Cap. 11: Rivales

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Ni siquiera estaba del todo consciente de haber dicho esas palabras en voz alta, nunca antes le había pasado algo similar... Y por supuesto que no le dio tiempo de reaccionar a esa pregunta sin sentido que escapó de sus labios. En realidad, no le dio tiempo de nada antes de volver a atrapar su boca de forma casi desesperada y demandante; ciego de puro deseo.

Cuánto había deseado volver a probar esos preciosos labios dulces con sabor a cereza y podría jurar que de alguna forma, ahora se sentían aún más exquisitos que como los recordaba, sus labios eran aún más perfectos, como si eso tuviera sentido... Y realmente no lo tenía, al menos no para alguien como él.

Un gruñido se escapó de su garganta cuando la sintió morder su labio inferior y tirar levemente hacia ella, esa mujer lo estaba volviendo loco... Definitivamente había algo con ella, porque cómo más se explicaba que tan solo con un par de besos lo pusiera tan dolorosamente duro...

Y mientras su lengua se perdía en la calidez de su boca, jugueteando peligrosamente con la suya, sus manos se colaron por debajo de su blusa, acariciando esa piel extremadamente suave y tersa, que bien sabía; sería su perdición.

Sin poder contenerse, bajó sus besos húmedos por su cuello, queriendo devorarla y sacándole un suave gemido que ahogó con su boca al atrapar sus labios nuevamente, mientras sus caricias rozaban el borde de sus pantalones, amenazando con ir más allá... 

Y cuando finalmente fue a por el cierre... ella lo detuvo de golpe, cortando el beso y alejándose de él.

"Mierda".

- No, no, no... no siga por favor. - Le pidió al recobrar a duras penas sus sentidos, o por lo menos lo que quedaba de ellos. - Por dios, qué hice...

- Rin. - Intentó detenerla mientras ella buscaba su abrigo y su bolso con desesperación, se acercó a ella y tomó suavemente su muñeca. - Rin, para.

- No, por favor, déjeme. - Le pidió con la voz cortada, intentando mantenerse firme. - Tengo que salir de aquí.

- No, no te vayas, no así... Tú también quieres esto, no lo puedes negar. - Se acercó nuevamente a ella y tomó su carita con su mano libre, notando la confusión en sus ojos cafés tan expresivos. - Olvídate de lo demás por un momento y ven conmigo. - Le pidió en un susurro con su voz grave y condenadamente sensual.

La castaña corrió su mirada para evitar perderse en sus ojos dorados que la miraban con fuego, porque sabía que de otra forma... terminaría cediendo a todas sus demandas.

- ¡¿Cómo me voy a olvidar de lo demás?! No importa si lo quiero o no, no podría hacer algo así, usted está con Sara, ¡con mi amiga! - Le gritó con sus ojos vidriosos. - Y yo también estoy con alguien más. - Al escuchar lo último los ojos del peliblanco se abrieron ligeramente más de lo normal. Esa declaración lo tomó tan desprevenido que instintivamente soltó el agarre de su muñeca, dándole la oportunidad a la castaña para escapar. - Lo siento... Tengo que irme, con permiso.

La vio arrancar y dejó escapar un resoplido cargado de frustración cuando la escuchó cerrar la puerta tras ella. Se sintió irritado, pero por lo menos esta vez sabía que no tendría que esperar tres años para verla de nuevo...

Aunque... esta vez Rin estaba con alguien más.

Rin estaba con alguien más...

Instantáneamente los recuerdos de esa noche llegaron a su cabeza; su expresión ofendida y sus palabras cuando él le preguntó si tenía novio no hicieron más que confirmarle lo que él ya sabía; Rin era demasiado buena e inocente para él...

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora