47. ISABEL Y VICTOR

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Cuando Aru escuchó las palabras de Lucas su rostro se iluminó, se agachó y levantó al gran gato amarillo que pedía que lo levantara, el gato se acurrucó en sus brazos y empezó a ronronear

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Cuando Aru escuchó las palabras de Lucas su rostro se iluminó, se agachó y levantó al gran gato amarillo que pedía que lo levantara, el gato se acurrucó en sus brazos y empezó a ronronear

A: ¡Lucas! ¡¿Son aquellos gatos?!

L: Así es, no sabía qué hacer con ellos y se los llevé a mi madre

A: Eso fue hace tanto tiempo, no puedo creer que los conservaras, creí que los habías regalado a algún recluta

L: Pues no, encontraron el lugar perfecto con mis padres


Victor pudo ver la sonrisa de Aru, entendió hasta cierto punto porque su hijo la estaba ayudando, pero en ese momento le quitó de los brazos el gato a Aru, esos gatos eran los chineados de la casa, ninguno de sus hijos les había dado nietos, así que trataban a esos cuatro gatos como pequeños niños y Victor era realmente celoso con ellos.

I: ¡Victor! Porque le quitas el gato, estaba muy a gusto

V: No lo estaba, no les gustan los extraños

I: ¡¡No seas ridículo!! Aru, lo siento, es un viejo gruñón, pero estás en tu casa, Lucas llévala a su habitación


Lucas con un gesto le indicó a Aru que lo siguiera para dirigirla a la habitación en el segundo nivel de la vivienda, los padres de él se quedaron en la sala conversando en voz baja.

A: Estoy segura que no le caigo bien a tu padre

L: Sí, supuse que esto pasaría, suele ser un poco quisquilloso, pero es un buen tipo, ignóralo de momento, hablaré con él

A: No te preocupes, toda mi vida he lidiado con tipos así

L: Jajaja, tu hazle la tarta de manzanas, no le rompas la nariz y lo conquistarás


Ambos rieron de imaginarse la escena de ella dándole un golpe a ese hombre tan alto, al entrar a la habitación Aru quedó asombrada, era un aposento tan grande como su antigua casa, había una cama enorme con dosel a la cual no tenía idea de cómo iba a subir por lo alta que era, todos los muebles de madera oscura con tallados tan elegantes como delicados y una decoración verdosa con dorado en cortinas, almohadones, sillones y cubrecamas.

A: Corond... Esta habitación... es enorme... ¿Estás seguro que dormiré aquí?

L: Sí, es la habitación de huéspedes, no te preocupes

A: ¡¿Habitación de huéspedes?!... Qué demonios... Vives en un maldito palacio ¿Cómo se te ocurre traerme aquí? Quiero estar donde está el hombre que trajo la carta

L: ¿Con Héctor? Jajaja, no, él está en el cobertizo, ahí estarás un poco más incomoda, y mi madre no dejaría que te quedaras ahí

A: Esto es demasiado, ni siquiera puedo subir a esa cama

La vida secreta de Levi (Levi x OC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora