Sesshomaru se sentó en su cama y, antes de acostarse, revisó su teléfono una vez más. Ya era tarde, con la diferencia horaria probablemente Rin debería estar levantándose.Todos estos días lo había llamado a esa hora, cuando despertaba, para preguntarle cómo había estado su día y desearle las buenas noches. Lo había hecho toda la semana, desde que se separaron... excepto ayer.
Mentiría si dijera que no había estado esperando su llamada; era curioso cómo alguien podía tener tantas cosas que decir apenas despertando y, además, luego de pasarse el día en interminables y tediosas reuniones, escucharla a ella... era algo que le gustaba hacer.
Pero anoche, finalmente el cansancio y el sueño pudieron más con él y cayó dormido sin saber nada de ella. Esa mañana amaneció con un mensaje de disculpas, diciéndole que lo extrañaba, deseándole un buen día y suerte en sus reuniones, pero por alguna razón... a él le pareció que algo no andaba bien.
No supo más de ella en todo el día; sabía que debía estar bastante ocupada, al igual que él, pero también mentiría si dijera que no había revisado su celular en varias ocasiones, esperando encontrarse con algún otro mensaje o alguna llamada, pero no fue así y, al parecer, esta noche también se dormiría sin escucharla.
Dejó escapar un leve resoplido y dejó su teléfono a un lado. Si algo ocurría con ella, ella misma se lo diría y si no, bueno... entonces no había más que él pudiera hacer. No era un maldito perro esperando impaciente a su dueño.
Frunció su ceño ligeramente, con más extrañeza que molestia por su ausencia o incluso por su propio comportamiento y finalmente apagó la luz de su mesa de noche.
Era difícil de ignorar la sensación que rondaba en su pecho... algo le decía que debería estar a su lado en este momento.
***
La castaña bajó su mirada opaca y cansada para ver a su mascota, que caminaba sin despegarse de su lado por los jardines.
Ladeó su cabeza ligeramente, enternecida. Cada vez que salían juntos al aire libre, Ah-Un solía correr por todos lados, jugando o espantando a cualquier animalito que anduviera por ahí, pero ahora sólo parecía seguirla, curiosamente tranquilo, como si no quisiera dejarla sola. Como si pudiera darse cuenta de que había algo diferente con ella.
Como si pudiera saber que algo le dolía.
Sin notarlo, dejó escapar un suspiro apenas llegaron a la casa. Se arrodilló a su lado y acarició con cariño su cuello y su cabeza antes de abrir la puerta para entrar.
- Buen chico - susurró con una débil sonrisa -. ¿Estás seguro de que no quieres quedarte afuera un poco más?
El animal sólo movió su cola mirando hacia el frente, esperando a que ella abriera. Ambos entraron en la casa, Rin se quitó sus zapatos y vio a su padre acercarse con su paso lento y pausado.
No pudo evitar reparar en que estaba quizás más delgado que hace un año y su apariencia era evidentemente más frágil, ¿acaso no lo había notado antes?
Aunque... su mirada parecía más tranquila.
- ¿Cómo te sientes, papá?
Él aclaró su garganta y sonrió al verla.
- Hoy mucho mejor, princesa... ¿y tú? ¿Has descansado algo?
Rin asintió y esbozó una débil sonrisa que no alcanzó a sus ojos.
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Sempiterno
FanfictionNi uno de los dos imaginó los estragos que causaría ese fugaz encuentro casual, ni que los recuerdos de aquel serían tan difíciles de borrar... Incluso para él, un hombre frío y calculador, que no deja detalles al azar y con su exitoso futuro cuidad...