- ¿Estás segura de esto?La castaña frunció ligeramente su ceño y abrió su boca para responder, pero de pronto volvió a cerrarla al darse cuenta de algo... Reconocía esa mirada en sus ojos dorados; ese extraño brillo de incertidumbre o quizás preocupación en su mirada siempre tan imponente y confiada, tan seria, segura y arrogante.
"No te merezco, Rin".
Podía leerlo en su rostro, aquello era lo que realmente había querido decir... de nuevo.
"Y eso no es así", pensó ella.
¿Cómo podría no estar segura? ¿Cómo él podría no merecerla? Si desde el primer día en que se conocieron, él no había hecho más que salvarla. Y no se refería sólo al sentido literal de la palabra...
Cada vez que la ayudó, cada vez que se preocupó por ella, cada vez que escuchó con toda la atención del mundo sus interminables historias, cada vez que la envolvió en su ridícula manta rosada cuando se dormía a su lado en el sillón o cuando "mágicamente" despertaba acostada en la cama, cada una de esas veces había salvado un pedacito de su corazón. Y lo más lindo de todo eso, era que él... nunca tomó crédito por alguna de esas cosas. Nunca tomó crédito por nada de todo lo que había hecho por ella.
Él, con su fachada seria e indiferente, siempre diciendo que... no hace favores desinteresados, que siempre espera algo a cambio, pero... ella sabía muy bien que eso no era así. Nunca había sido así.
Renunció a su jodido trabajo... y ni siquiera ahora...
"Prefiero perderlo todo, que perderte a ti".
Jamás había esperado algo a cambio. Él sólo quería que... ella estuviera bien.
- Sesshomaru...
Cerró sus ojos cafés y empañados, se empinó en la punta de sus pies, afirmada de sus ropas para mantener el equilibrio, y dejó un tierno y casto beso en su mentón. La mirada del peliblanco pareció ablandarse en ese momento.
Rin sonrió, bajó sus talones y pestañeó varias veces, intentando disipar las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos sensibles.
- Sé que el día en que... las cosas terminaron entre nosotros, te dije que necesitaba sanar mis heridas - continuó con su voz quebrada -. Lo que ocurrió... dolió, dolió mucho, fue difícil de asimilar... y necesitaba tiempo - tragó el pesado nudo en su garganta y sonrió débilmente -. Pero tú... tú me diste ese tiempo, sin reparos, me diste mi espacio y aún así... aún estando lejos, estuviste siempre para mí...
Tomó una bocanada de aire, intentando controlar el temblor de su voz, apretó su ropa entre sus manos y se acercó más a él.
- Lo que haya sucedido antes, quedó atrás. En este momento, sólo me importa lo que suceda ahora... y ahora, cada vez que estoy a tu lado, siento que sanan todas esas heridas que alguna vez creí irreparables. Cuando estoy a tu lado me siento segura y feliz, me siento libre de ser yo misma y... de no tener que ser fuerte todo el tiempo, porque sé que... sin importar qué, siempre vas a estar para mí...
Sesshomaru acunó su rostro en su mano grande y besó su frente, luego su mejilla con suavidad, justo debajo de su ojo, atrapando con sus finos y pálidos labios una de sus lágrimas. Rin sonrió con sus mejillas sonrojadas y sus ojos cerrados, perdida en las sensaciones de sus caricias, que hacían latir su corazón desbocado y él dejó un suave beso en sus labios, tan suave como un roce.
- Van a hablar sobre esto - dijo de pronto, con su voz grave, seria y calmada, sin soltarla o alejarse de ella -. Sobre tú y yo, y sobre lo que ocurrió.
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Sempiterno
FanfictionNi uno de los dos imaginó los estragos que causaría ese fugaz encuentro casual, ni que los recuerdos de aquel serían tan difíciles de borrar... Incluso para él, un hombre frío y calculador, que no deja detalles al azar y con su exitoso futuro cuidad...