Cap. 40: La cara del pasado

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La puerta de la gran oficina del presidente del conglomerado se abrió de golpe, alertando a los dos hombres que conversaban tranquilamente dentro.

Inuyasha se giró a mirar a su hermano, quien hacía acto de presencia en ese momento, y algo llamó su atención...

Se veía molesto, mucho más que de costumbre. Casi tanto como la vez que entró a la mansión interrumpiendo su almuerzo y acusando a su papá de haber amenazado a Rin. Pero esta vez había algo diferente. Esta vez no sólo parecía molesto y enfurecido, parecía casi... afectado, y eso no era común.

Quizás no era un buen momento para decirle que Miyamoto estaba realmente enojado porque lo dejó plantado la noche anterior.

- Esas no son maneras de entrar en mi oficina - dijo su padre llamando su atención, con su voz seria, firme y autoritaria, que hizo eco en la gran habitación -. ¿Qué sucede, Sesshomaru?

- Fuiste tú - dijo el peliblanco con sus ojos entrecerrados -. Tú se lo dijiste a ese imbécil. Tú querías que esto pasara, por eso lo invitaste a la cena.

Su padre frunció el ceño.

- Cierra la boca si no quieres que medio mundo te escuche - advirtió.

- Me importa una mierda quien me escuche.

- Inuyasha - lo llamó el mayor -. Por favor, déjanos solos y cierra la puerta.

- No te molestes, Toga - espetó Sesshomaru -. No estaré aquí mucho tiempo. Sólo da la cara y dime si fuiste tú quien le dijo a Kirinmaru que yo despedí al papá de Rin.

- ¡¿Que hiciste qué?! - gritó Inuyasha.

- ¿Sabes, Sesshomaru?, me estoy cansando de que irrumpas y me hables con ese tono. Soy tu padre y el actual presidente de este conglomerado, así que ten respeto.

Él simplemente bufó y negó con desprecio en respuesta.

Inuyasha se paró a cerrar la puerta y los miró a ambos con el ceño fruncido.

- Uno de ustedes me va a explicar lo que está ocurriendo aquí, porque no entiendo un carajo y esto no suena nada bien.

- Lo que escuchaste - masculló su padre entre dientes -. Tu hermano despidió al papá de su novia por provocar el incendio que acabó con la fábrica Nakamura.

Inuyasha abrió sus ojos al escucharlo y comprender la razón por la que su hermano estaba así... pero, no había sido su padre quien se lo dijo a Kirinmaru, en realidad, ahora que recordaba, eso... quizás había sido su culpa.

Antes de que pudiera decir algo al respecto, el fuerte sonido de un golpe en la mesa lo hizo sobresaltarse.

- Pero no fue él - espetó Sesshomaru -. Cuenta la historia completa, Toga. No fue el padre de Rin quien provocó el incendio.

- ¿Cómo? - preguntó el menor confundido - ¿De qué están hablando?

- Fue Naraku quien quemó la fábrica para salvar su pellejo y el de Onigumo - dijo el peliblanco, sin quitar la mirada desafiante de su padre.

- ¿Me están jodiendo? ¿Y tú sabías eso cuando lo despediste, Sesshomaru?

Su hermano no dijo nada y únicamente lo miró de reojo. 

- Claro que lo sabía - masculló su padre.

- No pensaban decirme nada de esto, ¿verdad? - preguntó Inuyasha, molesto.

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