En un lugar donde la muerte es pan de cada día ¿podría existir algo más duradero? En esta historia como en muchas otras se empieza con eventos inesperados, con pérdidas y llanto, pero existe una tenue luz de esperanza, donde es posible tener un fina...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
*** ⚠⚠⚠ ADVERTENCIA: A PARTIR DE ESTE CAPITULO Y LO QUE RESTA DE ESTA HISTORIA HAY SPOILERS DE COSAS QUE NO HAN SALIDO EN EL ANIME⚠⚠⚠***
La mañana siguiente Levi despertó temprano, Aru se encontraba al frente suyo, él extendió su mano y le tocó la cara admirando lo apacible que se veía mientras dormía, tuvo una sensación de paz y cuando ella abrió los ojos, le regaló una sonrisa, verlo sonreír la hacía sumamente feliz.
— Buenos días
Aru se acercó a él y se acurrucó en su pecho, sintiendo ese aroma que tanto lo caracterizaba, él la cubrió con sus brazos
— Buenos días — respondió ella
— Hace frío
— Si, deberíamos quedarnos en cama toda la mañana
— No podemos hacer eso
— Lo sé, déjame fantasear un poco
Ella hizo un intento para levantarse, pero él la apretó con los brazos para que se quedara junto a él, ella rio y se volvió a acomodar, se quedaron un rato así y después él la soltó para ponerse de pie.
— Ve a bañarte, prepare el desayuno
— ¿Cocinas? — inquirióella sorprendida
— La verdad no mucho, pero improvisare
Se levantaron y empezaron a prepararse, media hora después estaban desayunando unos huevos un poco quemados, la conversación fue amena y ya se disponían a salir. Salieron juntos de la casa, Aru guardó la llave bajo la maceta y antes de bajar las graditas para salir al jardín Levi la tomó por la cintura con su típica cara inexpresiva, él estaba una grada más abajo por lo que quedaron cara a cara.
— No quiero que te alejes de mí — expresó él suavizando el rostro
— No lo haré...
—Deberías soltarte más el cabello, te ves hermosa
—Es incómodo mantenerlo así mientras trabajo, pero cuando estemos solos lo soltaré
Él le acaricia la mejilla con la cicatriz, ella le sonríe y se lanza para abrazarlo, se mantienen así un rato.
— Te quiero — le dice Levi casi en un susurro
— Estás de suerte
— ¿Ah sí?
— Si, también te quiero
Se separaron, se dieron un último beso y emprendieron el camino hacia el centro, caminaban juntos, pero sin tomarse las manos, ninguno de los dos era fanático de las demostraciones de afecto en público, aun así, al separar sus caminos, antes de que ella volteara, él le agarró la mano lo que tomó a Aru por sorpresa y le dijo
