[Quedó un poco largo el capítulo, espero que les guste ❤]
***
Cuando llegaron al lugar, Rin agradeció en su mente por haber decidido salir con vestido y sus zapatitos de tacón en vez de jeans y camiseta, por más tentadora que había sido esa idea, sobre todo luego de esa autoritaria invitación y ni siquiera saber a dónde pensaba llevarla. Pero bueno, después de todo... era Taisho Sesshomaru.
El lugar era maravilloso y con esto podía confirmar que su peliblanco valoraba bastante la privacidad y... la exclusividad. No había más de 10 mesas en ese acogedor y lujoso restaurante de grandes ventanales, rodeado por un precioso bosque de bambúes.
La comida era exquisita, por supuesto. Aunque para ser franca, la mayor parte del tiempo ni siquiera sabía qué era lo que estaba echando a su boca. Y los platos eran tan hermosos, que más que comerlos, quería quedarse a vivir en ellos. Realmente parecían una obra de arte, un precioso cuadro abstracto inspirado en algún paisaje de ensueño.
Pero lo mejor de todo en esa mágica noche, por lejos... era él.
Su acompañante, sin duda alguna, era el hombre más maravilloso que había conocido en su vida...
La tenue luz del farol que iluminaba su mesa, llegaba a sus ojos dorados de una forma tan... etérea, haciéndolo parecer un ser fuera de este mundo; totalmente inalcanzable. Y cuando él parecía no mirarla, Rin se aprovechaba de admirar su perfil perfecto e imponente, disimuladamente, disfrutando del culposo placer que era él, como si fuera su más oculto secreto.
Hasta que en una de esas tantas veces, él levantó su mirada, atrapando sus ojos de chocolate y la castaña se sonrojó como una pequeña niña, a la que acababan de descubrir en la más grande de sus travesuras.
Él sólo sonrió de medio lado, completa e irremediablemente encantado con ella, con sus gestos, con su melodiosa risa y con su suave voz.
Nunca fue la clase de hombre que disfrutara de la compañía de alguien más, pero con Rin... con Rin realmente, todo era muy diferente.
- Sesshomaru... - Lo llamó después de algunos segundos, tímidamente. - Sobre lo que... quería preguntarte.
- Te escucho.
- Es que... creo que lo dejaré para otra ocasión. No me parece un tema para hablar en una cena tan linda como esta. - murmuró bajito.
- Está bien, Rin, pregúntame. Quiero que aclares lo que sea que te inquieta.
La castaña le sonrió enternecida.
- Sólo... quería saber sobre ese hombre... Naraku. El tema me ha estado molestando y supongo que... quiero dejarlo atrás.
- ¿Qué quieres saber?
- ¿Cuál es su trabajo en el conglomerado? Debe ser cercano a su padre si estaba en la fiesta de compromiso de Inuyasha y Kagome... - calló por un momento - No quiero sonar entrometida, sólo... quiero entender.
- Naraku está a cargo de la seguridad de la mayoría de las compañías del conglomerado. - Técnicamente no era una mentira, ese era su cargo en papel. Aunque la realidad era tan sólo un poco distinta. Naraku era... quien se hacía cargo de los "inconvenientes" del conglomerado, por ponerlo de alguna forma. - Trabaja cerca de mi padre.
- ¿Y tú lo conoces? O sea, sé que lo conoces, quiero decir... ¿eran cercanos?
Él la analizó detenidamente, intentando descubrir cuáles eran las intenciones en esa pregunta, porque por un momento, le pareció percibir un atisbo de preocupación en sus palabras...
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Sempiterno
FanficNi uno de los dos imaginó los estragos que causaría ese fugaz encuentro casual, ni que los recuerdos de aquel serían tan difíciles de borrar... Incluso para él, un hombre frío y calculador, que no deja detalles al azar y con su exitoso futuro cuidad...