One-shot (Famosas y Tú)

Sabrina Carpenter

The 1

POV omnisciente

Sabrina estaba sentada en la esquina de su cafetería favorita en Nueva York, aquella que descubrió cuando recién se mudó a la ciudad para seguir con su carrera musical. El lugar era pequeño y acogedor, con ventanales grandes por donde se filtraba la luz del otoño. Era un refugio donde podía ser simplemente una chica normal en medio del caos de su vida pública.

Esa tarde había algo diferente en el aire. El viento susurraba recuerdos de una época que, aunque reciente, parecía haber ocurrido hace siglos. Levantó su taza de café con leche, la acercó a sus labios, y dejó que el calor del líquido la envolviera. Mientras lo hacía, no pudo evitar que su mente viajara hacia el pasado, hacia ella.

"______ Hasborn"

No era un nombre que solía pronunciar, ni en voz alta ni en su cabeza, pero hoy se había colado en sus pensamientos. Quizá era el ambiente otoñal o la nostalgia que acompañaba al fin de una gira agotadora, pero todo la estaba llevando de vuelta a ese verano de hace dos años, cuando sus caminos se cruzaron.

Había conocido a ______ en una fiesta de amigos en común. No era una fiesta especialmente memorable, ni un evento cargado de expectativas, sólo un montón de amigos disfrutando de la noche. Pero cuando la vió cruzar la puerta, fue como si la habitación entera hubiera cambiado. Sabrina no creyó en el amor a primera vista, ni en el destino, pero la conexión que sintió con ______ era innegable.

Ella no era famosa ni pertenecía a la industria del entretenimiento. Era arquitecta, vivía en Brooklyn y tenía una pasión contagiosa por los libros y el arte. Hablaron esa noche durante horas. Sobre música, sobre la vida en la ciudad, sobre lo que significaba amar lo que haces. Cada palabra que intercambiaban parecía resonar con más fuerza en Sabrina. Para cuando la noche terminó, ella sabía que la castaña no sería sólo un encuentro pasajero.

Pasaron los días y empezaron a verse con más frecuencia. ______ le mostraba rincones de Nueva York que Sabrina nunca había visto, pequeñas galerías de arte en barrios ocultos, cafés con música en vivo, y parques que parecían escapar del radar de los turistas. Cada día con ella se sentía como una aventura inesperada, una especie de refugio de la agitada vida que ella llevaba en la industria.

Había algo en su conexión que parecía fácil y natural. Nunca hubo la presión de definir lo que eran o hacia dónde iban. Sólo se dejaban llevar, disfrutando de la compañía mutua. Sabrina sentía que ______ veía más allá de su fama, más allá de los titulares o las entrevistas. La veía a ella, la chica que todavía se emocionaba al escribir una canción, la que todavía se perdía en las letras de otros artistas cuando el peso del mundo se hacía demasiado.

Sin embargo, a pesar de lo bien que iban las cosas, Sabrina sabía en el fondo que había una fecha de caducidad. Su carrera no le permitía demasiadas pausas, y después de ese verano, vendrían las giras, los compromisos internacionales, las largas noches en estudios de grabación. A veces se preguntaba si ______ también lo sabía. Si ambas estaban viviendo esa historia con la conciencia de que era temporal, de que era sólo una temporada en sus vidas.

Sabrina:"No sé qué va a pasar después de esto" -le había dicho una noche-

Mientras paseaban por el puente de Brooklyn. Las luces de la ciudad parpadeaban a lo lejos, y el sonido del río bajo ellos llenaba los silencios incómodos.

______:"No tienes que saberlo" -respondió ella, con esa sonrisa fácil que Sabrina tanto admiraba- "A veces sólo tenemos que disfrutar lo que tenemos, ¿no crees?"

Y eso hicieron. Disfrutaron cada momento juntas, conscientes o no del futuro incierto. Pero el fin llegó inevitablemente, como Sabrina sabía que lo haría. Una mañana, mientras tomaban café en el pequeño balcón de su apartamento, recibió la llamada que confirmaba el inicio de su nueva gira. Sabía que sería el principio del fin, y aunque no quería pensar en ello, no podía evitarlo.