𝐋𝐈𝐁𝐑𝐎 𝐈
𝐒𝐀𝐆𝐀: 𝐔𝐍 𝐉𝐔𝐄𝐆𝐎 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈Ó𝐍
"𝐌𝐢 𝐏𝐞𝐪𝐮𝐞ñ𝐚 𝐏𝐫𝐢𝐧𝐜𝐞𝐬𝐚"
Alison Ivanov, una chica de dieciséis años con padres dueños de exitosas empresas tanto nacional como internacional. Ella lleva una vida normal como...
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PovAlison
En la trayectoria del camino estaba absorta en mis pensamientos pero note que Kilian miraba mucho mis pechos y acariciaba mi pierna mirando esa zona de vez en cuando.
—¿Qué miras tanto Daddy? —pregunto coqueta volteando un poco mi cuerpo hacia él.
—Va a ser imposible resistirme a ti bebé, te ves demasiado bien princesa —dijo con la voz un poco gruesa y dando un ligero apretón a mi pierna descubierta. Al parecer Ingrid tenía razón.
—¿Ah si? —me inclino un poco dejando más a la vista mis pechos, lo veo morderse el labio.
—Nena —detiene el auto en un semáforo en rojo, se gira hacia mi y me toma del mentón acercando mi rostro al suyo a centímetros de sus labios mirándome directo a los ojos —no me provoques si no quieres que te ponga sobre mi regazo y te de duro ahora mismo hasta hacerte gritar —deja un rápido beso en mis labios para volver al volante no sin antes sonreír, trago grueso y me acomodo en mi lugar sintiendo mi rostro caliente.
¿Será eso lo único que él quiere de mi?, miro por la ventana los edificios y algunas casas pasar.
Después de un rato más, en donde no dije nada, se detiene el auto.
—Ya llegamos preciosa —baja y en seguida se abre mi puerta, extiendo mi mano para tomar la suya que esta extendida hacia mi, levanto la mirada encontrándome con sus hipnotizantes ojos verdes grisáceos, me sonrojo al recordar sus palabras así que aparto la mirada sintiendo mis mejillas arder nuevamente.
Salgo del auto tratando de no mirarlo a la cara, él me guía con su mano en mi espalda baja mientras yo voy con la mirada en el suelo.
—Buenas noches señor Zuwären, señorita Ivanov —levanto la mirada, nos ha recibido un señor algo mayor, veo enfrente una especie de cabaña.
—Buenas noches Saúl —¿lo conoce?, volteo a verlo y Kilian sólo me sonríe de una forma que me derrite.
¿Por qué tiene que ser tan jodidamente guapo?.
Caminamos hacia el costado de la propiedad por un extenso corredor que da al aire libre con un césped no tan crecido.
—¿Dónde estamos? —pregunto algo confundida.
—Quería estar a solas contigo antes de ir a la empresa así que he organizado una cena solo para los dos —llegamos a lo que parece ser un jardín con muchas flores alrededor, la mayoría rosas rojas, mis favoritas por cierto. También hay algunos árboles no tan grandes y en el centro del lugar una mesa con velas.
Me quedo sorprendida, ¿por qué lo hizo?, la noche anterior me dió una sorpresa y ahora esto, hoy no es mi cumpleaños así que no sé.
—Ven —me toma de la mano guiándome hasta la mesa para sentarnos.