Un cosquilleo en su cuello la obligó a despertar, cuando una fría nariz la olfateaba con entusiasmo. Aún sin abrir sus ojos, la castaña acarició con ternura a la bola de pelos que se acurrucaba en la curvatura de su hombro y sonrió débilmente.
- Buenos días pequeño - susurró bajo y una molesta tos la dejó sentada sobre la cama.
Frunció su ceño y llevó una mano a su garganta.
- ¿Cómo está tu pata? - le preguntó al cachorro con voz suave y débil cuando la tos paró, mientras revisaba su vendaje - Ya se ve mucho mejor, pero aún no está muy bueno el tiempo como para salir a pasear, ¿no crees?
El cachorro movió su cola con emoción al escuchar su voz y la castaña sonrió ampliamente. Sin notarlo dejó escapar un suspiro y finalmente se levantó de la cama. Se abrigó lo suficiente y salió de su habitación, con el pequeño cojeando tras ella.
Fue a prepararse un café y se extrañó al no encontrar a su padre por la casa, cuando generalmente él solía despertar muy temprano.
- ¿Papá? - lo llamó desde la puerta de su habitación y entró al escucharlo. Él abrió sus ojos para verla - Lo siento, ¿Te desperté?
- Hola princesa... no, no me despertaste... sólo descansaba - respondió él, con su voz más trémula que lo usual.
- ¿Estás bien? ¿Quieres que te traiga el desayuno?
- Estoy bien, sólo... algo cansado - dijo respirando con dificultad -. Pero no te preocupes, que ya me levantaré. El invierno está muy crudo este año, ¿no? Con esta edad... tanto frío hace que me duelan un poco los huesos.
- Si, ya lo creo - respondió Rin con una sonrisa preocupada -. Dejé algo en la cocina. Iré a comprarte medicinas y aprovecharé de comprar comida para Ah-Un... ¿Necesitas algo más?
El hombre negó, pensativo.
- ¿Ah-Un? - le preguntó con confusión.
Rin se agachó para tomar en brazos al cachorro y se lo acercó a la cama.
- Oh, así que ya le encontraste un nombre... - sonrió - ¿Por qué Ah-Un?, qué nombre tan curioso.
Rin se encogió de hombros.
- Me gusta - dijo tranquilamente, con una suave sonrisa y omitiendo el hecho de que ya se lo había comentado hace un par de días atrás -. ¿Puedes cuidarlo...- la tos volvió a interrumpirla y aclaró su garganta antes de continuar - mientras salgo? Por favor.
- ¿Estás bien, hija? Quizás no sea una muy buena idea que salgas con este clima. Mañana podemos pedirle esas cosas a la señorita Asa... la tienda le queda de camino.
Rin miró por la ventana.
- Parece que la nieve va a empeorar, no creo que Asa pueda llegar mañana, papá. Prefiero asegurarme e ir ahora, no quiero que te falte la medicina, sobre todo si no estás sintiéndote muy bien.
- Está bien, está bien, pero... abrígate, ¿si? Y aprovecha de comprar algo para esa tos que tienes, que no se escucha nada bien.
- Si, bueno - sonrió y antes de salir se volvió hacia él nuevamente -. Por favor, no dejes que Ah-Un salga a la calle, su patita aún está débil, lo podrían volver a atropellar - pidió, preocupada -. No tardaré.
El hombre asintió y soltó una débil risotada cuando el cachorro comenzó a lamer su cara.
- No te preocupes, pequeña... nos cuidaremos entre los dos - dijo con la respiración agitada.
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Sempiterno
FanfictionNi uno de los dos imaginó los estragos que causaría ese fugaz encuentro casual, ni que los recuerdos de aquel serían tan difíciles de borrar... Incluso para él, un hombre frío y calculador, que no deja detalles al azar y con su exitoso futuro cuidad...