En un lugar donde la muerte es pan de cada día ¿podría existir algo más duradero? En esta historia como en muchas otras se empieza con eventos inesperados, con pérdidas y llanto, pero existe una tenue luz de esperanza, donde es posible tener un fina...
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Aru se levantó y tomó su té, se veía un poco cansada, pero estaba feliz. Levi ya había terminado y continuaba sentado en la silla con las piernas estiradas
L: Termina para retirar los platos y lavarlos
A: Dame un segundo... Parece que no va a dejar de llover
L: Si, es extraño, creí que las lluvias habían cesado
Ella termina el té y él se levanta para lavar todo
A: ¿Por qué me evitaste este último mes?
Él paro un momento de lavar los platos, la pregunta lo tomo desprevenido, pero continuó
L: No lo hacía
A: Pues... eso parecía... te busque... extrañe nuestras charlas
Ella se levantó, hacía frio, por lo que sacó del armario unas cobijas, vio una caja que tenía guardada, quiso sacarla, pero dudó y la dejó donde estaba, puso una cobija sobre la silla, mientras ella se colocaba la otra en la espalda y volvía a sentarse en la cama
A: ¿Por qué no le diste el regalo a Hange de tu parte?
L: Ella es solamente una amiga, fue la primera en el cuerpo de exploración que me trató amablemente... Es una persona a la que quiero mucho, somos tan cercanos que casi podemos leer nuestros pensamientos así que ella sabría que ese regalo no era de mi parte
A: De igual manera tuviste que haberte quedado con ella esta noche
L: Creí que pasarías la noche con el tipo de la cafetería
A: ¡Con Juno!, ay no, no, él es un viejo amigo, su padre es joyero, cuando era niña siempre le vendía las joyas que robaba y fue a él a quien le encargue el anillo que le regale a Pixis... Yo pensaba... estar sola... ¿Por qué me fuiste a buscar al escondite?
L: Estaba preocupado... Pero no te iba a buscar, quería estar solo, al igual que tú... y pensé en el escondite
A: Ya veo...
L: Después recordé que dijiste que debíamos pasar junto a las personas que son especiales para nosotros y me alegré al ver que estabas ahí
Hubo un silencio largo, Levi terminaba de secar los platos y sólo se podía escuchar la lluvia caer sobre el tejado, Aru se había recostado en el respaldar de la cama, estaba envuelta con la cobija y agarraba sus rodillas con los brazos, su corazón se había acelerado por lo que Levi acababa de decir, estaba tratando de asimilar lo que había escuchado y pensando – ¿por qué dijo eso?, será posible que... no, no... a él le gustan altas, lo dejo muy claro – ... Levi, sin que ella lo advirtiera, sacó una pequeña bolsa del bolsillo del pantalón que se estaba secando junto a la estufa y se sentó en la cama frente a ella, pero ella no lo notó por estar perdida en sus pensamientos
