En un lugar donde la muerte es pan de cada día ¿podría existir algo más duradero? En esta historia como en muchas otras se empieza con eventos inesperados, con pérdidas y llanto, pero existe una tenue luz de esperanza, donde es posible tener un fina...
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Aru comenzó a caminar hacia el bosque, se sentía como una completa villana, lloraba tanto que no sabía que era lo que estaba sintiendo, era una mezcla entre dolor, vergüenza e impotencia, sabía que le había roto el corazón a Lucas, que no había manera de no hacerlo sufrir, pero lo que mas la estaba volviendo loca es que estuvo a punto de dudar y eso era una mierda.
Llegó a un claro del bosque lleno de césped, la luna era llena por lo que la claridad le permitía ver sin dificultad, se quitó los zapatos y se acostó sobre el césped, dio un largo suspiro, sintiendo la briza fresca y dejando que sus pulmones se llenaran de ese aroma tan sutil que tenían los bosques , tocó el césped con sus manos y cerró los ojos, recordó cuando recién conocía a Levi, en como la hacía sentir su presencia, en las tantas conversaciones que habían tenido a través de los años y en el día exacto que se dio cuenta que se había enamorado de él.
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Fue una tarde de primavera, el cielo estaba completamente despejado, acababa de llegar a Trost para monitorear la entrega de unos suministros, hacía esas visitas sorpresa de vez en cuando para asegurarse que no estuvieran desviando productos a otros lugares, era una visita relativamente rápida, pero siempre que iba a Trost se escapaba un par de días a las afueras aprovechando que ya los titanes de la muralla María habían sido eliminados.
Sabía que Levi y Hange estaban ahí, así que antes de irse pensó en pasar a saludarlos, cuando pasaba por la plaza frente a las instalaciones vio a lo largo a Levi hablando con alguien, al acercarse más pudo notar que no era soldado, era una chica, vestía un fino vestido y tenía colocado un pañuelo en la cabeza que no la dejó detallarle mucho el rostro, solo notó que tenía una cabellera rubia y al estar más cerca pudo oír las palabras de Levi
— Será un honor desayunar contigo
Luego le besó la mano. En ese momento Aru sintió como una oleada de celos se apoderó de ella, paró de inmediato y se dio la vuelta completamente enojada. De lo que no se había dado cuenta es que la chica había notado su presencia y alertó a Levi de la misma, él intentó seguirla, pero no podía dejar plantada a la antes soldado y ahora reina Historia.
Aru tomó su caballo y se dirigió a todo galope hacia un bosque no muy lejos de ahí en el cual había un lago con agua cristalina, le gustaba acampar una noche ahí, asar un poco de carne, beber y dormir al aire libre para estar en contacto con la naturaleza, si había algo que necesitaba de vez en cuando era encontrarse a sí misma en soledad, no hablar por un día entero y simplemente disfrutar el momento.
Al caer la noche, después de encender la fogata decidió abrir la botella y empezar a asar carne. No podía sacarse de la cabeza a Levi besándole la mano a esa mujer – No sabía que tuviera novia... ¿Quién demonios puede ser? Tampoco es que me importe... maldito enano feo – y entre indagaciones, comida y bebida, sin darse cuenta se había tomado toda la botella de ese licor que había traído desde la ciudad subterránea. Aru se había quitado todo su equipo, soltado el cabello, desabrochado su blusa, quitado medias y estaba tarareando con los pies en el lago cuando escuchó pasos tras ella. Se levantó trastabillando y tomó una rama seca que era lo que tenía a mano
