Cap. 46: Todo va a estar bien

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- ¿Por qué no me avisaste de inmediato, Jaken? - le preguntó Sesshomaru, con su tono más frío y serio que lo usual, mientras caminaba hacia el estacionamiento.

- Usted estaba en reunión y no lo quise interrumpir, amo Sesshomaru... ¡¿Qué haremos ahora?! Por favor - pidió reverenciándose -, ordéneme qué hacer.

El peliblanco negó.

- Haz lo que quieras - espetó con frialdad y su gesto imperturbable mientras se dirigía hacia su auto.

- Sesshomaru - la grave voz de su padre en el estacionamiento lo hizo voltearse -. ¿Cómo les fue?

- Tan bien como podría - respondió él, sin expresión aparente y sin dejar de caminar. Toga comenzó a caminar a su lado.

- ¿Inuyasha está listo?

- Toga, no tengo tiempo para esto, debo irme - dijo, sin prestarle más atención -. Habla con ellos.

- ¿Irte? Pensé que tu vuelo no sería hasta en un par de días... ¿Está todo bien?

Sesshomaru lo miró por sobre su hombro.

- Hakudoshi encontró a Rin y a su padre.

El mayor desvió su mirada, pensativo.

- Ya veo... Y, ¿qué piensas hacer?

- Encontrarlo - respondió él con determinación, más como si hablara para sí mismo, y finalmente subió a su auto, seguido de Jaken.

Toga apoyó su mano en la ventana abierta del conductor.

- Sabes, Sesshomaru... la propuesta que le hice a Rin todavía sigue en pie.

El peliblanco menor lo miró con el ceño fruncido.

- Tiene que ser una jodida broma... ¿Estás hablando en serio, Toga? - arrancó el motor -. No estoy de humor para esto.

Inu no Taisho negó.

- Tranquilízate, ¿quieres? - pidió con fastidio -. Piensa bien las cosas, Sesshomaru... ¿Qué vas a hacer cuando encuentres a Hakudoshi? ¿Matarlo? - le preguntó con ironía, pero su hijo lo miró serio, como si aquella idea no le pareciera tan descabellada como sonaba. Toga suspiró -. Aún si él desapareciera... ¿Crees que es el único hombre que obedece a Naraku? Van a seguir buscándola, te lo aseguro... Esto es por su bien. Es suficiente dinero para que empiecen de nuevo, lejos de aquí, donde Naraku no pueda volver a encontrarlos. Y además... puedo garantizarle un puesto mucho mejor que el que tiene ahora en la consultora - juntó sus labios y se encogió de hombros ligeramente -. Ya no es un soborno, ahora sólo es... todo lo que puedo hacer por ella.

Sesshomaru dejó escapar una suave risa sardónica y negó con desprecio y con su vista al frente.

- Rin no va a aceptar dinero que venga de ti o... de mi. Y tampoco va a aceptar un trabajo que cree que no merece o que no se ha ganado ella misma. La conozco.

- Entonces hablas con su jefe y lo arreglas - arremetió, serio -. Llegan a un acuerdo, en silencio. A veces toca hacer cosas desagradables por quienes uno se preocupa, pero lo que importa es el fin, Sesshomaru, no los medios. Y todo lo que tú quieres es mantenerla a salvo.


"- No creo que el hombre sea malo por naturaleza o que el fin justifique los medios. Este libro avala la crueldad...

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