La academia de esgrima

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Kagami de había levantado esperando poder iniciar un nuevo día. Ayer había hablado con varias amigas incluyendo a Marinette la cual le había dicho que una nueva alumna había llegado y que había llamado toda la atención de los chicos. Supuso que su amiga estaba exagerando por lo que lo dejó pasar porque le había causado gracia todo ese asunto y porque la había logrado distraer de su problema.
Desayuno con su madre en absoluto silencio y luego le ayudó a lavar los platos.
-¿Estás preparada para ir a la academia de esgrima? - Le preguntó su madre.
Kagami sabía que su madre lo había dicho para tener algo que decirle en este momento. Ella asintió con la cabeza y fue por sus cosas de esgrima para poder ir sola a la academia a la que había acudido antes de ir a París. Se despidió de su madre y salió de su hogar con sus cosas para poder ir a practicar esgrima con sus nuevos compañeros.
Al salir notó un coche lujoso y a un hombre bajar en el. Era alto, tenía el cabello negro con algunas canas, bigote y vestía de color negro. No necesitaba ser una genio para saber que se trataba del hombre que le había dado la vida, él que era su padre biológico.
-Hola Kagami.... Podemos hablar por favor- Le dijo de una manera suplicante.
- Lo siento mucho señor, pero tengo actividades que hacer y no quiero perder tiempo charlando. Hasta pronto- Terminó de decir Kagami con voz fría.
-¿Tu madre no te dijo de lo que quería hablar contigo? - Le dijo tomándola del brazo.
- Disculpe señor, pero mi madre si me dijo que quería hablar conmigo porque quería conocerme, que establecieramos una relación y que conociera a mis hermanos y supongo que a su esposa. Yo no tengo ningún interés en tener ningún tipo de relación con usted ni mucho menos con su familia- Lo dijo mirándolo a los ojos.
El hombre la soltó y la dejó ir por el momento. Él era una persona bastante persistente y no dejaría de buscarla para lograr su perdón y el de su madre.
Kagami apenas llegó a tiempo a la academia de esgrima algo que le molestaba ya que le gustaba llegar mucho antes. Fue con los miembros de la academia de esgrima con quienes debía de practicar teniendo la suerte de que el instructor estaba hablando con un novato para poder arreglar sus cosas sin que se diera cuenta.
Al terminar de arreglarse se encontró con que todos estaban empezando ya a practicar con alguien. Era un interesante contraste debido a que en Francia todos hacían escándalo hasta que el maestro llegaba. Tenía que admitir que era divertido pero no estaba correcto por lo que al no ver a nadie sólo decidió practicar sola.
No tardó mucho tiempo en que una chica que parecía dos años menor que ella con casco se presentará ante ella en posición de combate para poder empezar a practicar. La chica era bastante buena y podía notarse que había practicado mucho. Lo interesante es que a veces logró baba vencerla y las demás Kagami lograba ganarle.
Resultaba tan interesante poder practicar con alguien que estaba casi a su nivel. Llegó el momento en donde el instructor los reunió a todos para poder hablar con ellos y comenzar a entrenarlos a cada uno.
Todos se quitaron el carente y por fin pudo observar el rostro de su oponente. La chica debía tener unos quince años, tenía su cabello negro con ondas amarrado en una coleta que le llegaba a mitad de la espalda, su piel clara y los ojos de color café profundo. Pará ser algo joven la habia sorprendido con sus habilidades.
En este momento el instructor empezó a hablarles para comenzar su primer día en la academia.
-Mi nombre es Ishikawa Takeo. Soy uno de los esgrimista más jóvenes de Japón y le he dado a este país una medalla de plata y dos medallas de oro en los juegos olímpicos más aparte las otras medallas que he conseguido ya sea dentro o fuera del país. Así que si quieren llegar a competir de manera olímpica tendrán que trabajar duro para poder triunfar primero dentro de su propio país- Tenía una voz firme al hablarles a todos los nuevos alumnos.
Siguió dando algunos consejos que Kagami y seguramente su acompañante ya sabían al haber practicado antes la esgrima, pero por respeto lo escuchaban atentamente por si decía algo nuevo.
Luego empezó a decirles que quería ver a cada pareja de competidores pelear para ver en qué nivel se encontraban. Ellos no eran exactamente novatos por lo que hicieron lo más pronto posible lo que dijo su instructor.
Los demás habían hecho unas buenas demostraciones sólo que no había visto que se emocionara o dijera otra cosa. Kagami también pensó que había pasado mucho tiempo en occidente y por eso estaba comparando mucho todo. Lo único que seguía igual es que todos daban todo de sí para poder alcanzar la meta.
Llegó el turno de ambas así que se pusieron en posición de combate. El combate había sido algo duro porque ambas parecían tener el mismo nivel de experiencia en ese deporte. Tomó más tiempo del previsto acabar con el combate para que al final fuera un empate. Kagami sentía en este momento que había fallado a su familia y su honor.
Se sintió bastante sorprendida cuando su instructor que ahora que lo miraba bien debía tener unos veintitrés años o veinticinco les decía que ellas dos junto con dos chicos llamados Yamamoto y Tanaka eran los alumnos más preparados que tenía por el momento.
Al final el primer combate no había sido tan malo. La chica se quito nuevamente el casco y le dio la mano a Kagami como señal de respeto algo que la otra también hizo.
-Mi nombre es Aoyama Sayuri. Un placer- Dijo mientras le daba la mano.
-Mi nombre es Tsurugi Kagami. Igualmente Sayuri- Dijo Kagami contenta.
La chica se había ganado su respeto y si todo continuaba así de bien probablemente ganaría su amistad.

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