En un lugar donde la muerte es pan de cada día ¿podría existir algo más duradero? En esta historia como en muchas otras se empieza con eventos inesperados, con pérdidas y llanto, pero existe una tenue luz de esperanza, donde es posible tener un fina...
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Entrada la mañana Aru escuchó movimientos en la habitación, Flora estaba recogiendo los platos y revisando que ella se encontrara bien, cuándo abrió los ojos recordó inmediatamente la carta que había leído horas antes, se incorporó de un brinco y de un grito asustó a Flora que casi tira los platos que llevaba en la bandeja.
— ¡¡Flora!! Llegó una carta de Levi, te la tengo que leer
— ¡¿Qué, es en serio, pero cuando llegó?!
— La trajo ayer un... conocido
Aru le leyó la carta, mientras avanzaba le contaba quienes eran las personas que se mencionaban en ella, y lograba transmitirle la alegría o tristeza del destino que les había tocado, cuándo terminó de leer tenía una sonrisa en su rostro, pero sus ojos expresaban cierta tristeza.
— ¿Qué piensas hacer? — le preguntó Flora
— No lo sé
— Deberías iniciar por responderle, le diré a Marlo que consiga una pluma, papel y un lindo sobre para que le escribas una respuesta, baja a comer algo
Flora se levantó y la dejó sola, Aru se quedó sentada en la silla meditando en que era lo que debía hacer, vio la llave y decidió que lo primero sería recuperar lo que Levi tenía de Erwin. Se bañó rápidamente y buscó que ponerse, no podía usar su uniforme ya que ni siquiera sabía dónde estaba, así que se puso una enagua café con una blusa blanca de manga larga con encaje, se colocó un abrigo con capucha y salió sin avisar a nadie.
Cuando subió a la superficie el caos parecía ser el mismo que cuándo se marchó, lo primero que pensó fue tratar de localizar a Cristine, la última vez que la vio se encontraba al este de Stohess, así que se dirigió a la caballeriza esperando encontrar a Kuro donde la había dejado, le había encargado al ahora soldado Luke que la cuidara. La ventaja de tratar siempre de escapar de lugares para ir a merodear por las noches, es que encuentras zonas donde la seguridad siempre es vulnerable, así que sabía muy bien cómo sacar a su caballo sin que se dieran cuenta.
Al llegar a la caballeriza se sorprendió, ésta estaba completamente vacía, ni un solo caballo – Voy a matar a Luke, ¿y ahora que se supone que voy a hacer? – pensó, salió caminando y se dirigió al pequeño mercado que se encontraba cerca, escuchó su estómago sonar y recordó que salió sin desayunar, así que cuando pasó por una de las mesas, tomó una manzana de la manera más natural y se marchó sin que nadie lo notara.
Se alejó un poco de la multitud y se recostó en uno de los edificios cerca de la plaza a pensar que hacer, de donde se encontraba al este serían unas horas de viaje, podría contratar un carruaje, mordía la manzana y pensaba esas cosas cuando levantó su mirada y vio pasar a Corond – tiene que ser mi maldito día de suerte, cambio de planes – dijo esto en voz baja y le lanzó la manzana que tenía en la mano atinándole justo en la cabeza.
