levi se había quedado afuera en una pequeña terraza a un costado de la instalación mirando la noche estrellada, así que ella simplemente se acostó a dormir sin decir nada. Aru había cambiado las sabanas del camarote inferior a la par del escritorio, el que se encontraba frente a ella, para que él durmiera más cómodo. Media hora después Levi entró y se quedó sentado en la silla del escritorio junto a la cama donde ella dormía, notó que las sabanas del camarote estaban recién cambiadas. El viaje había sido cansado, él no solía dormir mucho, aun así, se inclinó sobre el escritorio y a los pocos minutos se quedó dormido.

Era aproximadamente media noche cuando Aru despertó sobresaltada, estaba sudando y tenía lagrimas en los ojos, se tomó un momento para recordar dónde estaba y que lo que acababa de ver era solamente un sueño. Vio una sombra de alguien sentado a la par suya, se asustó por un momento, pero recordó que Levi estaba ahí, se había dormido sentado en la silla del escritorio, ella se levantó en silencio y le puso una cobija encima, después salió descalza con su equipo de maniobras hacia el bosque.

Levi se había dado cuenta de su pesadilla, pero quiso esperar a ver si despertaba por si sola y cómo iba a actuar, no quería lidiar con ese tipo de cosas. Cuando la escuchó salir se preocupó un poco, pero decidió dejarla ir, supuso que era algo normal, que tomaría aire fresco y no tardaría mucho.

Había pasado casi una hora y Aru no volvía, salió y no la vio, pensó que al llevarse el equipo tridimensional debió ir al bosque cercano, bastante fastidiado volvió a entrar, realizó unas cosas y salió a buscarla.

Era noche de luna llena, era una noche despejada y el clima había enfriado, le tomó unos diez minutos encontrarla, estaba en uno de los arboles centrales, cuando subió la vio sentada, recostada al tronco del árbol, su mano estaba en el tronco, tocando algo que no podía ver

— Tienes que volver, no puedes estar aquí — le dijo de mala gana

— No te equivoques, no soy una de tus subordinados

— Lo sé, pero hace frío y Pietro me matará si vuelves resfriada... Además, es bastante desagradable que andes por ahí sin zapatos

— ¡Ja! Tienes razón

Aru quitó lentamente la mano del tronco, suspiró y se dejó caer, era bastante diestra con el equipo tridimensional, Levi la siguió, pero antes echó un vistazo al tronco, era una especie de registro tallado en el tronco con un cuchillo, tenia dos filas, una con una M y otra con una A, la de la M tenia quince marcas, la otra sólo catorce.

Caminaron un poco y cuando estaban a punto de entrar al campamento Aru se detuvo de golpe – ¿hueles eso?, huele a te de Yarckel!! – dijo asombrada, abrió la puerta y el olor era mas fuerte aún.

— Preparé un poco de té — expresó de manera desinteresada

— ¿Preparaste té? 

— Sí

— ¿Té de Yarckel?

— Sí

La cara de Aru se iluminó con una sonrisa – tengo muchos años de no probar este té – le dijo. La última vez que lo había probado aquel hombre tan especial para ella se lo había llevado, así que cuando lo probó sintió un dolor en el pecho, no supo si era tristeza o alegría...

Tomaron el té en silencio, pero ella necesitaba decir algo.

— Levi, tengo... Ahhhggg diablos... Tengo que pedirte disculpas, lo que dije cuando nos conocimos... No debí hacerlo, fue estúpido de mi parte, lo que pasó no fue tu culpa... Sólo quería que lo supieras — dijo esto sin voltearlo a mirar por lo avergonzada que estaba

— No te preocupes, soy yo el que tiene que pedir disculpas por haberte golpeado, me lo tome muy en serio. Supe que estuviste en el hospital, ¿estás bien?

— No tienes que disculparte por eso, fue mi culpa, merecía esa patada. Además, no es la primera vez que tengo tres costillas quebradas

— Mierda... ¿Te quebré dos costillas? — musitó tocándose la nuca

— Jajaja, sí, pero no te preocupes, he tenido mas fracturas que eso y se que no serán las ultimas. Ahora que lo pienso, siempre que conozco a un Ackerman termino en el hospital

— ¿De qué hablas?

— Es una larga historia, después te la cuento

Terminaron el té, ella fue a lavarse los pies y volvieron a acostarse, eran las tres de la madrugada para entonces, esta vez Levi si se acostó en la cama que Aru había preparado, ambos durmieron hasta el día siguiente sin ningún contratiempo.