XX. LA CHARLA

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KILLA

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KILLA

Termino de ponerme mi ropa de viaje y me miro al espejo. He bajado tanto de peso, que mi cuerpo atlético ahora se ve simplemente demasiado delgado. Las ojeras en mi rostro son tan oscuras en contraste con mi pálida piel y mi cabello blanco, el cual se encuentra suelto y cae por los lados de mi cuerpo, haciéndome ver mucho más pequeña y frágil de lo que nunca me he sentido,

Me duele el pecho y me siento tan vacía que ni siquiera puedo explicar cómo me siento. No sé si es ira, si es tristeza, frustración o algo más, sólo sé que es muy cercano al sentimiento de ser miserable.

Suspiro y me encamino a la playa, donde ya debe estar todo listo para zarpar a Homine. He estado discutiendo casi todos los días con las mujeres de la corte de las rosas porque no quieren que emprenda este viaje, pero yo no soy nada sin Kiara. Una protectora si una reina a la cual salvaguardar no tiene ningún objetivo en este mundo.

Si Kiara muere, yo muero. Si ella está sufriendo, yo padezco el dolor con ella. Nacimos juntas, vivimos juntas y nos vamos juntas.

Llego a la playa y veo de lejos cómo las soldados y las marineras terminan de subir todo el equipaje al navío. No fui capaz de ordenarle a nadie que me acompañara, así que cada una de ellas es voluntaria en mi búsqueda suicida.

Una pequeña sonrisa se instala en mi rostro cuando las veo a todas tan entregadas en sus labores, a pesar de que saben que la mayoría tal vez no vuelva. Somos cincuenta mujeres en contra de todo un reino desconocido, puede que ninguna sobreviva y que esta sea una pérdida de tiempo y recursos, pero amamos a nuestra reina, y estamos dispuestas a morir para recuperarla.

- Está cometiendo un error - la voz de Nisha hace que me tense por completo. Esta mujer me hastía demasiado -. Eres lo único que le queda a Feminae. Eres su esperanza.

- Les brindo más esperanza al buscar a su reina - refuto.

- La mayoría nunca ha querido a Kiara en realidad - las palabras de la bruja hacen que me enoje de sobremanera. Me giro hacia ella y la miro con furia. Siento cómo el frío nos rodea y ella suspira -. Siempre han creído que no es apta para el puesto. La veían como una mujer débil.

- Ser gentil no te hace débil.

- No, pero querer hablar con el enemigo teniendo la ventaja sí te hace débil. Y no solo eso, la hace tremendamente estúpida - Nisha también tiene furia, y me hace recordar que sus amigas y hermanas también murieron. Tener presente eso me impide matarla aquí y ahora.

- Desear la paz no es estúpido, Prolongar una guerra de la cual ni siquiera recordamos sus orígenes sí lo es - admito al fin. He tenido el tiempo para pensar en el sueño de Kiara que antes se me hacía tan absurdo. Sigo pensando que es algo descabellado, pero ¿Quién no soñaría con un mundo en paz?

Ella no dice nada más, simplemente se mantiene mirando la nave a mi lado. Al final, suspira y me mira de nuevo.

- Sólo, encárgate de regresar con vida. No prometo que estas mujeres no se aprovechen de su ausencia, pero haré lo posible para que no declaren otra reina en su lugar.

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