Amor en París

Casa Kante

Habían pasado unos pocos días desde el picnic en el parque y Max creía que había llegado el momento en que sus padres la conocieran más a fondo debido a que en el parque los padres dedicaron la mayor parte del tiempo platicando entre ellos.
No iba a decirle nada a Sabrina sobre sí iba a cenar con ellos porque quería que fuera casual, que no estuviera nerviosa y que sus padres la conocieran por cómo era. Las cosas funcionaban bien entre ellos siempre que no mencionara el tema de sus amistades algo que en el fondo le molestaba y no sabía si iba a estallar en cualquier momento.
El plan funcionó bastante bien desde el comienzo. Al término de las clases su novia y el estuvieron un rato conversando mientras todos se iban a sus respectivas casas o planes que tuvieran mientras podía observar cómo Adrien, Marinette, Alya y Nino se iban en la limosina de él rubio comentando que iban a pasar la tarde juntos. Pudo observar cómo la pequeña rubia era recogida personalmente por el señor Agreste y su hermana que al parecer habían salido para algo y pasaban de camino a recogerla. Marinette aprovecho y sacó a Adrien de la limosina para que le hiciera una presentación cómo su novia oficial dejándolo a sus mejores amigos adentro, u novio hizo lo que le pidió y el señor Agreste saludo a la aspirante a diseñadora solamente por cortesía y luego se retiro diciendo indirectamente que mañana esperaba que tanto su hijo como Eloise estuvieran listos para las clases. Cualquier sueño de Marinette de que la limosina sólo sería para ella y su novio además de ser usada de vez en cuando con sus amigos su suegro acababa de dañarselo dejándola molesta y furiosa. Max al ser expectador de este espectáculo tenía la impresión de que cualquier plan que tuvieran estaría estropeado por el mal humor de la Dupain.
Sabrina estaba hablando con sus amigas sobre una salida con todos los amigos ya sea al cine o al parque de diversiones que aún no concretaban porque estaban apenas en planeación.
Cuando llegó hasta las chicas lo miraban con curiosidad, a sintieron y se fueron para dejarlo sólo con su novia. Tenía que admitir que estaban siendo bastante generosas con él al concederle espacio con su novia algo que no veía en la relación de Adrien con Marinette.
Estuvieron platicando durante un momento hasta que le dijo que podían ir a su casa a jugar videojuegos algo a lo cual accedió. Ella no era una fanática de los videojuegos, pero a su novio le gustaba enseñarle además de que le interesaba mucho conocer más a Markov, el mejor amigo de Max que se encontraba antes que Kim.
Por el momento se encontraban solos así que se pusieron a jugar y en todas las partidas el ganador resultaba ser Max,cómo novio considerado se sentía un poco mal por que por más que intentaba que ella ganará aunque fuera una sola vez nunca pasaba. Pensarían que Sabrina se estaba aburriendo por tener que estar jugando videojuegos algo que no le gustaba en realidad y no tener un tema de conversación más que ese. Sin embargo, contra todo pronóstico la pelirroja se lo estaba pasando bastante bien a pesar de que perdía en todas las partidas a causa de su desinterés y poca experiencia.
Luego de unas horas su madre llegó y saludo a ambos, al poco tiempo había llegado su padre para que pudieran cenar juntos como familia. Sabrina sentía que interrumpía y quizo irse sólo que insistieron en que se quedará que no pudo negarse a su petición. En ésta ocasión conocería mucho mejor a la familia de su novio que cuando comieron en el picnic y se dedicaron a hablar solamente los padres.
En estos momentos sus padres pensaban que cosa pedir de comer decidiendose al final por comida italiana algo que le hizo recordar mucho a una de sus amigas. En el momento en el que empezaron a comer empezó también la platica con sus suegros.
-¿Cómo les va en la escuela? - Preguntó el padre de Max.
- A mí me va bien señor Kante, no tengo malas notas y estoy segura de que saldré bastante bien de la escuela - Mencionó Sabrina orgullosa de sus logros académicos.
Sabrina era una de las personas más inteligentes de la escuela por detrás de Max, pero últimamente su puesto era entre ella e Isabelle Riveau debido a sus avanzados estudios en el LeRosey. Claro que ninguna de las dos era capaz de construir un robot no saber tanto de ciencia como Max por lo que a pesar de su llegada el primer lugar no fue alterado de ninguna forma.
- Sabrina es una de las chicas más inteligentes que hay en el salón. Estoy seguro de que logrará las metas que se proponga - Anunció seguro su novio.
Max era un buen chico de eso estaba segura y ahora con sus palabras de admiración a su inteligencia la conmovió.
- Son unos chicos listos. Estoy seguro de que ustedes tendrán un buen futuro - Mencionó por última vez su padre antes de permanecer en silencio.
Él ambiente era bastante silencioso que su madre decidió terminar con el silencio que se estaba volviendo incómodo.
- ¿Ya saben por casualidad que van a estudiar? - Quizo saber su madre.
Sabrina no supo contestarle porque aún no sabía qué era lo que quería en realidad y no quería quedar como una persona que no sabe lo que quiere.
Max por el contrario le pudo decir a su madre que quería estudiar algo relacionado con las matemáticas y construcción de robots. Pará este punto de la conversación Sabrina decidió que lo mejor sería callarse y no admitir que no sabía lo que quería de la vida aún.
Él resto de la cena fue bastante soportable ya que no volvieron a preguntar del tema. Al terminar de ayudar a limpiar la mesa Max la acompañó hasta su casa y le dio un beso en la frente.
Ya en su casa ella se puso a pensar que  los padres de Max eran bastante agradables y él también, pero aun no sentía las mismas sensaciones que había descrito su amiga cuando salía con el chico Scott aunque terminará mal todo. Supuso que era porque a lo mejor era porque su relación no iba a ser un fracaso cómo desgraciadamente había sucedido con su amiga.
Una parte de ella se alegraba porque no iba a terminar su relación mientras que la otra esperaba poder terminarla. Su corazón estaba dividido porque ambos deseos eran bastante contrarios y que no podían cumplirse sin que se sacrificara algo o quizá a alguien.