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La mudanza había iniciado, nos encontrábamos en Cincinnati desempacando las cosas del camión de mudanzas en la propiedad, era una linda casa situada en Ledgewood Dr. y era una casa pequeña comparadas a las demás de la zona, la casa era de dos pisos, en la parte baja era de ladrillo mientras que la parte superior era de paredes tipo canexel, tipo en casas estadounidenses, el jardín de la entrada era amplio y la puerta principal era de color rojo.

Había bastante calma comparado al ruidoso Nueva York, era un ambiente nuevo y tranquilo, las casas de los vecinos eran lindas y a la vez extrañas, la casa a la derecha parecía un triangulo beige mientras que la izquierda aunque también parecía un triangulo, la parte de atrás se extendía sobre todo el jardín de atrás como un inmenso rectángulo.

—Es . . . linda —le dije a Bucky cuando observamos la casa por primera vez, parecía bien cuidada y no pareciera que nos daría mucho trabajo.

Bucky solo asintió e inició a dejar las cosas dentro de la casa, era amplia a decir verdad, nuestros principales muebles se encontraban ya adentro y lo único que quedaba de mover eran las grandes cajas que traíamos, el refrigerador y el sofá —yo llevo el refrigerador y tu el sofá — dijo cuando estábamos de regreso en el camión. Al mover los muebles un chico que pasaba en su bicicleta nos miró con asombro para luego terminar estrellándose con un árbol al otro lado de la calle.

 —Aquí no hay superhéroes, es normal que se asombren al ver que cargamos cosas grandes como si fuesen tan ligeros — me dijo Bucky al ver al chico recuperarse y salir a gran velocidad en su bicicleta.

—Supongo que solo será cosa de acostumbrarse — le dije llevando el sofá a la casa, una vez lo coloqué ayudé a Bucky a conectar el refrigerador y así continuamos hasta descargar todas las cosas del camión. 

Dejé las ultimas cajas de platos y cubiertos en la cocina y limpié un poco la superficie de la isla —¿si quieres mañana podemos ir a comprar un par de muebles y ver lo de la escuela  o podemos ir a comer a un restaurante y pasar a comprar comida para la semana?

—Me gusta más la segunda opción, lo de la escuela podemos ir a inscribirme el jueves.

—Está bien, coloqué la televisión y talvez después podemos ver una película más tarde.

—Si, hay varias que quiero que veas — le dije con una sonrisa.

—Oye, yo termino de limpiar aquí — dijo quitándome el trapo —sube tus cosas, ocupan todo el espacio de mi sala.

—¿Tú sala?

—Así es, largo — dijo haciéndome reír —hoy visitaré al terapeuta, así que volveré en un par de horas.

—Si, no te preocupes y trata de no darle un susto.

Las cajas de mi habitación las subí a una de las habitaciones y las acomodé en una esquina, mañana tendría que subir y armar la base de la cama pero por ahora solo me quedaría dormir en el colchón sobre el piso. No había visto el tiempo pasar mientras acomodaba todas mis cosas en la habitación.

—Volví.

—¿Cómo te fue? — le dije moviendo la ultima caja donde se encontraban todas las cobijas y almohadas.

—Al parecer se arrepintió a último momento y otra terapeuta, también fue militar y va a ser un problema —dijo quejándose —se va a quedar unos día aquí hasta terminar mis sesiones de terapia — ella me amenaza con su libreta para hablar.

 No pude evitar reír al verlo tan disgustado con la mujer —no la conozco y creo que me agrada.

—Sigue riendo, estaré abajo en la sala cuando termines — dijo saliendo de la habitación volviéndome a dejar sola.

Alas || Peter ParkerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora