Cap. 18: ¿Te preocupas por mi?

1.4K 145 100
                                    


Por un momento pasó por su cabeza la idea de devolverse y buscar otro camino, estaba oscuro, Sara aún no la había visto, podría escapar de esa extraña e incómoda situación sin mucho esfuerzo...

Pero por más que no quisiera seguir involucrándose en toda esta locura, no podía hacer algo así, no podía dejarla sola y menos al ver el estado en que se encontraba.

Estaba oscuro, pero los pudo ver besarse con claridad, él se separo de ella y siguió caminando hacia un auto, Sara tomó su muñeca en un intento por detenerlo...

- ¡Koga! - La escuchó gritar... ¡Koga era el nombre de ese hombre!, ahora lo recordaba, era uno de los amigos de Inuyasha que estaba aquella vez en su cumpleaños... También trabajaba en el conglomerado.

Él la ignoró y finalmente subió al auto, dejándola sola.

Respiró profundo, armándose de valor y comenzó a caminar hacia Sara, que seguía parada en el mismo lugar, viendo como el auto se alejaba.

- Sara... - La llamó y pudo ver como la cara de su amiga se descompuso aún más al darse cuenta de que la habían descubierto.

- Rin... ¿Qué haces aquí? - Preguntó intentando aparentar normalidad y secando sus lágrimas rápidamente.

- Iba camino a mi casa... ¿Estás bien?

- Si, yo... eh, no sé qué viste, pero no es lo que parece. - Dijo con su voz cortada, intentando mantenerse firme, pero al ver la cara incrédula de su amiga, no pudo contenerse más. Se lanzó a sus brazos y rompió en llanto.

- ¿Qué pasó? - la abrazó, mientras la escuchaba sollozar contra su hombro. - Ven, vamos a mi casa por un café. - La ojiazul asintió.

- Mi auto está estacionado unas cuadras más allá...

Caminaron hasta su auto y fueron hasta su casa en silencio. Rin le sirvió una taza de café caliente y se sentó frente a ella.

- ¿Quieres contarme qué pasó?

Sara negó con su cabeza.

- Nadie puede saberlo, Rin... Además, tú jamás lo entenderías.

- ¿Por qué dices eso?

- ¡Porque es verdad! Tú eres demasiado buena... - sollozó. - No podrías entender lo que me pasa y no quiero que pienses que soy una maldita zorra, no quiero que me juzgues.

La castaña sintió una opresión en su pecho al escucharla.

- Sara, jamás te juzgaría por algo así... Y no soy buena, no digas eso. - dijo con una seriedad muy poco común en ella. - Soy una persona muy egoísta, créeme. He hecho algo terrible.

La ojiazul la miró confundida, pero decidió no ahondar en sus palabras, sólo soltó un bufido, como si no le creyera realmente.

- Seguro estás exagerando y seguro que no es nada terrible comparado con lo que hice yo... - suspiró, dudando si decir o no lo siguiente, hasta que finalmente lo soltó. - Me acosté con uno de los pocos amigos de Sesshomaru. Y no fue sólo una vez ni dos... Fueron tantas veces que ni siquiera llevo la cuenta.

Rin tragó pesado.

- ¿Te gusta? Koga...

- Claro que me gusta, Rin... De otra forma jamás hubiese hecho lo que hice.

- ¿Entonces...?

- Sé que puede sonar feo, pero Koga es un simple empleado, Rin. Jamás podría darme todo lo que necesito, él no es la clase de hombre que una escoge para casarse, no podría ver un futuro con él. Me gusta, sí. Pero eso es todo, sólo es algo del momento, siempre lo tuve claro... 

SempiternoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora