Luego de esos primeros minutos de viaje, un tenso silencio se apoderó del auto, como si recién comenzaran a procesar lo que acababa de ocurrir. La realidad era que estaban en una situación complicada y ambas lo sabían.
Luego de algunos segundos, la castaña aclaró su garganta.
- ¿Cómo vas, Kagura?
- Bien, creo que... las heridas no son tan profundas.
- Tengo que pedirte un favor - buscó su celular y se lo extendió -. ¿Puedes... escribirle un mensaje a Sesshomaru? El viaje es largo y debo avisarle que robé su auto... no quiero que se preocupe.
Kagura tomó el teléfono y asintió.- Sólo dile que... todo está bien - murmuró nerviosa - y que... cuando esté listo, puede buscarlo en mi apartamento.
- ¿Cuál es tu contraseña? - le preguntó seria y luego negó -. Olvídalo... Por supuesto, no tienes.
Rin se encogió de hombros.Kagura se detuvo por un momento a observar el último mensaje que Sesshomaru le había dejado; disculpándose, y ella no le había respondido nada...
No pudo evitar recordar todo lo que había leído en los documentos que Sesshomaru le había pedido y no le costó imaginar lo que estaba ocurriendo. Al parecer, el peliblanco no lo estaba pasando muy bien y, probablemente, ella... tampoco.
Sin decir nada al respecto, dejó escapar un corto suspiro y le envió el mensaje.
- ¿Puedes también marcar el número de Kagome? - pidió la castaña.
- Ella es... la novia de Inuyasha... - dijo con su voz débil y cansada -. La doctora.
Rin asintió.- ¿La conoces? - le preguntó y luego hizo un gesto de entendimiento con su mirada -. Es cierto, estuviste en su fiesta de compromiso... - recordó -. Ella puede ayudarte, es la mejor.
Kagura se encogió de hombros.
- Todos se conocen - comentó desapasionadamente -. Sólo espero que... pueda mantener su boca cerrada.
Rin no dijo nada. Cuando Kagome respondió, le contó su situación y le pidió que la esperara en su apartamento con urgencia.
Al cortar la llamada, aquel extraño silencio las volvió a invadir...
- No deberías ser tan confianzuda, ¿sabes? - añadió de pronto la pelinegra, con tono seco, como si quisiera llenar aquel espacio vacío de silencio. Rin la miró por el espejo retrovisor con cuestionamiento -. No me conocías y te acercaste a mi en ese lugar, pudo haber sido una trampa... - caviló -. Y además, deberías haberte marchado cuando tuviste la oportunidad... si esto no hubiese resultado, ahora estaríamos las dos encerradas quizás quién sabe dónde... o peor - espetó seria, frunciendo su ceño como si la regañara -. No siempre se puede esperar lo mejor, a veces simplemente... la gente es mala.
- Prefiero no creer eso - murmuró Rin con su frente arrugada -. No iba a dejarte sola en ese lugar, Kagura. Y además, nada de eso ocurrió, así que no tiene sentido pensarlo... Estamos las dos a salvo - sonrió ligeramente -. A veces, quizás... no hay más opción que arriesgarse.
- Pero tú si tenías otra opción - espetó la pelinegra y luego negó -. Y tampoco deberías entregarle tu celular a cualquiera, como si fuera tu mejor amiga... No me conoces.
Rin soltó una leve risa.
- Tienes un vidrio ensartado en tu pierna y otro en tu estómago... ¿Qué podrías hacerme a mí o a mi celular?
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Sempiterno
FanfictionNi uno de los dos imaginó los estragos que causaría ese fugaz encuentro casual, ni que los recuerdos de aquel serían tan difíciles de borrar... Incluso para él, un hombre frío y calculador, que no deja detalles al azar y con su exitoso futuro cuidad...