𝐀𝐋𝐈𝐒𝐎𝐍 +𝟏𝟖

Cap 24 | ¿Celoso Daddy?

Pov Alison

Han pasado ya tres días que salí del hospital y me estoy quedando en casa de Kilian quien no se a separado de mi, se tomó unos días para estar conmigo ya que dice que no quiere dejarme sola y que me pase algo.

La verdad estoy muy feliz de que se preocupe por mi.

Estos días nos han servido para conocernos más el uno al otro.

Ahora me encuentro arreglándome por que, según las palabras de Kilian, saldríamos ¿a donde? no lo sé, solo dijo que me llevaría a cenar.

Me coloco un vestido dorado corto de mangas largas  pegado al cuerpo con unos tacones negros Louis Vuitton, mi cabello lo peiné en una cola de caballo alta con algunos mechones cayendo por mi rostro en ondas, por último me pongo perfume.

Ya lista abro la puerta y salgo del baño encontrándome con una maravillosa vista de Kilian con un traje de diseñador negro que se ajustaba en los lugares correctos, se veía guapísimo.

—Princesa, te ves muy hermosa —me toma de la cintura pegandome a su cuerpo, poso mis manos en su pecho.

—Tú tampoco te ves nada mal Daddy, te ves muy guapo —sonrío coqueta, me paro de puntitas para darle un beso en sus labios el cual corresponde enseguida.

Se separa levemente —muero por quitarlo —pronunció para volver a besarme pero con desesperación y necesidad.

El beso subía de tono, sentí como bajó sus manos a mi trasero donde lo estrujó a su antojo pegandome más a su cuerpo sintiendo su erección en mi abdomen, paso mis manos a su cabello enredando mis dedos en el.

Sus manos subían y bajaban a mis costados llevándolas a mis piernas metiéndolas dentro de mi vestido, mordí mi labio inferior tratando de retener mis gemidos al sentir como frotaba por encima de mis bragas.

—D-Daddy... —murmuré por la excitacion que comenzaba a apoderarse de mi.

—¿Mm? —llevó sus labios a mi cuello dejando besos húmedos que me hacían suspirar y jadear.

—Te... —me toma de las caderas haciendo que enrede mis piernas en su cintura —t-tenemos... que... —posa sus manos en mi trasero —irnos...

Con dificultad y con nuestras respiraciones agitadas nos separamos. Abro mis ojos encontrándome con su penetrante mirada grisácea en mi, sus labios están hinchados y entreabiertos.

—Esta bien —me baja—, pero ésta noche me debes algo —declaró tomándome de las caderas acercándome a él robandome un beso.

—Sí, Daddy... —gimo.

—¿A dónde vamos? —era la décima vez que le preguntaba lo mismo.

—Eres impaciente princesa —sonrió levemente con la mirada fija en el camino.

—Es que...

—Ya te lo dije, es sorpresa nena —posó su mano en mi muslo desnudo apretandolo.

Acariciaba de arriba abajo muy cerca de mi intimidad dejando piel de gallina a su paso y poniéndome nerviosa junté mis piernas por reflejo pero él las separó apretando mi muslo.

Aún estaba excitada por la intensa sesión de besos en su habitación y juzgando por su evidente bulto en sus pantalones, él también lo estaba.

Ya habíamos llegado al lugar, era uno de los restaurantes más caros de todo Londres y a decir verdad uno de mis favoritos. Entramos, enseguida nos recibió uno de los meseros del lugar.

—Buenas noches señor Zuwären, señorita Ivanov —pasa su mirada en ambos posandola finalmente en mi.

—Buenas noches, tenemos reservación en la zona privada —informó Kilian, pero el chico no apartaba la mirada de mi poniéndome incómoda.

—Si claro, por aquí por favor —hizo un gesto en tomarme de la cintura pero Kilian fue más rápido que él y me pegó a su cuerpo. El chico solo le dedicó una mirada de odio para finalmente guiarnos a nuestra mesa donde nos sentamos uno frente al otro.

—En un momento vendré a tomar sus ordenes —se va dedicándome una última mirada.

—¿Viste como te miraba ese idiota? —miraba al chico que estaba tomando la orden de otra mesa.

—¿Celoso Daddy? —clava su mirada en la mía y sonríe.

—Pues claro, tengo que cuidar lo que es mío princesa —sonrío, iba a hablar pero en ese momento fui interrumpida por el mesero que llegó con el menú.

—¿Qué desean pedir? —a pesar que la pregunta fue para ambos me miraba como si me preguntara solo a mi lo que me ponía muy incómoda. Miro a Kilian el cual tiene una mirada de pocos amigos.

—Tráeme un Omelette de caviar Sevruga y una botella de vino —pide y luego me mira notando mi incomodidad—, ¿tu que vas a pedir amor? —por el rabillo del ojo puedo ver como el mesero frunce el ceño al escucharlo llamarme de esa forma.

—Eeh... una lasaña a la boloñesa —contesto tratando de ignorar la intensa mirada de el chico en mi.

—¿Sería todo? ¿no van a pedir algo de postre? —pregunta escribiendo en su pequeña libreta.

—Pide lo que quieras mi amor —me toma de la mano por encima de la mesa dedicándome una de sus hermosas sonrisas.

—Un pastel de chocolate —algo que amo con locura es el chocolate, siempre procuro llevar una barra conmigo a donde sea que fuera.

No me podía faltar, era como mi droga.

—Perfecto, enseguida les traigo sus ordenes —me guiña el ojo antes de girarse para irse, sin embargo, fue detenido por la fuerte voz de Kilian.

—Si no te quieres quedar sin trabajo más vale que respetes a mi chica o de lo contrario quedarás desempleado y con el rostro desfigurado —espetó con voz fuerte sin siquiera mirarlo.

La forma tan fría en la que salió su voz hizo que me encogiera en mi lugar como si fuera a mi a quien le habló así.

—¿Estás bien amor? —arrulló, noté como el mesero se iba todo pálido.

¿Cómo en un segundo estaba mezclado con veneno y al otro derramaba miel?

Al poco tiempo llegó el mesero con nuestra orden, pero esta vez no me miró en absoluto, procedimos a comer en un cómodo silencio. Al terminar me trajeron mi postre que debo decir esta demasiado bueno.

—Tienes chocolate aquí —llevó su pulgar a mis labios, limpió la esquina antes de presionarlos para separar mis labios. Abrí mi boca lamiendo su dedo tomando la punta de su pulgar en mis labios chupando ligeramente.

Sus ojos estaban fijos en mi boca admirando la vista, lo escuché dejar escapar un gemido de satisfacción casi imperceptible.

—Esa es mi chica —alabó apartando su pulgar, sonreí en respuesta.

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