En un lugar donde la muerte es pan de cada día ¿podría existir algo más duradero? En esta historia como en muchas otras se empieza con eventos inesperados, con pérdidas y llanto, pero existe una tenue luz de esperanza, donde es posible tener un fina...
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La noche avanzaba, algunos de los regalos habían sido entregados y los ánimos se volvían muy sentimentales. Aru estaba sentada junto a Pietro y Cristine charlando con los chicos de Orvud
— Pietro... — interrumpe Aru de repente
— ¿Ah?
— ¿Crees que deberíamos cantar?
— Todo se está poniendo muy tranquilo, deberíamos animarlos un poco
Todos en la mesa se volvieron a ver, los dos se levantaron y hablaron con el dueño de la taberna y desaparecieron. Minutos después escucharon un tamborileo y guitarras, nadie sabía de donde venia el sonido, pero por la puerta de atrás entraron unos músicos junto con Pietro y Aru.
Empezaron a cantar una canción alegre tradicional que todos sabían, en cuestión de minutos estaban mas alegres que nunca, todos cantaban, Aru pasaba por los lugares de todos para cantar con ellos mientras bebía en todas las mesas un trago.
Luego de esa primera canción todos estaban sorprendidos, ambos cantaban muy bien, era un talento que no sabían que tenían. Cantaron distintas canciones, en su mayoría alegres, Pixis estaba realmente contento de volver a escuchar a ese par cantando y le pareció ver a los chiquillos que había conocido en el bar de Marlo ya hace tantos años.
La siguiente canción era cantada por ella, era una canción romántica pero alegre, esta vez se quedaron en el pequeño escenario, mientras ella cantaba, los demás aplaudían y bailaban al son de la canción.
Por fin, el alcohol había llegado a casi todos, así que Aru decidió cantar una canción romántica, pero más tranquila, ésta la cantaría ella sola, le dijo a Pietro que fuera al lado de Cristine. Esta era una canción que siempre le había gustado, pero nunca pudo cantársela a nadie, dejó el sentimentalismo de lado y empezó a cantar.
Esta vez todos guardaron silencio, la voz de Aru llenaba todos los rincones, la letra era hermosa y su voz aún más; lentamente empezó a ver como todos tomaban una actitud más sentimental, Nicolo por fin tomo la mano de Sasha; Eren y Mikasa se miraron y se sonrojaron, aunque no dijeron nada parecía que ambos por un momento sintieron lo mismo; en otra mesa Pietro abrazaba y miraba a Cristine, ambos chocaron sus narices y se acurrucaron juntos.
En determinada estrofa de la canción
— No puedo seguir sin ti...
La mirada de Aru se dirigió a la mesa de los comandantes, tomó todo el valor que el alcohol le había proporcionado y lo buscó... al fondo pudo ver a Levi observándola, sus miradas se anclaron una a la otra, fue como si el mundo entero desapareciera para ambos y se encontraran sólo ellos dos en ese momento
