Amor en París

Brigette Cheng

Había pasado un mes... Un triste mes en el cual Juleka se enteró de que su hermano salía con su mejor amiga, está no le correspondía a sus sentimientos y sentía que ellos la habían traicionado. Además de todo eso había que añadir que seguían sentadas juntas, haciendo trabajos juntas y seguían siendo amigas. Algo muy incómodo porque ella la había besado dos beses.
No importaba que no lo quisieran admitir en voz alta, pero estaba claro que su amistad no era como antes, que intentaban evitarse cada vez que sentían más tensión de la habitual y que Rose pasaba un poco más de tiempo con Luka que con ella.
Creyó que la peor parte sería cuando Luka la presentó a la familia como su novia y verlos cantar y besarse. Había pensado que podría llegar a sentirse indiferente, por el momento no lo había logrado y probablemente necesitaba más tiempo.
Su madre había entrado a la mañana siguiente de la cena seguida de su padre para poder hablar con ella. Le habían preguntado porque se sentía tan triste.
Juleka al principio no sabía que decir porque si les decía que estaba enamorada de Rose, que se le había declarado y se había enterado de que eran novios a sus espaldas sus padres podían dividirse en apoyarla a ella o a Luka. Eso era lo que menos quería lograr porque a pesar de que se sentía traicionada no quería que ellos se molestaran con ella.
Al ver que no iban a irse sin darles una respuesta decidió decir la verdad a medias. Les confesó a sus padres que le gustaban las mujeres y que sabía desde hace dos años que era lesbiana. Ellos se quedaron sorprendidos y al principio no sabían que decir. Salieron de su habitación para poder darle algo de espacio no sin antes abrazarla y decirle que la amaban. Juleka fue a la escuela y empezó desde ahí la situación incomoda en el salón de clases.
Desde ahí comenzaron los momentos incómodos entre ellas. Lo peor es que sabía que eso apenas comenzaba. Lo único bueno fue que al salir de clases ella se iría sola a casa porque su hermano y su amiga iban a tener una cita en algún lugar.
Al llegar a su casa sus padres hablaron con ella y le habían dicho que la amaban y aceptaban tal y como era. Se sentía algo más tranquila porque uno de sus mayores miedos es que ellos ya no la amarán por ser lesbiana.
Su padre la ánimo a su modo y le recomendó un restaurante donde encontraría personas que tuvieran sus mismos intereses y que a lo mejor ahí encontraba a su pareja.
Se sentía aliviada de ser aceptada, pero no se sentía con ganas de una relación por lo que decidió esperar un tiempo. Hoy iría por primera vez porque quería olvidarse de sus problemas y quizá conocer a alguien con quien desahogarse de todo lo que le pasaba.
Al entrar se encontró con un ambiente que le parecía extraño y acogedor. Había parejas de gays, lesbiana y de cualquier miembro de la comunidad conviviendo tranquilamente. A pesar de que estaba convencida de ser lesbiana aún no se sentía cómoda para decirlo abiertamente.
Seguía nerviosa sin saber que decir hasta que vio cómo una linda mesera de estatura media, piel pálida, ojos azules, rasgos asiáticos y el pelo negro azulsdo recogido fue a su dirección para poder tomar su orden. Fue bastante te amable con ella y al notar que no sabía que pedir le dijo que le iba a traer algo para que probará cortesía de ahí por ser nueva.
Lamentablemente tropezó debido a que un hombre de aspecto violento se acercó a ella y la tomó del cuello. Juleka no se lo pensó dos veces y fue a defenderla. No logró mucho, pero si logró causar un gran escándalo que hizo que los jefes fueran al lugar y que el tipo se fuera del lugar.
La mala noticia de todo eso es que la linda mesera fuera despedida gracias al escándalo. Ella salió del lugar para ver que hacía la ex mesera que no debía tener más de 22 años. Juleka se sentía fatal porque se sentía en parte culpable por todo lo ocurrido. Podría haber sido que ella controlaba las cosas y gracias a ella la chica estaba desempleada y llorando.
-¿Te encuentras bien? - Se acercó Juleka algo cautelosa.
No tenía idea de si iba a estar enojada con ella por intervenir y ser la causa indirecta de su despido o no.
-¿Qué voy a hacer ahora? No tengo trabajo, ni casa, ni dinero, tampoco conozco a nadie que me deje vivir con ellos en cuanto consiga un mejor trabajo - Menciono llorando la pobre chica.
- Podrías venir a mi casa a pasar un tiempo mientras consigues un trabajo. Yo tengo en parte la culpa por haber intervenido en eso - Juleka se sentía realmente mal por lo que había hecho.
La chica negó con la cabeza y la miró. Por primera vez en mucho tiempo la Couffaine encontraba a alguien igual de rota que ella. Era una chica bastante atractiva para Juleka e incluso gracias al incidente había olvidado un poco su propio dolor.
Antes de que hablara nuevamente la chica negó con la cabeza.
- Sino fuera por ti mi ex novio me hubiera golpeado enfrente de todos. Quizá en el fondo me lo merezco por no haberle dicho que era bisexual desde el principio. Me descubrió besando a una chica. Quiere vengarse de mis errores - Admitió algo incómoda.
Juleka le siguió insistiendo que fuera a su casa para poder descansar. Al principio a pesar de estar agradecida no confiaba en ella. Luego algo de insistencia de parte de Juleka y el hecho de tener hambre hizo que cambiará de parecer por el momento.
El camino fue silencioso hasta llegar al hogar barco de la chica. Estaba bastante asombrada por todo lo que veía.
Al llegar dentro de la casa fueron recibidas por Anarka, Jagged, Luka y Rose que miraban con curiosidad a la recién llegada. Juleka decidió presentarla como una nueva amiga que se sentó a comer con ellos disfrutando de la cena divertida que había. En privado habló con su madre de lo ocurrido y accedió a hospedar a la joven el tiempo que fuese necesario.
Su madre había tomado la nueva situación muy bien e incluso le había insinuado que la chica era linda. Se sentía mal por no saber su nombre, pero no tardó mucho en descubrirlo porque su padre le preguntó.
- Mi nombre es Brigette Cheng- Dijo con más seguridad.
Ahora todos juntos iban a pasar una noche entretenida e inolvidable.