Verdades

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Kagami se había levantado temprano para poder ir a ver a ver a su amiga luego de terminar algunas actividades en su casa.
No tenía demasiado que hacer más que ayudar a su madre en las labores de su hogar que fueron demasiado pocas al ser solamente dos personas y prepararse el almuerzo antes de que fuera a visitar a Sayuri dentro de un rato porque tenía pensado tardar un buen momento para hacerle compañía y ayudarla en lo que fuera necesario. Ninguno de sus otros amigos iría debido a que la habían visitado el día anterior y a sus múltiples ocupaciones de ese día y al ir ella sola sentía que era su manera de compensarla de no estar presente por algo que no valía la pena.
= En el almuerzo=
- Tú padre me marcó está mañana y me suplicó que te dijera que lamentablemente no pudo verte el día de ayer porque su hija tuvo un accidente, pero que ya vería que fin de semana tenía disponible para poder venir a verte en casa - Habló su madre mientras comían sushi.
Kagami había escuchado atentamente lo que su madre le decía y se sintió nuevamente humillada por su padre por no haber dicho eso antes. ¿Acaso tan poco le importaba a comparación de su otra hija para que ni siquiera le mandará un mensaje para evitar esperarlo.
- No quiero hablar con él. No me interesan sus disculpas - Dijo fríamente.
En ese momento terminó su comida, levantó los trastes de comida y los lavo para poder esperar un poco e irse con su amiga.
- Yo también lo considero demasiado desagradable el hecho de que no avisará con tiempo y así pudieras ver a tu amiga, pero... - Tomoe no pudo terminar su frase.
-No me vas a hacer cambiar de opinión madre. Él me abandonó dos veces prefiriendo a sus otros hijos antes que a mí... Nunca me vino a ver ni pensó en saber cómo estaba - La chica empezó a sentir un nudo en la garganta.
Se retiro a su habitación para poder llorar sin sentir vergüenza de que le afecte el desinterés de su padre cuando ya debería estar acostumbrada a ello.
Estuvo un buen rato en su habitación intentando parecer indiferente y a la vez imaginando como hubiera sido su vida de haber tenido un padre a su lado.
Luego de haberse calmado y no parecer afectada por lo ocurrido arregló todo para poder ir en su limosina a la casa de su amiga a la cual jamás había ido.
=Departamento Aoyama=
Su amiga al igual que ella tenía un buen estilo de vida y no parecía faltarle de nada. Era una lástima que se hubiera fracturado la mano y estuviera sin movilidad porque durante esos días se haría la selección de chicos de la academia para poder representarla a nivel interno y ver cuál de ellos lograría representar a Japón. Era una gran oportunidad para todos los esgrimistas como ellos.
Al entrar fue recibida por la señora Aoyama que la trato bastante bien, pero también podía notar que estaba bastante curiosa de que hubiera ido a su casa a visitarle cómo si no supiera que iba a visitar a su amiga.
La acompañó hasta la habitación de Sayuri y se disculpó porque no estuviera su esposo para recibirla ya que estaba comprando algunas cosas para su hija.
Al entrar Sayuri estaba muy feliz de ver a su amiga en su casa.
- Me alegra que vinieras a visitarme - Sonrió.
Kagami también estaba feliz por ver que ella se encontraba bien y que solamente necesitaría descansar. El día anterior todos los amigos estaban asustados porque su fractura había parecido más severa de lo que realmente era.
- Me alegró de que estés mejor - No podía decirle que bien porque no estaba segura de eso.
- No me gusta estar sin moverme. Tengo la televisión, pero me aburre así que mandé a papá a comprarme unos libros para poder soportar estar aquí sin moverme mucho - Parecía un poco enfurecida consigo misma por quedar en esa situación.
A Kagami le daba mucha ternura verla ai que sonrió.
Cualquier desconocido que las viera diría que esas chicas eran las mejores amigas, pero eran algo más y pronto lo descubrirán.
De pronto el padre de Sayuri tocó la puerta y entró a la habitación de su hija para poder dejar los libros que había comprado para ella.
Sayuri le presentó su padre a su amiga mientras está se ponía blanca al darse cuenta que el padre de Sayuri era Ryu.. Su padre.
Inmediatamente reaccionó lo mejor que pudo y se quedó unos minutos más antes de presentarle sus excusas a toda la familia y marcharse.
No quería seguir ahí y fingiendo que no le afectaba nada.
Lamentablemente para ella antes de poder salir de la casa y esperar a su limosina en algún lugar su padre la tomó del brazo con la intención de poder hablar sobre lo ocurrido.
Ella volteo a verlo y miró que también estaba sorprendido por verla en su casa hablando con su hija. Estaba harta de la situación que decidió en ese momento terminaría con todo eso de una vez.
- Ryu Aoyama usted puede ser mi padre biológico, pero yo no puedo consideraré mi padre. Usted crió a Sayuri... Estuvo a su lado cuando estuvo enferma, sus primeros pasos, sus primeras palabras e inclusive estuvo en todas las competencias de esgrima, vacaciones, pero en mi caso jamás estuviste... Nunca me escogiste a mí... No intentes arreglar nada porque ya no quiero saber de ti, fue bastante desconsiderado dejarme esperando sin decir algo. Disfruta mucho a tu hija porque es la única que tienes.. No vuelvas a buscarme de nuevo - Con esas palabras se despidió de su padre.
Era algo bueno no vivir tan lejos o que el tráfico en Tokio no estuviera tan malo porque su limosina llegó por ella pronto para poder llevarla a su casa mientras intentaba analizar todo lo que había pasado sin creer que fuera real todavía.
Había renunciado al padre que nunca tuvo y su madre se enteraría, a lo mejor la regañaría por haber sido tan cruel, pero Tomoe Tsurugi nunca había sufrido abandono de su padre ya que este a pesar de ser estricto amaba a su hija y a su nieta.
Aún era temprano, pero al llegar a su casa decidió dormir pronto antes de que su madre llegará y le preguntara que había pasado porque no tendría idea de que decirle.

Amor en París Donde viven las historias. Descúbrelo ahora