En un lugar donde la muerte es pan de cada día ¿podría existir algo más duradero? En esta historia como en muchas otras se empieza con eventos inesperados, con pérdidas y llanto, pero existe una tenue luz de esperanza, donde es posible tener un fina...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Aru salió sin atender los llamados de los demás, en ese momento lo único que quería era alejarse, ya afuera corrió y subió a su escondite, hacía meses no iba a ese lugar, no había tenido la necesidad. Abrió la botella, tomó un sorbo y empezó a llorar. Después de unos minutos escuchó una voz que tomó desprevenida
— Creí que te marchabas porque tenías una cita
— ¿Qué haces aquí Levi? No te escuche venir
— Estabas llorando, no me escucharías aunque quisieras. Para ser una enana le diste un buen golpe
— No te burles, no estoy de ánimo y no deberías estar aquí, lárgate, es enserio
— ¿Estás bien? — sigue insistiendo Levi
— Perfecto, ahora si quieres hablar — replica ella rodando los ojos y bebiendo un trago
—¿Lo estás?
—Si, si, no fue nada, estoy bien, ya, déjame sola
— Ya no tengo ganas de estar allá
— Levi, tienes que volver, ¿ya le diste el regalo a Hange?
— Si, estaba encantada, me pidió que te diera las gracias
— ¿Qué? ¡¡¡Eres un tonto!!! Jajaja
— Deberías reír más a menudo
— Yo siempre rio, eres tú el que no lo hace
— ¿Por qué llorabas?
Aru volteo su mirada hacia el frente, tomó un sorbo de la botella y con la manga de la chaqueta que llevaba puesta limpió su nariz que volvía a sangrar
A: Cuando Mike estaba vivo Corond no se atrevía a tocarme, creo que sabía que él y yo estábamos juntos, cuando él murió fueron Erwin y Pietro quienes se encargaban de mantenerlo lejos, pero cuando él también murió y Pietro se alejó encontró una brecha donde poder colarse, siempre había podido mantenerlo a raya, has visto lo insistente que es, pero hoy se pasó. Me tomó desprevenida, tuve que haber previsto que eso pasaría, ni siquiera me defendí ahhhhh
L: Entiendo, pero no es tu culpa, todo fue muy rápido, ¿puedo tomar un trago?
A: ¡¡No Levi no!! Te dije que quiero estar sola
Levi guardó silencio y bajó la cabeza, ella sentía un dolor en el pecho, no sabía como explicarlo, ese maldito dolor cuándo lo veía, la iba a volver loca... Cuándo él dio media vuelta para marcharse ella sólo dijo
— ¿Pelearías conmigo?
Levi se detuvo, sintió cierto alivio, aunque no entendía la pregunta
