Pov Alison
—Te voy a extrañar —susurro haciendo puchero mirándolo con mis ojos cristalizados.
Odiaba que tuviera que irse.
—Yo también mi princesa —besa mis labios para luego envolverme entre sus fuertes y largos brazos—. Cuídate por favor, no dudes en llamarme si sucede algo, te estaré enviando mensajes y te llamaré de vez en cuando ¿de acuerdo princesa?.
—No te preocupes Daddy, estaré bien, solo no olvides escribirme ¿si? —miro su rostro dedicándole una pequeña sonrisa.
—Eso jamás mi amor —nos damos un último beso para luego separarnos —me tengo que ir, el vuelo saldrá en pocas horas.
—Adiós Daddy, me escribes cuando llegues —le doy un último abrazo.
—Por supuesto princesa —une nuestros labios en un largo beso abriéndose paso con su lengua buscando la mia, sus manos sujetan mi cintura con fuerza y mis manos se enredan entre su sedoso cabello.
—Te amo Ali —pronunció una vez nos separamos por falta de aire.
—Yo también te amo —sonrío viendo sus profundos ojos grisáceos que me miraban con intensidad. Deja un corto beso en mis labios antes de soltarme a regañadientes para caminar hasta entrar en su audi negro.
Vi como el auto empezó a alejarse hasta perderse en la lejanía, inmediatamente una sensación de vacío se instaló dentro de mi al igual que un extraño sentimiento de abandono.
Suspiro resignada para comenzar a caminar bajo la mirada curiosa de todos, cabizbaja llego hasta donde ya se encontraba Ingrid junto con Adara quienes me saludaron al instante.
—¿Qué fue todo eso? —inquirió Ingrid con curiosidad.
—Kilian se irá de viaje y no sabe cuando volverá —a pesar de todo me sentía mal, no quería que se fuera, mucho menos ahora que las cosas en mi vida iban mal. Él me daba seguridad y estabilidad.
Sin embargo, entendía que también tenía obligaciones que cumplir, de lo contrario tampoco me dejaría sola. Esta separación no solo era difícil para mi, de igual forma lo era para Kilian.
En ocasiones como estas es cuando más debía apoyarlo y no solo pensar en mi.
—No te preocupes Ali, no será por mucho, en cuanto menos lo esperes estará de regreso —intenta tranquilizarme. Al fijar mi vista en ella me doy cuenta que sus ojos están algo hinchados, probablemente pasó llorando toda la noche, además de tener unas notables ojeras que inútilmente intentó ocultar con maquillaje.
—¿Adara estás bien? —al parecer mi pregunta le desconcertó ya que su rostro cambió totalmente.
—Ya le dije que parece mapache —comentó Ingrid refiriéndose a las ojeras de Adara.
—No empieces con tus cosas Ingrid —la regaño.
—¡¿Que?!, solo trato de relajar el ambiente —rueda los ojos.
—¿Qué sucede Adara, estuviste llorando toda la noche? —ella simplemente baja la mirada.
—Y-Yo... debo decirles algo —susurró sin levantar la mirada.
—Sabes que puedes decirnos lo que sea, somos tus amigas y estamos para ayudarte —la abrazo por los hombros.
—Adara, las cinco somos amigas, somos un equipo, si algo le pasa a una estamos las demás para ayudar. Si hay algo que te mortifica o pasa algo malo puedes confiar en nosotras tus amigas —agregó Ingrid uniéndose al abrazo.
—Lo sé —finalmente levanta la mirada —¿podemos hablar después de clases?.
—Por supuesto —sonrío.
—¡Maldita sea la hora en la que me enamoré de ese idiota! —exclamó furiosa con el ceño fruncido.
—Solo ignoralo —comenta Ingrid restándole importancia.
Les cuento, estábamos en la cafetería con Ingrid y Adara cuando derepente Tasya llegó muy molesta insultando a Leonardo. Ahora se encuentra sentada frente a nosotras con su rostro rojo de la furia cruzada de brazos.
—¿Pero qué sucedió? —inquirió Adara.
Desde que llegó no ha querido decir nada, solo se mantiene sentada insultando a Leonardo de todas las formas posibles.
—Les juro que quisiera estrangularlo —espetó.
—Te entiendo, me pasa exactamente lo mismo con el idiota de Adal cada vez que lo veo besándose con otra —comentó Ingrid llevándose una cucharada de comida a la boca.
—Pero no a como yo lo deseo, eso te lo aseguro —manifestó, dándole un fuerte golpe a la mesa.
—Tranquilízate Tasya, mejor cuéntanos que fue lo que sucedió —no me imagino que pudo haber pasado esta vez entre ellos. Lo último que Tasya nos dijo es que Leonardo ya no siguió rogándole que volvieran.
—Es que tan solo recordar les juro que me dan ganas de ir a matarlo —habla entre dientes.
—¿No es que había dejado de buscarte? —preguntó Adara confundida.
—Sí —afirmó.
—Perra habla de una maldita vez —exclamó mi pelirroja amiga con desesperación ganándose una mirada fulminante de Tasya.
—Acabo de ver al idiota ese besándose con una de sus zorras por los baños de mujeres —explicó finalmente.
—No le veo el problema a eso ya que tu lo rechazaste muchas veces, está en todo su derecho de hacer su vida —comenta.
—Adara tiene razón, ustedes no tienen nada y él puede coger con quien quiera. Además que tu misma dijiste que no sentías absolutamente nada por Leonardo así que no entiendo en que puede afectarte que lo hayas visto besarse con alguien más —agrego, noto como frunce el ceño ante mis palabras.
—Definitivamente ustedes no entienden nada —exclamó poniéndose de pie al mismo tiempo que le daba un fuerte golpe a la mesa para acto seguido salir prácticamente que corriendo de la cafetería echando humo de lo furiosa que iba.
—Aunque Tasya no lo acepte sigue enamorada de Leonardo —aseguró Adara mirando el lugar por el que se acaba de marchar nuestra amiga.
—Dentro de poco tendremos otra parejita en el grupo —bromeó Ingrid con una sonrisa.
—Cambiando de tema, ¿saben por qué Bonnie no vino hoy? —ambas posan sus miradas en mi.
—A mi me escribió, dijo que tenía muchos mareos y que por eso no iba a poder venir hoy —contestó Adara.
—Vamos a visitarla en la tarde, debe estar aburrida encerrada en cuatro paredes —propongo a lo que las chicas aceptan.
Bonnie no es de estar encerrada haciendo nada, ella siempre ha sido una chica enérgica.
Sé que debe extrañar las pasarelas, su sueño siempre fue llegar a ser una modelo muy reconocida y ahora por el embarazo debe posponer ese sueño, o en el peor de los casos, olvidarse totalmente de el.
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𝐀𝐋𝐈𝐒𝐎𝐍 +𝟏𝟖
Romance𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐈 𝐒𝐀𝐆𝐀: 𝐔𝐍 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈Ó𝐍 "𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚" Alison Ivanov, una chica de dieciséis años con padres dueños de exitosas empresas tanto nacional como internacional. Ella lleva una vida normal como...