Parte 2: La Madre

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La mayoría de mis creaciones se han convertido en una terrible decepción, comenzando con mis hijos: Luna y Sol. Ellos han hecho que toda mi existencia se reduzca en presenciar una guerra interminable. Ya me estaba acostumbrando al mismo ciclo: mandar reinas y protectoras, esperar a que llegara su momento de comenzar a transmitir sus historias, mandar a las siguientes y despedir a las viejas.

Todo era un circulo perfectamente planeado, de vida y muerte, de manipulación y de magia. Hasta que a Luna se le ocurrió la maravillosa idea de que las cosas tenían que cambiar y mandó a Killa, a aquella insolente y temperamental Protectora que ha dejado que todo el reino se ponga patas arriba por su reina estúpida e infantil.

Pero, a pesar de todo, observar a Killa se ha convertido en mi pasatiempo favorito. Mi corazón adormecido y convaleciente ha logrado volver a sentir algo cuando aquella niña sufrió de esa manera. Su pasión en todo lo que hace ha hecho que yo pueda volver a preocuparme por algo en tantos milenios.

Es por ello que, cuando aquella hada maldita y narcisista ña apuñaló, la ira provocó que mi sangre bullera y que tuviera la necesidad de bajar y defender a Killa de aquel fatal destino. Se supone que había un pacto celestial en el que ninguno de nosotros podía interferir de manera directa en la vida de nuestras creaciones, luego de que los dioses fueron expulsados de Homine por sus propios hombres, para mantener la paz aquí en este reino debimos acceder a no hacer de las nuestras con las mujeres.

Pero, Killa es diferente. Ella es el futuro, la que ha hecho un cambio en todo este sistema, y no podía permitir que todo se acabara por culpa de una estúpida inmortal que no ha conocido sobre su verdadera misión en Feminae, además de joder permanentemente a mi niña.

Miro desde el Avalon a la protectora en estado de shock en medio del bosque de las hadas. Se ve tan tierna confundida y con la Corona de las Almas en su mano sin saber el poder que está sosteniendo con tanta desidia.

La amo, siento que ha podido reavivar mi cariño con simplemente ser inocente y vivaz. Quiero que todo lo que se proponga se realice, así sea ir por su reina imbécil a ese reino de ignorantes y salvajes que creen que el futuro es destruir el pasado.

Espero firmemente que no sólo su pasado quede destruido.

Escucho unos pasos detrás de mí, sigilosos y casi imperceptibles, pero, yo soy la más poderosa. Nada pasa desapercibido para mí.

-        No está bien rondar de esa manera a tu madre – digo y ella se congela es su lugar.

-        Has roto las reglas, Madre – me dice y yo me giro a verla. Su ceño fruncido hace que se vea mucho más severa de lo que en realidad es. Puede ser demasiado antigua, pero sigue siendo una niña ingenua.

-        ¿Sí? – digo con ironia y comienzo a caminar hacia mis aposentos, esperando que el mensaje de que no quiero hablar con ella quede lo suficientemente claro para que no me siga.

-        Lo estás arruinando todo – al parecer no fui tan precisa con mis acciones. Suspiro y vuelvo de nuevo mi mirada a su desgarbada figura.

-        Eres una tonta si crees que yo, siendo quien soy, no voy a defender mis intereses.

Ella me mira con desaprobación, pero eso ya no me interesa en lo más mínimo. Yo armé toda esta guerra por ella, y lo único que ha hecho por siglos es matar lentamente mis sentimientos con reproches, burlas y aislamiento. Por milenios estuve marginada a una simple espectadora por seguir su maldita brújula moral, pero ya estoy harta de permanecer en segundo plano sólo para mantener intactos los egos frágiles de los dioses menores.

No más.

-        Espero que esto no sea el inicio del fin de Promissa – me advierte y yo me río en su cara.

-        No, querida, es el comienzo del fin de ese cuchitril al que llaman Homine.

Ahora si me alejo, sin dejarle seguirme. Ellos podrán tener sus planes de paz y todo lo que quieran, pero yo soy La Madre y quiero que esos malditos bastardos desaparezcan de una vez por todas y Killa es el arma perfecta para destruirlos a todos.

 Ellos podrán tener sus planes de paz y todo lo que quieran, pero yo soy La Madre y quiero que esos malditos bastardos desaparezcan de una vez por todas y Killa es el arma perfecta para destruirlos a todos

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